Los
accidentes nucleares de Alemania y Japón
hacen de julio un mes radiactivo
17 julio 2007 - Japón
— La fuga radiactiva de la central nuclear
japonesa de Kashiwazaki-Kariwa, producida
a causa del seísmo de ayer, hace recordar
que la energía nuclear es peligrosa
y tiene un alto potencial catastrófico.
Aún se desconoce la gravedad del vertido
de agua radiactiva al mar de la central japonesa.
Tras negar en un inicio cualquier consecuencia,
se habló de un vertido al mar de 1,5
litros de agua contaminada radiactivamente.
Más tarde se reconoció
una fuga de al menos 1,2 metros cúbicos
de agua (que contienen 60 kBq de radiactividad)
de la piscina de refrigeración del
combustible nuclear gastado, altísimamente
radiactivo. Todavía se está
a la espera de conocer los detalles del vertido
que se cree sea más grave de lo estimado
en principio.
La organización ecologista
recuerda que a principios del mes de julio
sucedieron dos accidentes en centrales nucleares
alemanas: un incendio en la central de Krümmel
y un cortocircuito en la de Brunsbüttel.
La gravedad de estos sucesos trató
de minimizarse desde el principio por parte
de la industria nuclear y de la compañía
eléctrica propietaria de estas centrales,
la empresa sueca Vattenfall. Ante esta situación,
muchos ciudadanos están optando por
cambiar de suministrador eléctrico.
Además, han sido destituidos el Director
de Energía Atómica de esta empresa
en Alemania y el Director de Prensa.
Más de dos semanas
después de esos accidentes, no se sabe
aún que sucedió realmente en
la central de Krümmel. Las investigaciones
oficiales continúan. Los informes de
Vattenfall han permitido conocer más
irregularidades y demuestran que la empresa
se temió lo peor en los primeros momentos.
La central nuclear de Kashiwari-Kariwa,
en Japón, alberga 7 reactores nucleares
(8.212 MW). El día del seísmo,
tres sufrieron paradas forzosas (las unidades
3, 4 y 7), y la unidad 3 sufrió un
incendio. Otras tres unidades estaban ya previamente
paradas.
“ Este incendio en la central
nuclear y la fuga radiactiva nos recuerda
una vez más la seria amenaza que es
la energía nuclear para la salud pública
y el medio ambiente. Existe un riesgo real
en Japón, y globalmente, de que grandes
terremotos y otros desastres naturales, incluidos
los asociados al cambio climático,
así como ataques terroristas, puedan
ocasionar nuevas catástrofes nucleares
como la de Chernóbil ”, ha declarado
Carlos Bravo, responsable de la campaña
de energía nuclear de Greenpeace.
La energía nuclear
impide la aplicación de las verdaderas
soluciones al problema del cambio climático:
las energías renovables y tecnologías
de ahorro y eficiencia energética,
las únicas energías limpias
y eficaces de cara a la reducción de
emisiones de dióxido de carbono. La
energía nuclear, a causa de su coste
económico y sus problemas tecnológicos
y medioambientales, no puede tener un papel
eficaz y significativo en la lucha contra
el cambio climático. Invertir en energía
nuclear no es otra cosa que desviar importantes
recursos económicos que serían
mucho más útiles invertidos
en las energías limpias.
El accidente de la central
nuclear de Kashiwazaki-Kariwa no es el primero
que sufre la industria nuclear japonesa. Ya
ha tenido un número importante de accidentes
nucleares, y a lo largo de su historia han
quedado demostrados diversos encubrimientos
y engaños a la opinión pública
en su gestión.
Por ejemplo:
Marzo de 2007 – Se descubrió
que la compañía Hokuriku no
informó al público ni a los
inspectores nucleares acerca del serio suceso
de la central nuclear de Shika, ocurrido el
18 de julio de 1999, cuando un fallo en las
barras de control produjo una reacción
nuclear en cadena descontrolada.
Abril de 2006 – Una fuga
radiactiva de 40 litros de líquido
que contenía plutonio ocurrió
en la nueva planta de reprocesamiento nuclear
de Rokkasho-Mura.
Agosto de 2004 – La rotura
de una tubería en la central nuclear
de Mihama mató a 5 trabajadores. La
compañía propietaria TEPCO -
la misma que posee y gestiona las de Kashiwazaki-Kariwa
- fue forzada a cerrar sus 17 reactores cuando
se descubrió que manipuló y
falseó documentos en las inspecciones
del organismo de seguridad nuclear.
Septiembre de 1999 – Varios
trabajadores de la fábrica de combustible
nuclear de Tokaimura cometieron diversos fallos
de procedimiento, provocando una reacción
nuclear en cadena descontrolada que duró
al menos 3 días. Tres trabajadores
murieron debido a la altas dosis de radiación
recibidas y, debido al escape de radiactividad
al aire, la población de las localidades
vecinas tuvieron que ser evacuadas.
1995- Un grave accidente
en la central nuclear prototipo de reactor
rápido reproductor de Monju sufrió
un grave incendio a causa de una fuga de su
refrigerante de sodio. La central quedó
en un lamentable estado, siendo cerrada definitivamente.