El
Convenio de Basilea obliga a España
a reclamar el regreso del buque que estuvo
retenido en Almería para desguazarlo
de forma segura
05 noviembre 2007
Madrid, España — El buque Aqaba Express
(ahora llamado Al Arabia) ha alcanzado las
playas de Alang (India) casi dos meses después
de su salida del Puerto de Almería.
El barco espera ahora su desguace en un país
en el que las leyes ambientales y de protección
de la salud de los trabajadores son tan laxas
que este tipo de prácticas suponen
un grave impacto ambiental y sanitario.
Los barcos viejos contienen
sustancias peligrosas como amianto, metales
pesados, PCBs y gases explosivos. Éste
es también el caso del Aqaba Express,
que contiene entre otras sustancias CFCs y
amianto. Durante el desguace, estas sustancias
tóxicas se liberan en el medio ambiente
y ponen en grave riesgo la salud de las personas
que trabajan allí, ya que lo hacen
sin las medidas de protección adecuadas.
Estas sustancias pueden provocar graves efectos
en la salud como problemas en la reproducción,
en el desarrollo neurológico de los
niños o cáncer.
Greenpeace descubrió
la situación del buque el pasado miércoles
y se lo comunicó inmediatamente al
Ministerio de Medio Ambiente para que evitase
el incumplimiento del Convenio de Basilea
sobre traslado de residuos. Según este
Convenio, España como país exportador
del residuo (el barco que va a ser desguazado)
debe reclamar la vuelta del buque para asegurar
que se desguace de forma segura, sin poner
en riesgo la salud de las personas y el medio
ambiente. El barco se encuentra en estos momentos
en la plataforma 114 de Alang, donde opera
la empresa desguazadora Rajendra Ship Breakers.
Cinco días después,
el Gobierno no ha reclamado la vuelta del
Aqaba Express a España, a pesar de
conocer que se encuentra en la India esperando
su desguace y que se trata de un traslado
ilícito de residuos del que el España
es parte como país exportador.
“ El Gobierno español,
con este comportamiento, está dejando
la puerta abierta a la vulneración
de los derechos humanos y a una grave agresión
contra el Medio Ambiente en India”, ha declarado
Sara del Río, responsable de la campaña
de tóxicos de Greenpeace.
El barco fue retenido en
España después de declarar que
se iba a trasladar a la India para su desguace.
La Unión Europea considera residuo
peligroso a los buques que tienen como destino
su desguace y el Convenio de Basilea prohibe
que un residuo sea trasladado a países
que no tienen las condiciones de protección
de la salud y del medio ambiente necesarias
para que sea tratado con seguridad.
Las autoridades españolas
permitieron la salida del barco el pasado
7 de septiembre después de que la armadora
se comprometiera a enviarlo a reparar al puerto
de Constanza, en Rumanía aportando
diversos documentos como el contrato de reparación
en Rumanía, el certificado de registro
para permitir el traslado entre Almería
y Rumanía y un seguro adaptado a las
condiciones de dicho certificado.
Sin embargo, el Aqaba Express
cambió de ruta y empezó a navegar
hacia la India. El día 4 de octubre,
cuando se encontraba en Yemen, dejó
de funcionar la señal de satélite
del barco y no se ha conocido su localización
hasta hace unos días. Durante el trayecto,
el buque cambió de nombre y ahora se
llama Al Arabia.
+ Más
Greenpeace reclama a Fomento
y al Ayuntamiento y Generalitat de Valencia
su derecho a atracar en el puerto
06 noviembre 2007
Valencia, España — La organización
ecologista Greenpeace ha dirigido sendos escritos
al Ministerio de Fomento, a la alcaldesa de
Valencia, y al presidente de la Generalitat
solicitando que permitan el atraque del buque
de la organización, Arctic Sunrise,
en el puerto de Valencia. Dichas administraciones
forman parte del consorcio de la Autoridad
Portuaria de Valencia que gestiona las instalaciones
portuarias valencianas.
Desde hace semanas la organización
ecologista tramita infructuosamente los permisos
para que el Arctic Sunrise pueda atracar en
Valencia coincidiendo con la celebración
en la ciudad de la cumbre del Panel Intergubernamental
de Cambio Climático (IPCC). Sin embargo
dicha petición ha sido rechazada con
justificaciones diversas como que no hay espacio
en el puerto o que el barco de Greenpeace
no es un barco comercial. Sin embargo, los
barcos de Greenpeace tienen una presencia
habitual en muchos puertos españoles
y de todo el mundo y sin problemas, algo que
no viene sucediendo en Valencia.
Desde que en el año
2003 el buque Rainbow Warrior fuera detenido
durante un mesen Valencia por oponerse a la
descarga de madera tropical extraída
ilegalmente en África, los barcos de
esta organización ecologista han tenido
vetada la entrada en el puerto de Valencia.
Desde ayer, más de
3.000 personas de toda España han pedido
a la Autoridad Portuaria que se permita el
atraque del Arctic Sunrise en Valencia, ya
que el barco forma parte de la campaña
de la organización de sensibilizar
sobre el cambio climático, el mayor
problema que tiene actualmente el medio ambiente
en el mundo.
"No hay justificación
para este veto. Reclamamos a las autoridades
que faciliten la entrada del Arctic Sunrise
en el puerto de Valencia o que expliquen claramente
cuáles son los motivos por los que
no se permite nuestra entrada en Valencia",
ha declarado Juan López de Uralde,
Director de Greenpeace.
+ Más
Greenpeace consigue entrar en el puerto de
Valencia con su buque Arctic Sunrise
La organización ecologista
da comienzo a sus actividades sobre cambio
climático ante la reunión de
los científicos del IPCC en Valencia
07 noviembre 2007
Valencia, España — Con su presencia
en Valencia la organización ecologista
quiere servir de altavoz a los mensajes que
la comunidad científica va a lanzar
a los gobiernos y a la sociedad en general
con motivo de la reunión del Grupo
de Expertos de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (IPCC) que tendrá
lugar en la capital valenciana durante la
semana próxima.
Dicha reunión tiene
como objetivo aprobar el Cuarto Informe de
Evaluación sobre cambio Climático
del IPCC y su Informe de Síntesis.
Es decir se trata de resumir y ordenar la
información más relevante sobre
cambio climático, para ponerla a disposición
de todos los responsables políticos,
que se reunirán el próximo mes
de diciembre en Bali.
Según ha sabido Greenpeace
la entrada del Arctic Sunrise al puerto de
Valencia ha sido posible finalmente gracias
a la gestión del delegado del gobierno
en la Comunidad Valenciana. Esto supone un
hito ya que, desde el año 2003 en el
que el buque Rainbow Warrior fuera detenido
durante un mes en Valencia por oponerse a
la descarga de madera tropical extraida ilegalmente
en África, los barcos de esta organización
ecologista han tenido vetada la entrada en
el puerto de Valencia.
“Nos alegramos de que por
fin se permita a Greenpeace entrar en el puerto
de Valencia a realizar su labor de divulgación
sobre el cambio climático y queda demostrado
que no había razones lógicas
para impedirlo, solo hacía falta voluntad
política. Lo importante ahora es que
los gobiernos escuchen el mensaje de los científicos
y entiendan que hay que actuar ya para frenar
el cambio climático empezando por un
Mandato de Bali que refuerce el protocolo
de kioto” ha declarado Juan Lopez de Uralde
director de GP.
El Arctic Sunrise podrá
ser visitado por los socios de Greenpeace
y el público interesado, el jueves
y viernes de 5 a 9 de la tarde, y el sábado
y domingo de 11 a 2 y de 5 a 9. A bordo se
podrá visitar una exposición
fotográfica sobre los impactos del
cambio climático en España basada
en las imágenes del libro Photoclima
que Greenpace presenta mañana.
La presencia de Greenpace
en Valencia continuará durante toda
la semana que viene junto a la reunión
de los científicos del IPCC e incluirá
actividades como charlas, el túnel
del tiempo, un bar solar, cocinas solares,
etc. Toda la información sobre la campaña
y sobre las actividades programadas se encuentra
en www.energia.greenpeace.es
+ Más
Escaladores de Greenpeace
despliegan una pancara gigante para pedir
la protección del atún rojo
Un nuevo informe de la organización
ecologista proporciona evidencias de pesca
ilegal de atún en el Océano
Atlántico y el Mediterráneo
08 noviembre 2007
Antalya, Turquía — Durante la sesión
de apertura de la conferencia anual de la
Comisión Internacional para la Conservación
del Atún Atlántico (CICAA),
en Turquía, escaladores de Greenpeace
han descolgado una pancarta gigante en la
que se leía “Time and Tuna are running
out” (“el tiempo y el atún se están
agotando”), para demandar a los delegados
asistentes a la reunión medidas urgentes
para salvar el atún rojo.
Durante los próximos
10 días, la reunión de la CICAA
discutirá la gestión de las
pesquerías de túnidos en el
océano Atlántico y el Mediterráneo,
donde la sobrepesca y la pesca pirata han
llevado al atún rojo al borde de su
extinción comercial. Greenpeace demanda
el cierre de la pesquería de atún
rojo hasta que la población se recupere
(1).
“El supuesto 'plan de recuperación
del atún rojo' aprobado el año
pasado es un desastre para el futuro de la
pesquería”,- declaró desde Antalya
Sebastián Losada, Responsable de Océanos
de Greenpeace.- “Permite la captura del doble
de atún recomendado por el propio comité
científico de la CICAA, y ni siquiera
se ha cumplido. Si la CICAA quiere de verdad
recuperar el atún rojo, y su propia
credibilidad, debe cerrar la pesquería
de forma urgente”.
Las actividades ilegales
fueron generalizadas en 2007, y miembros de
la CICAA como la UE han declarado capturas
superiores en más de un 20% a las que
podrían capturar legalmente (2). Se
han hecho públicos numerosos escándalos,
incluyendo el tráfico ilegal de cuotas
entre distintos países (3). En un nuevo
informe distribuido hoy, Greenpeace ofrece
detalles sobre operaciones ilegales de pesca
en el área gestionada por la CICAA,
particularmente en el Mediterráneo
(4). Basándose en investigaciones y
en lo observado por Greenpeace en alta mar,
el informe expone el fracaso total de las
actuales normativas a la hora de combatir
la pesca ilegal:
El informe expone:
Pesca ilegal por parte de
buques japoneses e italianos dedicados a la
pesca de atún rojo, incluyendo el uso
de avionetas de avistamiento de atún
tan sólo un día después
de la entrada en vigor del plan de recuperación
del atún rojo;
El uso de redes de deriva por parte de las
flotas italiana y tunecina;
Prácticas de pesca ilegal y no regulada
por parte de la flota libia;
Infradeclaración de capturas de atún
patudo en el océano atlántico
por parte de la flota de Taiwan;
Transbordos (transferencias de pescado entre
buques) no regulados en el Mediterráneo;
El uso de “banderas de conveniencia” por parte
de la flota japonesa y coreana.
“Para evitar el colapso
del stock, la CICAA debe acordar el cierre
de la pesquería de atún rojo
hasta que la población muestre signos
de recuperación, las zonas de reproducción
del atún rojo sean protegidas y un
sistema de gestión eficaz sea adoptado
e implementado”, añadió Losada.
“Además, la CICAA debe combatir de
forma efectiva la pesca ilegal en todas las
pesquerías que gestiona”.
(1) En los últimos
años se han capturado unas 50.000 toneladas
de atún rojo cada año pese a
que la cuota legal de captura para la especie
se situaba en torno a las 32.000 toneladas.
(2) Los Estados Miembros de la UE han pescado
en 2007 más de 20.000 toneladas de
atún rojo, más de un 20% por
encima de su cuota legal.
(3) El 18 de octubre, la prensa francesa publicó
un nuevo escándalo que aludía
a capturas de barcos turcos que habían
sido declarados bajo la cuota francesa. Midi
Libre, jueves 18 de octubre de 2007, p.2
(4) “Pirate Booty. How ICCAT is failing to
curb IUU fishing”
+ Más
Greenpeace muestra en el
libro Photoclima la transformación
que sufrirá España si no se
actúa contra el cambio climático
Photoclima pone en imágenes
los informes del Panel Intergubernamental
de Cambio Climático de la ONU para
alertar de la urgencia de reducir las emisiones
de CO2
09 noviembre 2007
Madrid, España — Greenpeace ha presentado
hoy el libro Photoclima: Imágenes de
un futuro afectado por el cambio climático.
Las fotografías del libro evidencian
los devastadores efectos que el cambio climático
podría tener en España, según
las predicciones del Panel Intergubernamental
sobre Cambio Climático de Naciones
Unidas (IPCC), y demuestran que es urgente
reducir drásticamente las emisiones
de CO2 para evitar que las imágenes
del libro se hagan realidad.
El IPCC, reciente ganador
del Premio Nobel, se reunirá del 12
al 17 de noviembre en Valencia para concluir
y presentar su Informe de Síntesis,
el último y más importante de
los documentos de su Cuarto Informe de Evaluación.
Con esta información, y mediante técnicas
de fotomontaje, se han tratado seis imágenes
de diferentes lugares permitiendo visualizar
los efectos devastadores del cambio climático
si no se toman medidas de manera urgente.
“Es urgente reducir las
emisiones para evitar un cambio climático
peligroso, las decisiones políticas
y de inversión deben asegurarnos que
las imágenes de este libro no son imágenes
de futuro, el futuro puede y debe ser otro”.
Ha declarado Raquel Montón, responsable
de la campaña de cambio climático
de Greenpeace.
El libro se articula en
torno a seis temas y lugares distintos. Los
ríos mediante la emblemática
imagen del río Ebro a su paso por Zaragoza.
La agricultura reflejada en las plantaciones
de naranjos de Valencia. Las montañas
representadas por sus formaciones glaciares
como las de Monte Perdido en el Pirineo. El
mar fotografiado en el Parque Nacional de
las Islas Atlánticas en Galicia y en
la Manga del Mar Menor en Murcia, los bosques
a través de la imagen del Parque Natural
de los Alcornocales en Cádiz; y, por
último, las personas más vulnerables
y con menor responsabilidad ante el cambio
climático: los inmigrantes que llegan
a España porque no tienen recursos
para sobrevivir en África.
Cada uno de los temas cuenta
además con un relato escrito por personalidades
de gran relieve en el mundo de las letras,
escritores de la talla de José Saramago,
Rosa Regás, Manuel Rivas, Iñaki
Gabilondo, Jane Goodall, Miguel Delibes de
Castro y Joaquín Araujo han colaborado
conscientes de la gravedad de la situación,
y de la importancia del momento en el que
estamos.
El Informe que presentará
el IPCC está elaborado para los responsables
políticos, mediante su información
fidedigna basada en hechos científicos
relativos al clima. Será la principal
contribución para la próxima
ronda de negociaciones sobre el clima de Naciones
Unidas que tendrá lugar en Bali, Indonesia,
en diciembre. Para ayudar a la máxima
divulgación de este trabajo, Greenpeace
publica este libro que muestra directamente
la dramática amenaza del cambio climático
para alertar la conciencia de los políticos.
La organización ecologista
reivindica el Protocolo de Kioto como la solución
real para afrontar con determinación
la urgencia del cambio climático, reclama
la detención de la deforestación
para paliar los efectos del cambio climático,
y sobre todo exige un revolución energética
basada en la eficiencia y las energías
renovables como solución posible y
real para garantizar el futuro.