La falta de
transparencia e inactividad para evitar los impactos
ambientales han sido las características
de la gestión del hundimiento del New Flame
24 diciembre 2007 - Madrid, España
— La organización ecologista, pide al ejecutivo
que afronte su responsabilidad de impedir la contaminación
derivada del hundimiento del New Flame. Para ello
debería tomar las medidas necesarias para
asegurar que se extrae todo el combustible que aún
queda en el carguero y se recupera el barco hundido.
Por otro lado, Greenpeace pide
que se informe detalladamente sobre la situación
en que se encuentra actualmente el carguero y sobre
los materiales que aún
contiene. El hundimiento del New Flame ha sido un
episodio caracterizado por la falta de transparencia
y por la inactividad de las administraciones.
De hecho, a día de hoy,
se desconoce la procedencia y la naturaleza específicas
de la carga de 42.000 toneladas de chatarra que
lleva el carguero. A pesar de que Greenpeace solicitó
esta información el día 13 de agosto,
todavía no ha recibido una respuesta sobre
su procedencia exacta o su posible contaminación
con materiales peligrosos.
La organización ecologista
pidió al Ministerio de Medio Ambiente y al
Ministerio de Fomento que aclarara cuál era
el contenido exacto del carguero New Flame, del
que hasta el momento sólo se conoce que contiene
27.000 toneladas de “chatarra”. La envergadura del
impacto ambiental que podría provocar el
carguero depende en gran medida de la composición
de su carga.
“El gobierno español no
puede acostumbrarse a cerrar los ojos cuando su
responsabilidad no es directa y debe exigir que
no se ponga en riesgo el medio ambiente, acelerando
las labores de extracción de cualquier sustancia
contaminante y recuperando el barco” ha declarado
Sara del Río, responsable de la campaña
de Contaminación de Greenpeace.- Por otro
lado, no se puede seguir permitiendo que Gibraltar
actúe al margen de la legislación
comunitaria y siga permitiendo prácticas
tan arriesgadas para el medio ambiente sin aplicar
medidas que impidan la repetición de estos
sucesos en la bahía de Algeciras.
El traslado de cargas peligrosas
a través del estrecho de Gibraltar es una
práctica muy común. Uno de los grandes
problemas al que nos enfrentamos es que muchos de
estos barcos llevan bandera de conveniencia, este
es el caso del New Flame que lleva bandera panameña.
Según las leyes internacionales, un país
que abandera un barco es el último responsable
sus actividades. Con el objetivo de eludir dicho
control, los armadores registran sus barcos en países
con banderas de conveniencia, sabiendo que no ejercerán
prácticamente ningún control sobre
ellos. El caso del New Flame ha vuelto a poner de
manifiesto este problema.