Madrid
- WWF/Adena considera imprescindible que todas
las Comunidades Autónomas donde el
lince estaba presente en los años 90
aprueben los planes de recuperación
del lince, en cumplimiento de la ley 4/89.
A través de estos planes las Comunidades
deben desarrollar las adecuadas medidas que
permitan conservar y recuperar tanto a la
especie como a su hábitat. Por ello
WWF/Adena va a solicitar al Ministerio de
Medio Ambiente que en los presupuestos de
los próximos años no invierta
fondos en aquellas Comunidades que no hayan
cumplido con esta obligación legal.
Según la ley de Conservación
de la Naturaleza todavía vigente (Ley
4/89), las Comunidades Autónomas están
obligadas a aprobar planes de recuperación
para aquellas especies clasificadas como “en
peligro” en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas de su territorio. Este
es el caso del lince ibérico, especie
catalogada “en peligro crítico” y considerada
como el felino más amenazado del planeta
por la IUCN. Sin embargo, tan sólo
dos de las 5 Comunidades Autónomas
donde el lince estaba presente en 1989 han
aprobado los correspondientes planes de recuperación:
Castilla-La Mancha y Extremadura.
Los Planes de Recuperación
son documentos oficiales que sirven, entre
otras cosas, para establecer los objetivos
de conservación de la especie, delimitar
áreas prioritarias de actuación
y protección, definir líneas
de actuación, habilitar recursos materiales
y humanos, definir y facilitar la coordinación
entre las diferentes departamentos implicados
(medio ambiente, agricultura, obras públicas,
etc.) y garantizar la disponibilidad de los
fondos necesarios. En definitiva este documento,
que debe ser aprobado en el correspondiente
boletín oficial tras los preceptivos
trámites de información pública,
supone un auténtico compromiso por
parte de la administración autonómica
para la conservación de una especie.
La ausencia de estos planes
de recuperación (hay que recordar que
las dos comunidades que han aprobado el plan
lo han hecho en 2003 y 2004 respectivamente),
si bien no ha sido la causa de la desaparición
del lince, sí que ha podido influir
en el rápido declive de la especie,
ya que ha supuesto una falta importante de
herramientas y recursos de conservación
y gestión que hubieran permitido combatir
este proceso.
El reciente descubrimiento
de una nueva población de linces en
Castilla-La Mancha ha puesto de manifiesto
la importancia de contar con estos planes,
así como la necesidad de trabajar a
medio y largo plazo en la conservación
de las especies en peligro, potenciando la
conservación del hábitat y tratando
de eliminar las causas que han motivado su
desaparición.
Sin embargo, existen tres
comunidades que no han hecho bien sus deberes.
El caso más sorprendente es el de Andalucía,
ya que se trata de la región que alberga
las dos únicas poblaciones reproductoras
de lince en el mundo y ha sido la Comunidad
más activa en los últimos años
a la hora de desarrollar actuaciones de conservación
de esta especie. A pesar de ello, la falta
del preceptivo plan de recuperación
disminuye la eficacia de algunas acciones,
plantea muchas dudas sobre la continuidad
que van a tener los proyectos financiados
por la UE y proyecta cierta incertidumbre
sobre el compromiso a largo plazo del gobierno
andaluz por la conservación del lince.
Hay que destacar que la Junta de Andalucía
no ha aprobado hasta la fecha ningún
plan de recuperación para ninguna especie
amenazada, si bien cuenta con varios borradores
desde hace años.
Otra Comunidad que tampoco
tiene plan alguno aprobado y que está
incumpliendo gravemente la ley 4/89, es la
de Madrid, donde la presencia constatada de
ejemplares de lince ibérico parece
más un obstáculo para la construcción
determinadas infraestructuras, como la M-501
o la M-50, que un objetivo de conservación.
De hecho, ciertas áreas de la Comunidad
de gran valor para especies amenazadas como
el lince o el águila imperial son algunas
de las que corren más peligro de verse
afectadas por la construcción de infraestructuras
y el desarrollo urbanístico descontrolado,
sin que el Gobierno Autónomo tome cartas
en el asunto.
Un caso intermedio es el
de Castilla y León que, si bien ha
aprobado planes de recuperación para
varias especies, parece haber renunciado a
realizar ningún esfuerzo por el lince
ibérico. En este caso es necesario
recordar que las zonas de Madrid y Extremadura
donde se han localizado las últimas
observaciones de la especie están justamente
muy próximas al límite con esta
y que, por lo tanto, su implicación
es imprescindible.
Para Luis Suárez,
responsable del programa de especies de WWF/Adena:
“Resulta absolutamente inaceptable que ciertas
Comunidades Autónomas no cumplan la
ley y no pongan en marcha todos los instrumentos
necesarios para garantizar la conservación
de una especie única en el mundo, que
se encuentra al borde de la extinción”.
Y concluye: “Hemos llegado a esta situación
crítica por la ineficacia en el pasado
de las administraciones competentes y esto
no puede seguir así después
de casi 20 años. Las Comunidades Autónomas
deben cumplir con sus obligaciones y desarrollar
todos los instrumentos de conservación
que se encuentran a su alcance o será
imposible salvar al lince de la extinción”.
Artículo: Luis Suárez