27 septiembre 2007 - Ciudad
de México, México — Gordon Viberg,
presidente del Consejo Nacional Empresarial
Turístico (CNET), atacó públicamente
la Ley General de Vida Silvestre
que entró en vigor en enero de 2007
y que protege al ecosistema de manglar, con
el argumento de que está deteniendo
inversiones en proyectos turísticos
por un monto de mil millones de dólares.
Greenpeace y varias organizaciones señalaron
que tal afirmación es falsa y encubre
intenciones depredadoras.
La Ley General de Vida Silvestre no atenta
contra el turismo, aclararon las organizaciones
ambientalistas Centro Mexicano de Derecho
Ambiental (Cemda), Conservación de
Mamíferos Marinos de México
(Comarino), Defenders of Wildlife, Fondo Internacional
para la Protección de los Animales
y su Hábitat (IFAW), Teyeliz y Greenpeace
México.
“La reforma sólo
limita los proyectos de desarrollos turísticos
para evitar la destrucción de los manglares.
Cualquier proyecto turístico se puede
realizar en tanto cumpla las condiciones establecidas.
Por ejemplo, se pueden hacer caminos, autopistas,
casas e incluso edificios de forma piloteada
en tanto no se afecte la integralidad del
flujo hidrológico y del ecosistema”,
aclaró Yolanda Alaniz, vicepresidenta
de Comarino.
A la Semarnat le compete
revisar los proyectos para verificar si cumplen
con las nuevas disposiciones. Es un hecho
que ya no se pueden construir campos de golf
encima de los manglares, pero nada impide
que se construya alrededor de ellos.
“La realidad es que los
desarrolladores turísticos quieren
todo o nada. Prueba de ello es que aunque
la norma oficial 022 les iba a permitir destruir
hasta un 5% del manglar por proyecto, eso
no les fue suficiente y frenaron por la vía
legal esa norma”, explicó Gustavo Alanís,
presidente del Cemda.
“En México, los manglares
ofrecen servicios ambientales valuados en
más de 16 mil millones de dólares
al año, que benefician a las pesquerías,
evitan la erosión de las costas y protegen
contra huracanes y marejadas”, dijo Juan Carlos
Cantú, director de programas de Defenders
of Wildlife de México.
"Ya se ha perdido más
del 65% de los manglares y la Semarnat estima
que de continuar la tasa de deforestación
actual este ecosistema desaparecerá
en 25 años, en perjuicio de millones
de mexicanos que dependen de sus servicios
ambientales", comentó María
Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz.
“Los desarrolladores turísticos
olvidan fácilmente el daño económico
que causan los huracanes. En fecha reciente,
se esperaba que el huracán Dean costara
300 millones de dólares a las aseguradoras
pero ese monto se redujo a 59 millones gracias
a que el meteoro entró y salió
por las zonas más conservadas de manglar
de Quintana Roo y Campeche, lo que atenuó
su fuerza", dijo Alejandro Olivera, coordinador
de la campaña de océanos de
Greenpeace México.
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Arrestan a 50 activistas
de Greenpeace por denunciar la farsa de Bush
27 septiembre 2007 - Ciudad
de México, México — 50 activistas
de Greenpeace, incluido el director de la
oficina estadounidense, fueron arrestados
mientras protestaban en forma pacífica
por considerar que la política de George
Bush para enfrentar el cambio climático
es una farsa. En este marco dio inicio la
reunión del G-8 convocada por el presidente
de los Estados Unidos, a la que asisten los
países más contaminantes del
planeta, principales responsables de las emisiones
de gases invernadero. México es uno
de los países asistentes.
Esta reunión de las
economías más desarrolladas
del mundo intenta desviar la atención
de los aspectos más críticos
del cambio climático. Peor aún,
pretende socavar las recientes negociaciones
efectuadas en la ONU que conducen a reforzar
el acuerdo internacional para reducir drásticamente
las emisiones de gases de efecto invernadero,
sustituyendo los acuerdos obligatorios por
medidas voluntarias y promesas vagas.
Los países reunidos
en Washington son responsables de más
del 90% de las emisiones mundiales de gases
de efecto invernadero. Históricamente,
más del 80% de las emisiones a la atmósfera
vienen sólo de los país del
G-8. Si esos países aplicaran acciones
reales, las emisiones bajarían sustancialmente.
Pero eso requiere metas y objetivos obligatorios
para garantizar que la temperatura del planeta
no tenga un incremento superior a 2º
C en los próximos 100 años.
Sin embargo, Estados Unidos y Australia rechazan
las medidas obligatorias.
Si bien México aún
no tiene obligación de reducir sus
emisiones de gases de efecto invernadero en
el marco del Protocolo de Kyoto, en el corto
plazo deberá fijar metas de reducción.
"México tiene
la oportunidad de detonar una revolución
energética basada en el uso masivo
de las energías renovables y el impulso
de la eficiencia energética. Ya no
hay tiempo que perder, México no debe
sumarse al juego de Bush sino demostrar que
está a favor del clima apoyando las
metas de reducción obligatoria de gases
de efecto invernadero. México debe
pasar del discurso a los hechos", señaló
Gustavo Ampugnani, director de campañas
de Greenpeace México.
A inicios de esta semana,
en la ONU, quedó claro que la comunidad
internacional se encamina a reforzar los acuerdos
multilaterales sobre cambio climático
y aspira a crear un segundo Protocolo de Kyoto
para 2013, cuyas negociaciones comenzarán
en diciembre próximo en Bali, Indonesia.