29 agosto 2007 - Ciudad
de México, México — Este jueves
a las 13:00 horas abre la exposición
Xhua Shela Nhaban Chechho, "El Maíz
es nuestra vida", que consta de 52 obras
de arte que tienen como tema central el maíz.
Las piezas fueron elaboradas por 48 artistas
visuales oaxaqueñas,
coordinadas por La Curtiduría, un espacio
de arte contemporáneo en Oaxaca. A
la exhibición se suma una muestra gráfica
de la biología del maíz: etnobotánica,
variedades, plagas y la amenaza que representa
el maíz transgénico. La sede
es el Museo de Historia Natural y Cultura
Ambiental.
La invitación a esta
muestra es elocuente:
El maíz es el cultivo
más extendido a escala mundial.
Los restos de maíz
más antiguos fueron encontrados en
Oaxaca y tienen una antigüedad de 6,250
años.
El maíz nunca existió
en forma silvestre y no puede reproducirse
si el hombre no lo siembra y procura.
En tan sólo 10 años,
México ha pasado de exportador a importador
de este grano.
El total del maíz
importado proviene de los Estados Unidos y
es de muy baja calidad para el consumo humano.
De hecho, el maíz amarillo que se cultiva
en el país vecino es utilizado para
consumo animal y para la industria.
Como la de ningún
otro producto de esta tierra, la historia
del maíz mexicano esta íntimamente
ligada a la del hombre. Tan es así
que sólo gracias a la intervención
humana esta planta encuentra las condiciones
propicias para nacer y crecer, la aportación
del maíz a la dieta fue de tal magnitud
que se constituyó en un factor esencial
en el desarrollo de las sociedades mesoamericanas
y se forjó un vínculo entre
los habitantes de estas tierras y la “planta
maravillosa”, que permanece en el centro mismo
de nuestra cultura.
El maíz es para nosotros
alimento, medicina, combustible, arte, rito,
es nuestro sustento... nuestra vida está
basada en el maíz.
+ Más
La exposición permanecerá
abierta hasta el 29 de febrero de 2008 en
el museo ubicado en la 2a sección del
Bosque de Chapultepec.
Nayarit ya monitorea sus
playas cada semana
29 agosto 2007 - Ciudad
de México, México — Como respuesta
a la campaña de Greenpeace en demanda
de playas limpias, el gobierno de Nayarit
ya realiza monitoreos semanales de la calidad
bacteriológica del agua de mar en sus
costas y está en proceso de instalar
letreros indicadores en las playas para advertir
a los bañistas sobre el grado de contaminación
del mar.
Después de que Greenpeace
denunciara la mala calidad del agua en la
Bahía de Banderas, que comparten Jalisco
y Nayarit, el gobernador de esta última
entidad, Ney González, se comprometió
a atender este problema y analizar cada semana
la calidad bacteriológica del agua
de mar, en vez de cada mes como lo hacen las
otras 16 entidades costeras.
Además, el gobierno
nayarita se comprometió a instalar
en las principales playas de la entidad letreros
que informen a los bañistas sobre la
calidad del mar, para evitar que naden en
aguas con altos índices de contaminación
por bacterias fecales.
“Estas son medidas sin precedente
en el país y esperamos que se conviertan
en un programa permanente. Otros gobernadores
deberían tomar el ejemplo de Nayarit”,
afirmó Alejandro Olivera, coordinador
de la campaña de océanos de
Greenpeace.
Cabe mencionar que en el
primer muestreo semanal, realizado del 13
al 17 de agosto, la playa El Borrego, en San
Blas, registró 10,111 enterococos,
lo cual superó en más de 20
veces los límites máximos permisibles
(500 enterococos en 100 mililitros de agua).
Esto se debió al desbordamiento de
una laguna de oxidación a causa de
las fuertes lluvias. En respuesta, el gobierno
estatal ofreció invertir este año
22 millones de pesos en infraestructura sanitaria
y drenaje para San Blas.
Otro caso a destacar es
el de Puerto Vallarta, Jalisco. Luego de que
Greenpeace instaló un escusado gigante
en ese sitio, el munícipe Javier Bravo
colocó letreros de advertencia en las
playas con problemas de contaminación
(Boca de Tomatlán, Mismaloya y Los
Muertos).
Greenpeace seguirá
presionando al Ejecutivo y al Congreso para
que destinen mayores recursos a los municipios
costeros para que construyan infraestructura
que sanee las aguas residuales antes de que
lleguen al mar.