17 enero 2008 - df, México
— Organizaciones campesinas de Chihuahua,
integrantes del Movimiento de Resistencia
Campesina “Francisco
Villa”, siguen adelante con una marcha integrada
por tractores que arrancó en El Chamizal,
Ciudad Juárez, Chihuahua, el día
18 de enero, y que concluirá en el
Zócalo de la Ciudad de México
el día 31 del mismo mes.
A esta marcha, que da continuidad a la campaña
“Sin maíz no hay país y sin
frijol tampoco”, se sumarán contingentes
campesinos de las distintas entidades por
donde pase la manifestación para, prácticamente,
tomar la Ciudad de México el próximo
día 31. El objetivo de todas estas
movilizaciones es lograr la renegociación
del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) en lo relacionado al campo.
La marcha, que recorrerá cerca de 2
mil kilómetros de largo, será
una denuncia de las mentiras que el gobierno
Federal difunde desde que estallaron las protestas
campesinas este primero de enero. A diferencia
de lo que señalan las secretarías
de Agricultura y Economía y el mismo
Felipe Calderón, las importaciones
de alimentos han superado a las exportaciones
en un 17 por ciento y se ha disminuido la
producción de alimentos per cápita
en nuestro país.
Todo lo anterior hace necesario
que de inmediato se renegocie el TLCAN en
materia agropecuaria, y que se ponga en marcha
un programa sujeto a evaluación de
reactivación del campo mexicano y construcción
de la soberanía alimentaria con base
en la producción de campesinos e indígenas.
El siguiente es el pronunciamiento que han
emitido las organizaciones participantes en
la marcha:
Marcha campesina “Del Chamizal
al Zócalo”
Pronunciamiento de la nación
Porque el TLCAN y todo el
conjunto de políticas agropecuarias
y comerciales puestas en marcha desde 1982
han constituido una verdadera guerra contra
las agriculturas campesina e indígena.
Porque luego de 14 años,
el TLCAN, si bien ha favorecido las exportaciones
agroalimentarias, ha disparado también
las importaciones al punto que tenemos un
déficit anual promedio del dos mil
millones de dólares.
Porque quienes se benefician
de las exportaciones son sólo el 2
por ciento de las unidades de producción
y el 80 por ciento de las exportaciones está
en manos de empresas extranjeras.
Porque con el TLCAN y estas
políticas, ha descendido la producción
de alimentos per cápita en nuestro
país y se ha disparado de un 10 a un
40 por ciento nuestra dependencia de los alimentos
del extranjero.
Porque durante 25 años
se derrumbaron la inversión pública
y el crédito al campo, y se desmantelaron
las instituciones, organismos, presupuestos
y programas que constituían la red
de protección del campo mexicano.
Porque el TLCAN y estas
políticas han causado la expulsión
de cinco millones de personas del campo mexicano
y el 70 por ciento de la población
que resta en él vive en la pobreza.
Porque en todos estos años
para poder competir con los Estados Unidos
se han devastado los bosques, los suelos y
se han sobreexplotado nuestros mantos acuíferos.
Porque Estados Unidos no
ha cumplido con el TLCAN al aumentar sus subsidios
agrícolas de cinco mil a treinta mil
millones de dólares y al aplicar barreras
no arancelarias a nuestra producción
agrícola.
Porque los consumidores
mexicanos no han sido beneficiados con menores
precios: en 1994 se podían comprar
20 kilos de tortilla u 8 kilos de frijol con
un salario mínimo, y ahora, sólo
es posible comprar 6 kilos de tortilla y 3
de frijol.
Porque las importaciones
de maíz entrañan el riesgo de
introducir transgénicos al país
y destruir nuestras semillas nativas, además
de desmantelar la producción local
causando la quiebra y la migración
de millones de productores campesinos e indígenas.
Porque definitivamente no
estamos en condiciones de competir con la
agricultura más tecnificada y más
subsidiada del planeta.
Porque es un deber ético
y patriótico defender nuestra agricultura
como una realidad no sólo productiva,
sino también social, comunitaria y
cultural.
Porque es un deber ético
y patriótico defender y construir nuestra
soberanía alimentaria basada en las
agriculturas campesinas e indígenas.
Porque hay bases jurídicas
para controlar las importaciones y exportaciones
de máiz y frijol, y aun para renegociar
el TLCAN en materia agropecuaria.
Porque queremos un campo
justo, próspero y sustentable donde
vivan dignamente pequeños, medianos
y grandes productores.
Porque queremos un México
fuerte, cimentado en la producción
de sus propios alimentos.
Por todo esto:
Nos sumamos a la campaña
nacional en Defensa de la Soberanía
Alimentaria y la Reactivación del Campo
Mexicano Sin maíz no hay país,
sin frijol tampoco, ¡Pon a México
en tu boca!
Apoyamos la marcha del Movimiento
de Resistencia Campesina “Francisco Villa”.
Exigimos la renegociación
del TLCAN en materia agropecuaria y el rescate
del campo mexicano.