15
julio 2007 - Estado de México, México
— A dos meses del asesinato de de Aldo Zamora
(cometido el pasado 15 de mayo), a manos de
talamontes de Ocuilan, Estado de México,
los avances en las investigaciones para detener
a sus asesinos han sido nulos, denunció
la organización ambientalista Greenpeace
México.
A pesar de que los atacantes
están plenamente identificados y de
que desde el 24 de mayo pasado se libraron
órdenes de aprehensión en su
contra, las autoridades del Estado de México,
en particular la Procuraduría de Justicia
de ese estado, no los han detenido. Aldo Zamora
Gómez fue asesinado el pasado 15 de
mayo por cuatro integrantes de las bandas
de talamontes que operan en los bosques de
San Juan Atzingo, municipio de Ocuilan, en
represalia a su activismo en defensa de los
bosques de su comunidad. Durante el ataque,
su hermano Misael resultó herido.
“Es alarmante la ineficacia
de las autoridades mexiquenses. Han actuado
con tal lentitud, que permitieron escapar
a los asesinos de Aldo Zamora. Primero, dejaron
que las bandas de talamontes operaran con
total impunidad durante años, afectando
3 mil hectáreas de los bosques de San
Juan Atzingo, los cuales forman parte del
Parque Nacional Lagunas de Zempoala. Ahora,
esta impunidad ha conducido al asesinato y
hostigamiento de los defensores de los bosques.
A menos que hagan algo más allá
de operativos `sorpresa´, Enrique Peña
Nieto, se convertirá en cómplice
no sólo de la destrucción del
bosque, sino de este atroz asesinato. El pasado
12 de julio, el licenciado Felipe Calderón
se comprometió públicamente
a hacer justicia en este caso. Esperamos que
este compromiso se traduzca en un desempeño
más eficaz y rápido tanto de
las autoridades mexiquenses, como de las federales”,
explicó Patricia Arendar, directora
ejecutiva de Greenpeace México.
Las organizaciones explicaron
que a raíz del atentado en el que Aldo
Zamora murió, el actuar de las autoridades
se ha limitado a llevar a cabo operativos
“sorpresa” con la participación de
cientos de elementos de distintas corporaciones
policiacas en los que, obviamente, no se ha
capturado a los asesinos. Más aún,
en algunos de esos operativos sólo
se ha detenido a personas inocentes, como
es el caso de Eleuterio Tomás Sosa,
campesino de San Juan Atzingo, o a personas
que no están relacionados con este
delito y que fueron detenidos, por ejemplo,
por transportar cable. Ante esta situación,
el propio procurador de justicia estatal,
Abel Villicaña se justificó
diciendo que “desgraciadamente la suerte también
cuenta en estos casos y no la hemos tenido”.
“La procuración de
justicia no puede estar supeditada a la `suerte´
de las autoridades. El actuar del gobierno
de Enrique Peña Nieto no puede limitarse
a operativos espectaculares que `con un poco
de fortuna´ les permitirán capturar
en flagrancia a los responsables de delitos
tan graves como la tala ilegal y el asesinato.
Es necesario que la Procuraduría de
Justicia del Estado haga un trabajo de investigación
e inteligencia que le permita localizar y
aprehender a la brevedad a los homicidas que
le quitaron la vida a Aldo Zamora, donde quiera
que estén”, dijo Héctor Magallón,
coordinador de la campaña de bosques
de Greenpeace México.
El gobierno de Enrique Peña
Nieto no puede rehuir de sus responsabilidades
por lo que Greenpeace le está solicitando
de manera formal una reunión para que
informe a la sociedad, a otras organizaciones
que también están trabajando
en este caso, como el Centro de Derechos Humanos
Agustín Pro Juárez (Prodh),
y, sobretodo, a Ildefonso Zamora y su familia,
sobre los avances del caso y las medidas que
se tomarán para capturar a los presuntos
responsables de la muerte de Aldo Zamora.
Finalmente, Greenpeace expresa
su preocupación por las recientes declaraciones
del titular de la Protectora de Bosques del
Estado de México (Probosque) en el
sentido de que la tala ilegal ya fue “erradicada”
de los bosques de Ocuilan, cuando ninguno
de los líderes de las bandas de talamontes
ha sido detenido. Si bien por el momento la
tala ilegal se ha inhibido en la zona, eso
no significa de ninguna manera que se haya
solucionado el problema, sobre todo si se
considera que la región de las Lagunas
de Zempoala- Hutzilac es considerada como
una de las 15 zonas críticas de tala
ilegal en México, las cuales en conjunto
albergan el 60 por ciento de esta actividad
en nuestro país.
Los bosques de San Juan
Atzingo forman parte del Parque Nacional Lagunas
de Zempoala y se encuentran dentro del Gran
Bosque de Agua, el cual alberga dos por ciento
de la biodiversidad mundial, abastece tres
cuartas partes del agua que se consume en
la Ciudad de México, dota de agua a
los ríos Lerma y Balsas, ayuda a mitigar
el cambio climático y sus impactos
en la región.