Bogotá, 17
de diciembre de 2007 (MAVDT).- Con decisiva y exitosa
participación de Colombia en cabeza del ministro
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial,
Juan Lozano Ramírez, finalizó la conferencia
de la partes de la Convención de Cambio Climático
de las Naciones Unidas en Bali (Indonesia).
El titular de la Cartera Ambiental
señaló que Colombia fue la gran ganadora
en Bali al ser aprobado el Fondo de Adaptación
que permitirá recursos para los países
en vía de desarrollo.
“Fue acogida y aprobada nuestra
propuesta de la creación de un Fondo de Adaptación
que permitirá recursos para mitigar los efectos
del cambio climático en los países
más pobres y expuestos a desastres hidrometeorológicos”,
aseguró el jefe de la Cartera Ambiental.
Como resultado en materia forestal,
Colombia logró flexibilizar los requerimientos
que el Mecanismo de Desarrollo Limpio exige a pequeños
proyectos, que permitirán el fácil
acceso de comunidades pobres al mercado de reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero.
“La adaptación al cambio
climático es cuestión de supervivencia,
equidad, justicia global y ética planetaria”,
destacó el Ministro en su discurso ante la
plenaria de la reunión en la isla de Bali.
Indicó que el nuevo régimen
post-Kyoto debe estar basado “en el principio de
responsabilidades comunes, pero diferenciadas”.
En la Cumbre se consiguió
fortalecer la capacidad de los países en
desarrollo para controlar la deforestación,
lo que a futuro podría traducirse en la generación
de incentivos económicos para los países
que controlen exitosamente la deforestación.
En cuanto al control del cambio
climático, la delegación colombiana
fue con la instrucción de exigir un acuerdo
global para el control de las emisiones de gases
de efecto invernadero que reducirá en 20%
las emisiones totales del planeta en el año
2020 y en 50% en el año 2050.
La conferencia decidió
construir un cronograma detallado de trabajo que
pretende culminar en el 2009 con la aprobación
de un nuevo acuerdo universal que reemplace al protocolo
de Kyoto.
Es importante destacar que como
reconocimiento al trabajo de la delegación
colombiana para la estructuración de este
Fondo, fue nombrado miembro de la Junta del Fondo
el director del Ideam, Carlos Costa Posada, en representación
del grupo G77 y China (los países en desarrollo).
Junto a más de 180 países
y cerca de 10.000 participantes entre delegados
y observadores, Colombia participó con una
delegación de siete negociadores que defendieron
articuladamente los intereses del país garantizando
que los resultados fueran favorables para los intereses
nacionales.
Conclusiones
Financiación de las naciones
industrializadas para afrontar los efectos negativos
del calentamiento global. El Fondo de Adaptación
comenzará a funcionar en el 2008. Se espera
que el fondo cuente con 300 millones de dólares,
inicialmente.
Los países en vía
de desarrollo requieren apoyo adicional para garantizar
la adaptación al calentamiento y su mitigación.
Los firmantes se comprometieron a impulsar los programas
de transferencia de tecnología en países
en desarrollo para que puedan mitigar y adaptarse
al cambio climático.
Por vez primera, se concederán
ayudas a las naciones en vías de desarrollo
por la conservación y protección de
sus bosques y junglas. Además, se reconoce
la “necesidad urgente” de actuar para reducir las
emisiones de carbono provenientes de la deforestación
y que son responsables del 20 por ciento de los
gases que provocan invernadero.
Se aprobó que los países
dupliquen hasta 16 kilotones de dióxido de
carbono en sus proyectos de reforestación.
Los bosques y las selvas, además de fijar
dióxido de carbono son importantes para regular
la temperatura del aire pues al hacer un proceso
de transpiración, contribuyen a mantener
baja la temperatura e impiden el calentamiento.
Los firmantes reconocieron que
el último informe del Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático de la ONU es el
estudio científico más completo sobre
el calentamiento del planeta. La aceptación
de este principio implica que las misiones de gases
contaminantes de los países industrializados
deben bajar entre un 25 y 40 por ciento.