09
julio 2007 - Ciudad de México, México
— México cuenta desde hace un año
con una norma para evaluar y reconocer las
playas realmente limpias, con estándares
tan rigurosos como los de Europa. Se decidió
que la norma no fuera obligatoria sino voluntaria,
con la idea de estimular a los municipios
con costa a entrar en el proceso de certificación.
Sin embargo, hasta la fecha ninguna playa
mexicana ha podido obtener el certificado
de "playa limpia". Por ello, Greenpeace
demanda que esta norma sea obligatoria.
“La certificación
obligatoria llevaría a los destinos
de playa a dar un tratamiento eficiente a
sus aguas negras y a generar las condiciones
para que las playas sean realmente seguras
y limpias”, advirtió Alejandro Olivera,
coordinador de la campaña de Océanos
de Greenpeace.
La citada norma (NMX-AA-120-SCFI-2006)
establece los requisitos y especificaciones
de sustentabilidad de las playas. Por ejemplo,
señala que la frecuencia de los muestreos
debe ser semanal y que se debe contar con
los resultados de tres meses anteriores a
la evaluación; que en el agua marina
no debe haber espuma diferente a la producida
por el oleaje ni residuos sólidos flotantes
o materia fecal, y que se debe dar difusión
sobre la calidad del agua con el último
muestreo realizado. Este parámetro
de calidad es el idóneo para reducir
la contaminación en las playas.
Además, la norma
establece como límites máximos
permisibles de contaminación en el
agua marina 100 enterococos en 100 mililitros
de agua, es decir, cinco veces menos que el
límite establecido por la Secretaría
de Salud a través de la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris).
De las 275 playas que existen
en 46 destinos turísticos del país,
y que son monitoreadas por el gobierno, ninguna
ha cumplido con los lineamientos de esta norma.
Prácticamente todas prefieren apegarse
a los lineamientos de la Cofepris que, según
la Organización Mundial de la Salud,
representan un riesgo sanitario.
Sólo once playas
han iniciado trámites en busca del
certificado de "playa limpia". Ellas
son Palmilla, La Bucana, El Medano y El Chileno,
en Los Cabos, Baja California Sur; El Tecolote,
en La Paz, B.C.S.; Istirincha, en Nautla,
Veracruz; San Isidro, en Actopan, Veracruz;
Playa Hermosa, en Puerto Peñasco, Sonora;
y Los Algodones, San Francisco y Playa Miramar,
en Guaymas, Sonora. Aunque aún se desconoce
si lograrán esa certificación,
la Secretaría de Medio Ambiente decidió
entregarles en junio pasado, durante el III
Encuentro Nacional de Playas Limpias, reconocimientos
de "playas limpias" por el sólo
hecho de iniciar trámites.
Greenpeace exige a los tres
niveles de gobierno tomar las siguientes medidas:
1. Hacer obligatoria
la norma que certifica las playas limpias.
2. Ampliar el espectro de contaminantes muestreados
y muestrear con mayor frecuencia.
3. Poner en las playas banderas o letreros
indicadores de riesgo sanitario.
4. Establecer partidas presupuestales especiales
para plantas de tratamiento de aguas residuales
en los municipios costeros.
5. Que los municipios busquen mejores tecnologías
para tratar las aguas negras.