Ciudad
de México, México — La Cámara
de Diputados aprobó una Ley de Promoción
y Desarrollo de Bioenergéticos que,
a diferencia de la anteriormente propuesta,
no contempla al maíz como insumo principal
para la elaboración de etanol. Sin
embargo, acepta ese procedimiento en caso
de que haya excedentes de maíz, para
lo cual considera la biotecnología
como una opción.
Greenpeace reprueba que
la nueva ley (artículo 1, inciso 1)
admita producir bioenergéticos a partir
de procesos biotecnológicos. La inclusión
explícita de la biotecnología
deja la puerta abierta para que las empresas
comercializadoras de transgénicos presionen
con más fuerza a las autoridades agrícolas
de México para que les otorguen permisos
de liberación al ambiente de maíz
transgénico, con los riesgos de contaminación
que esto representa para las variedades de
maíz mexicano.
Si bien la bioenergía
es parte de la solución para combatir
el cambio climático, no es una "solución
mágica" al uso de combustibles
fósiles (petróleo, gas y carbón).
Debe ser usada junto con otras medidas, políticas
y sociales, para incrementar la eficiencia
en el uso de energía y reducir nuestra
dependencia de los combustibles.
Greenpeace demanda que la
producción y uso de bioenergía
no amplíen las desigualdades sociales,
especialmente entre los países desarrollados
y en desarrollo, ni ocasionen impactos sociales
y ambientales negativos o vulneren la seguridad
alimentaria de México.