01
noviembre 2007 - Ciudad de México,
México Que un frente frío
supere los planes de seguridad en las plataformas
de Pemex, que el 80% de Tabasco esté
bajo el agua por el desbordamiento de los
ríos Carrizal, Mezcalapa y Grijalba,
y que todos los días nos topemos con
desastres demuestra que el gobierno federal
carece de una política de prevención
y mitigación de los fenómenos
climáticos extremos así como
de una estrategia de respuesta adecuada a
los impactos del cambio climático.
Está bien que el
presidente Felipe Calderón llene costales
de arena. Pero esa no es una solución.
Necesitamos programas de mitigación
y adaptación para las zonas vulnerables
al cambio climático, como Tabasco y
amplias regiones del litoral del Golfo de
México y el Caribe. Ya sabemos que
son vulnerables, ya vivimos dolorosas experiencias
de fenómenos meteorológicos
potenciados por el cambio climático,
¿qué esperan para tomar medidas
de prevención?, cuestionó Jorge
Escandón, coordinador de la campaña
de clima de Greenpeace México.
Desde 1997, el primer estudio
sobre cambio climático elaborado por
científicos mexicanos para la ONU advirtió:
el sistema hidrológico tabasqueño
es sumamente vulnerable debido a que las costas
del Golfo de México y del Caribe son
bajas y arenosas, lo cual aumenta la posibilidad
de anegación.
A esto se suma el aumento
de fenómenos metereológicos
extremos como el número de depresiones
tropicales en el Caribe y el Golfo de México
y la mayor intensidad de los huracanes.
Aunque la Estrategia Nacional
de Cambio Climático reconoce que cuesta
6 veces menos adoptar medidas de prevención
al costo de responder a una emergencia (estimación
de la Organización Metereológica
Mundial), no ha desarrollado medidas concretas
en ese sentido a pesar de que México
tiene 23 millones de personas en situación
de vulnerabilidad. Las autoridades reconocen
esto, pero no adoptan medidas preventivas.
Por ello, Greenpeace exige
al Sistema Nacional de Protección Civil
y a la Comisión Intersecretarial de
Cambio Climático:
- reubicar a las comunidades
más vulnerables ante fenómenos
climáticos; es decir, realizar un verdadero
ordenamiento territorial;
-instrumentar políticas preventivas
en los 263 municipios costeros del país;
-que los programas estatales de desarrollo
incluyan estrategias de prevención
ante el creciente riesgo por sequías
y huracanes;
- incorporar el ordenamiento y la conservación
de acuíferos en las tareas de planeación,
para proporcionar agua en caso de emergencia;
- restaurar cuerpos de agua que permitan mantener
la capacidad de almacenamiento ante lluvias
extremas;
-que el Sistema Urbano Nacional amplíe
la cobertura de alertas;
-los municipios contemplen
el ordenamiento ecológico del territorio
al planear asentamientos humanos y que se
incorporen planes de manejo de los recursos
naturales con énfasis en energías
renovables.
NOTA: En un contexto de cambio climático,
"mitigar" significa disminuir emisiones
de gases de efecto invernadero y "adaptar"
significa que, considerando el incremento
de fenómenos climáticos extremos,
se tomen medidas para disminuir el peligro
al cual está expuesta la población.
Es decir, el gobierno mexicano tendría
que estar adoptando medidas preventivas, más
que reaccionando a las consecuencias.