La
organización ecologista considera inaceptable
que se pretenda solucionar el problema de los
residuos radiactivos sin poner en marcha previamente
un plan de cierre progresivo de todas las centrales
nucleares
26 noviembre 2007 - España
— Greenpeace pide al PSOE más audacia
energética para acelerar el cierre de
las centrales nucleares españolas. La
organización ecologista considera inaceptable
que el PSOE plantee mantener activa la central
de Garoña hasta 2009 y dar 40 años
de vida a las restantes centrales nucleares,
dado que la vida útil técnica
de estas instalaciones es de 25 años.
“La energía nuclear
es el principal obstáculo que existe
para lograr un modelo energético 100%
renovable” ha declarado Juan López de
Uralde, director ejecutivo de Greenpeace. “El
enorme potencial de las energías renovables
y el amplio margen existente para mejorar la
eficiencia energética, permiten el comienzo
inmediato de un programa de cierre progresivo
y urgente de las centrales nucleares basado
en un máximo de 25 años de vida
útil para éstas”, ha añadido
Uralde.
El envejecido parque nuclear
español da ya muestras evidentes del
agotamiento de su vida útil, como demuestra
el cada vez mayor número de sucesos de
seguridad en las centrales. Según el
informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)
al Congreso y al Senado correspondiente al 2006,
el numero de sucesos notificables se incrementó
en un 62,9% con respecto al 2005. Según
los datos de que dispone Greenpeace, en 2007
se batirá un nuevo récord.
En el caso de la central nuclear
de Garoña, que sufre graves problemas
de agrietamiento en componentes fundamentales
para la seguridad, su cierre debería
ser inmediato. Esta central, inaugurada por
Franco en 1971, es la más vieja de todo
el parque nuclear español, tras el cierre,
el año pasado, de la central de Zorita.
Está completamente amortizada y su producción
eléctrica es totalmente marginal.
Por otro lado, en lo que se
refiere al problema de los residuos radiactivos,
Greenpeace reitera al Gobierno que si éste
quiere lograr un verdadero y amplio consenso
social sobre el problema de los residuos radiactivos,
previamente deberá aprobarse y ponerse
en marcha un plan de cierre progresivo y urgente
de todas las centrales. Mientras tanto rechazará
cualquier opción, como el cementerio
nuclear centralizado (ATC) que promueve el Gobierno
a través de la Empresa Nacional de Residuos
Radiactivos (ENRESA).
“Greenpeace fomentará
la creación de un clima de diálogo
al respecto de los residuos radiactivos y mantendrá
una postura constructiva en el mismo, siempre
y cuando antes se haya puesto en marcha un satisfactorio
plan de abandono de la energía nuclear
en España”, ha declarado Carlos Bravo,
responsable de la campaña de energía
nuclear de Greenpeace. “El Gobierno debe entender
que, para avanzar en la solución del
problema de los residuos radiactivos de alta
actividad, ineludiblemente antes hay que poner
freno, y cuanto antes, a la producción
de esos residuos, que son generados en las centrales
nucleares”, ha añadido Bravo.