Madrid y Valladolid, 27
de agosto de 2007. La Federación de
Consumidores en Acción (FACUA) y las
asociaciones conservacionistas
WWF/Adena, Seo/BirdLife, Plataforma para la
defensa de la Cordillera Cantábrica,
Fundación Global Nature, Ecologistas
en Acción y Ascel denuncian que el
uso de grano envenenado con el fin de erradicar
a los topillos tiene un evidente riesgo para
la salud pública y la supervivencia
de numerosas especies cinegéticas y
protegidas y solicitan la paralización
inmediata de esta medida.
La Junta de Castilla y León
reconocía la pasada semana que no puede
garantizar que el grano envenenado que se
está distribuyendo en más de
600 municipios de la región no sea
accesible a especies distintas del topillo.
De hecho, la técnica empleada, consistente
en depositar este veneno en pequeños
contenedores cilíndricos, no resulta
efectiva. No en vano, se ha observado en el
campo cómo el grano contaminado se
sale de los tubos y puede ser fácilmente
extraído con cualquier pequeño
movimiento.
Pocas horas después del comienzo de
la media veda, la propia Consejería
de Sanidad de la Junta emitió un comunicado
recomendando, para evitar intoxicaciones,
no consumir ninguna de las especies cinegéticas
abatidas en las zonas donde se ha dispersado
la clorofacinona. La media veda es una época
de caza en la que se capturan distintas especies
de palomas, así como codornices, todas
ellas consumidoras de grano (muy susceptibles
de ser envenenadas) y habitualmente consumidas
por los cazadores o en establecimientos especializados.
Además, son especies migradoras, por
lo que los municipios que no han sido tratados
con colorofacinona corren un riesgo alto de
recibir aves intoxicadas provenientes de otras
zonas
Inexplicablemente la administración
regional no ha tenido en cuenta los informes
elaborados por el Servicio de Toxicología
y Veterinaria Forense de la Universidad de
Murcia y del Departamento de Ciencias Biomédicas
de la Universidad de León, a raíz
de los envenenamientos del pasado mes de marzo.
En estos informes se advertía del “riesgo
de intoxicación diferida” o de los
“riesgos para la salud humana” que la ingesta
de animales afectados por clorofacinona podría
tener para las personas.
Asimismo, no hay que olvidar
que los venenos anticoagulantes pueden llegar
a la cadena trófica humana de varias
formas; es sabido que las mayores concentraciones
de topillos se dan en zonas con cierta humedad
y en las cercanías de vegas, arroyos
y humedales. De esta forma, el ahogamiento
masivo de topillos y otras especies repletas
de sustancias tóxicas podría
llevar de manera indirecta estos productos
a manantiales, arroyos y acuíferos,
acabando en el agua que posteriormente consumen
personas y ganado doméstico.
Además, el veneno
utilizado, por ejemplo, en el regadío
puede acabar en las hortalizas cultivadas
al incorporarse rápidamente al suelo
a través del riego y ser absorbido
por patatas, remolachas y otras plantas de
gran poder de captación de las sustancias
del suelo.
Por otra parte, hay que
considerar que miles de personas de multitud
de pueblos (veraneantes, turistas, etc) desconocen
las medidas tomadas por la Junta y pasean
por caminos tratados con veneno sin tener
conocimiento al no estar señalizados.
Igualmente, los niños pueden verse
atraídos por los tubos o los granos
envenenados, tintados de forma llamativa.
Hay que recordar que la clorofacinona tiene
una toxicidad aguda para el ser humano por
vía oral.
En cuanto a la caza, el
tratamiento con grano envenenado puede traer
consigo la desaparición masiva de especies
como la liebre y el conejo, pues los mamíferos
son especialmente sensibles a esta sustancia.
Por otro lado, la grave afección a
las aves también supone un serio revés
para especies como perdices rojas, anátidas,
codornices o palomas (dentro de este grupo,
las tórtolas y las palomas zuritas
están en franco declive en las dos
últimas décadas). Finalmente,
hay que resaltar que los perros de caza corren
también un grave riesgo de intoxicación,
al ser susceptibles de consumir con facilidad
los roedores y otras especies silvestres intoxicadas.
Las asociaciones conservacionistas
reiteran que el grano envenenado afectará
directamente a especies protegidas como avutardas
e infinidad de pequeñas aves. Además,
muchas especies predadoras consumirán
los topillos intoxicados y morirán
por intoxicación secundaria. Entre
los predadores de roedores que se verán
afectados destacan más de 30 especies,
carnívoros terrestres, rapaces nocturnas
y diurnas, reptiles y córvidos, todos
ellos eficaces cazadores de topillos. Los
predadores, especialmente las aves, tienden
a concentrarse allí donde se producen
las plagas.
La merma de predadores naturales
por la afección del veneno supondrá
que el papel de control de roedores no sea
el deseado, ni ahora ni en años venideros,
cuando la población de topillos se
estabilice por su propia evolución
cíclica y sean entonces las especies
de predadores especialistas las que mantengan
en niveles bajos a este roedor.
Por todo ello, la Federación
de Consumidores en Acción y las asociaciones
conservacionistas WWF/Adena, Seo/BirdLife,
Plataforma para la defensa de la Cordillera
Cantábrica, Fundación Global
Nature, Ecologistas en Acción y Ascel
solicitan a la Junta de Castilla y León:
La paralización total
de la administración del veneno por
un elemental principio de precaución,
por conocerse ya los graves riesgos para la
salud de las personas y para la supervivencia
de especies animales (protegidas, domésticas
y cinegéticas) que supone el uso en
campo abierto y de forma masiva de estos productos,
cuya utilización sólo debería
hacerse de forma estrictamente controlada.
Artículo: Luis Suárez