Japón pretende matar
más de mil ballenas este año
- 20 noviembre 2007 - Japón, Japón
— La flota ballenera japonesa salió
del puerto de Shimonoseki para realizar la
mayor cacería desde que entró
en vigor la moratoria a la caza comercial
hace veinte años. El barco “Esperanza”
de Greenpeace se encuentra
actualmente justo fuera de aguas territoriales
japonesas y escoltará a la flota ballenera
durante su trayectoria hacia la Antártica.
Esta temporada, Japón
pretende matar más de mil ballenas,
incluyendo a 50 ballenas de aleta en peligro
de extinción, y por primera vez 50
ballenas jorobadas catalogadas como amenazadas.
La Comisión Ballenera Internacional
ha hecho un llamado a detener el programa
japonés para cazar de ballenas en el
Océano Austral.
“El programa 'científico'
japonés de la caza de ballenas es una
farsa y es causa de la tensión diplomática
entre Japón y los países que
apoyan la conservación de las ballenas,
como los Estados Unidos. La caza de ballenas
no tiene lugar en la Antártica, es
un lugar de paz e investigación científica”
enfatizó Karli Thomas, coordinadora
de la campaña anticaza de ballenas
de Greenpeace, a bordo del barco “Esperanza”.
“La flota ballenera japonesa
debe volver a puerto. Si no lo hace Greenpeace
intentará por todos los medios, a través
de la acción directa no violenta, evitar
la caza”, remarcó Thomas.
La cacería anual
de ballenas en el océano austral realizada
por Japón esta amparada por la justificación
de caza con fines científicos, y ha
sido condenada internacionalmente.
“Los balleneros japoneses
engañan a sus connacionales al pintar
la palabra 'research' (investigación)
en un costado de sus embarcaciones; los científicos
reales no necesitan matar ballenas para estudiarlas.
Esto es una caza comercial pobremente disfrazada
de ciencia” dijo Junichi Sato de Greenpeace
Japón.
Una encuesta de opinión
llevada a cabo en Japón por el Centro
de Investigaciones Japonesas en junio del
2006 demostró que el 95 por ciento
de los japoneses casi nunca o nunca han comido
carne de ballena y que más de dos tercios
de los japoneses no apoyan la caza de ballenas
en aguas internacionales. Japón tiene
casi 4 mil toneladas de carne de ballena proveniente
de su programa 'científico' almacenada,
sin ser comida, vendida ni requerida.
Greenpeace está apoyando
el estudio del comportamiento de estas ballenas
para demostrarle a los cazadores japoneses
que no es necesario matarlas para efectuar
cualquier investigación científica,
como ellos argumentan. La información
proveniente de marcas satelitales, la toma
de biopsias de piel y la foto identificación
de las aletas ya han proporcionado información
valiosa acerca de los patrones de migración
y amenazas de las poblaciones de ballenas
jorobadas, sin el disparo de ningún
arpón. Greenpeace mostrará la
localización de la flota ballenera
mientras es seguida hacia el sur por el “Esperanza”,
en el mismo mapa que se rastrea la migración
de las ballenas jorobadas de Nueva Caledonia
y las Islas Cook, donde son sus sitios de
reproducción.
La importancia de las ballenas
para México
Algunas ballenas jorobadas
valen más en millones de dólares,
derivados de una industria de observación
de ballenas. México es un país
que sabe sacar este provecho a las ballenas
grises en la costa occidental de la península
de Baja California y a las ballenas jorobadas
en Bahía de Banderas, ya que año
con año se realiza esta actividad.
“Este invierno, mientras
los japoneses cazan ballenas jorobadas en
el Océano Austral, miles de turistas
observarán el arribo de estos mamíferos
a aguas de México. No queremos que
las próximas ballenas cazadas sean
las que podrían llegar a nuestro país,
por ello exhortamos al gobierno de México
a demostrar su pro actividad como nación
que defiende la conservación de ballenas,
ante la comunidad internacional”, dijo Alejandro
Olivera, coordinador de la campaña
de océanos de Greenpeace.
+ Más
Greenpeace persigue a los
balleneros japoneses y hace seguimiento vía
satélite de sus movimientos
A través de la web
“El Gran Viaje de las Ballenas” los internautas
podrán seguir los movimientos de la
flota ballenera japonesa. - 19 noviembre 2007
- España — La flota ballenera japonesa
ha salido del puerto de Shimonoseki (Japón)
para la mayor cacería desde que entró
en vigor la moratoria a la caza comercial
hace veinte años. Los japoneses pretenden
cazar este año más de 1.000
ballenas en el Océanos Antártico,
incluyendo 50 rorcuales comunes en peligro
de extinción, 50 yubartas, también
en peligro, y 935 rorcuales aliblancos.
Greenpeace ha estado siguiendo
desde el pasado mes de agosto a un grupo de
ballenas en su migración desde el Pacífico
Sur hasta el Santuario Ballenero Antártico.
Este seguimiento se ha realizado a través
de un sistema de chips inocuos en las ballenas
que permitían su monitorización
a través de satélite. La localización
del grupo se ofrecía a través
de la página web de la organización
http://www.greenpeace.es/elgranviaje para
que los internautas pudieran hacer un seguimiento
de dicha migración.
“El Gran Viaje de las Ballenas”
ha estado monitorizando la localización
exacta de estas ballenas hasta este momento.
El el mismo mapa donde antes estaban las ballenas
ahora se hará un seguimiento en cada
momento de los movimientos de la flota japonesa
en su viaje al Sur. En la misma web Greenpeace
propone a los internautas diferentes opciones
para colaborar en esta campaña. El
buque Esperanza de Greenpeace, por su parte,
también sigue de cerca a los balleneros
y asegura que hará todo lo posible
para intentar parar esta cacería.
Con este proyecto, realizado
en colaboración con científicos
del Pacífico, la organización
ecologista quiere demostrar que el estudio
de estos mamíferos puede realizarse
sin necesidad de matarlos. La “caza científica”
es la excusa utilizada por los balleneros
japoneses para defender su cruenta cacería.
“Esto no es ciencia,
es un negocio enmascarado como ciencia. Este
programa de caza está generando mucho
dinero financiado por los contribuyentes japoneses”/,-
ha declarado Karli Thomas, la responsable
de la expedición de la campaña
anticaza de ballenas de Greenpeace, a bordo
del barco Esperanza de Greenpeace.- /“La flota
ballenera debe volver a puerto. Si no lo hace
Greenpeace intentará por todos los
medios, a través de la acción
directa no violenta, evitar la caza”.