La contaminación
atmosférica provoca 16.000 muertes
al año. Cuatro millones de trabajadores
están expuestos a sustancias cancerígenas
y 4.000 mueren por esta causa
11 febrero 2008 - Barna, España — Greenpeace
comienza hoy en Barcelona una campaña
bajo el lema “¿Quién contamina?”
que llevará al Arctic Sunrise,
uno de los buques de la organización,
por la costa española señalando
a los principales responsables de la contaminación
en España. La organización inicia
sus actividades presentando el informe “Contaminación
en España” que incluye mapas de puntos
negros por comunidades autónomas y
por sectores contaminantes.
El informe recopila la información
que existe sobre contaminación. La
industria española reconoce el vertido
al agua de 1.219.709 toneladas de contaminantes
al año y este dato sólo se refiere
a 44 sustancias peligrosas de las miles que
existen. Otro dato signiticativo aportado
por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA)
es que la contaminación atmosférica
provoca en España 16.000 muertes prematuras
al año, diez veces más que la
mortalidad anual por accidentes de tráfico.
La información científica evidencia
la biomagnificación de contaminantes
en la fauna española y su presencia
en nuestra dieta.
Greenpeace ha centrado su
trabajo en los tres sectores que más
contribuyen a esta situación. Según
datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente,
el 41,4% de la contaminación de suelos
se debe a la producción industrial,
el 15,2% al vertido y tratamiento de los residuos
urbanos y el 14,1% a los hidrocarburos. Una
situación que podría solventarse
si las Administraciones públicas no
fueran tan permisivas con quienes contaminan
y aplicasen los controles marcados por la
ley.
La organización ecologista
denuncia que la contaminación de nuestro
medio ambiente es el resultado de políticas
industriales, de residuos y de transporte
muy laxas y cómplices con la industria.
Esto ha permitido a las empresas obtener grandes
beneficios con sus negocios, ya que no incluyen
los costes asociados a la contaminación
y al deterioro de la salud pública.
En España, por ejemplo, el 100% de
la restauración de suelos contaminados
se sufraga con fondos públicos frente
al 7% de Francia.
Resulta difícil realizar
una comparativa de la situación española
con respecto a otros países europeos
dada la falta de documentación, sabemos
que sufrimos casos de contaminación
que se sitúan entre los más
graves del planeta. Ejemplo de ello son los
vertidos efectuados durante décadas
por Ercros al río Ebro en Flix, la
catástrofe ambiental que vive la ciudad
de Huelva por el vertido de residuos tóxicos
y radiactivos de Fertiberia y FMC-Foret o
la situación de contaminación
crónica por hidrocarburos que sufre
la Bahía de Algeciras, en donde se
mueven al año seis millones de toneladas
de fuel sólo en repostajes en la mar.
Vertidos industriales
La industria es responsable legalmente de
las sustancias químicas que produce,
pero es casi imposible hacer responsable judicialmente
al fabricante de los efectos sobre la salud
de una sustancia tóxica. El resultado
es que casi 4 millones de trabajadores españoles
(el 25,4% del total) están expuestos
a sustancias cancerígenas. Se estima
que, en nuestro país, 4.000 trabajadores
mueren anualmente por la exposición
a sustancias químicas, más de
36.000 enferman y este tipo de sustancias
producen más de 18.000 accidentes laborales
al año, tal y como arroja el informe
sobre salud laboral de ISTAS (Instituto Sindical
de Trabajo, Ambiente y Salud).
La exposición a estos
contaminantes no se circunscribe al ámbito
laboral. Los vertidos y emisiones afectan
a todos los ciudadanos, de forma que las zonas
con mayores tasas de enfermedades como el
cáncer coinciden con las áreas
más industrializadas. Es el caso de
Huelva y Cádiz en Andalucía,
Cataluña y País Vasco, tal y
como revelan los Atlas Epidemiológicos
de la Universidad Pompeu Fabra y del Instituto
de Salud Carlos III.
Residuos
El modelo actual de gestión de residuos
es un fracaso. Según el MMA, al menos
el 74,3% de los residuos urbanos generados
acaban quemados en incineradoras o enterrados
en vertederos. La incineración es una
fuente muy importante de contaminación
ya que la quema de basuras genera residuos
tóxicos y peligrosos. En España,
además, se está optando por
quemar residuos en cementeras, una práctica
aún más contaminante.
Hidrocarburos
El 12% del petróleo que llega a las
aguas es resultado de grandes mareas negras.
El resto (88%) se vierte de forma intencionada
en labores de limpieza, desde fuentes terrestres
o por la recarga de combustible en el mar
desde un barco cisterna, sistema conocido
como "bunkering".
Greenpeace demanda:
La creación de una
Agencia de Control de la Contaminación
que garantice el cumplimiento de la legislación
europea y nacional, y aborde el problema de
forma global.
Un cambio del modelo de
gestión de residuos que ni esconda
las basuras ni las queme. La solución
es el modelo de “residuo cero” que plantea
aprovechar todos los residuos como materia
prima. Para alcanzar este objetivo, “residuo
cero” exige a los fabricantes a asumir el
coste de la recogida y eliminación
segura de sus productos y sus envases si no
se pueden reutilizar, reciclar o compostar.
La implantación de
un nuevo régimen de responsabilidad
ilimitada para la industria petrolera a través
de toda la cadena de custodia. Y establecer
un régimen especial de vigilancia,
control y sanción para la Bahía
de Algeciras y Gibraltar.
+ Más
Greenpeace señala
la gravedad del último vertido del
New Flame
11 febrero 2008 - Algeciras,
España — El buque 'New Flame' no soportó
el temporal que azotó el Estrecho el
pasado domingo y ha vuelto a verter fuel en
las costas de Algeciras. Las manchas de chapapote
del chatarrero, que encalló en agosto,
contaminan ya las playas cercanas, como El
Rinconcillo, Getares y la Concha.
Se han conseguido limpiar 500 metros de costa
en las últimas 24 horas, aunque no
hay datos oficiales de la cantidad de hidrocarburo
retirado.
La organización ecologista,
pide al ejecutivo que afronte su responsabilidad
de impedir la contaminación derivada
del hundimiento del New Flame. "El nuevo
vertido del New Flame vuelve a poner de manifiesto
la peligrosidad del bunkering y la irresponsabilidad
de las autoridades gibraltareñas",
-señala Juan López de Uralde,
director de Greenpeace España. "Cada
día se producen en la bahía
de Algeciras unos 200 transbordos de productos
petrolíferos con vertidos, derramesy
accidentes continuos”, -añade.
“El del New Flame es el
último episodio del abandono de responsabilidades
y vuelve a poner en evidencia que en la bahía
de Algeciras se asienta una bomba de relojería"-
concluye Juan López de Uralde.
+ Más
Greenpeace vació
la góndola de lámparas incandescentes
de un supermercado
07 febrero 2008 - Buenos
Aires, Argentina — El reclamo se produjo como
parte de nuestra campaña por la eliminación
total de las clásicas bombitas para
el 2010.
Un grupo de activistas ingresó
esta mañana a un supermercado del barrio
de Palermo y vació completamente las
góndolas donde se encontraban las bombitas
incandescentes.
En varios carritos, los
eco-brigadistas por la eficiencia energética
cargaron más de dos mil lamparitas
con el fin de comprarlas para retirarlas de
la venta y mostrar así cómo
debería ser la góndola en 2010,
en la que sólo deberán comercializarse
las lámparas de bajo consumo.
“Es totalmente irracional
que se sigan vendiendo éstas lámparas
obsoletas e ineficientes en el contexto de
escasez de suministro, crisis energética
y con las graves consecuencias que el derroche
de energía genera para el calentamiento
global”, dijo Rosario Espina, coordinadora
de la campaña contra el Cambio Climático
de Greenpeace.
Espina dijo también
que “en 2010, en las góndolas sólo
deberá haber lámparas de bajo
consumo, eso es lo que pedimos como primer
medida, concreta y con resultados inmediatos”.
Junto con la campaña
por la prohibición de las lámparas
incandescentes que comenzó hace 15
días, presentamos el informe "Eficiencia
Energética: Primer Paso", donde
fundamentamos que la sustitución de
lámparas incandescentes por lámparas
de bajo consumo es la medida más rápida
y redituable para reducir la demanda de energía
y las emisiones de gases de efecto invernadero
que provocan el cambio climático.
Las lámparas de bajo
consumo tienen un mayor nivel de eficiencia
en la transformación de energía
eléctrica en luz; mientras las incandescentes
convierten el 85 por ciento de la energía
que consumen en calor, y sólo el 15
por ciento en luz, en las lámparas
de bajo consumo la emisión de calor
es casi nula, con lo cual se obtiene inmediatamente
y al mismo tiempo una economía directa
en ahorro de energía en la iluminación
y otra indirecta en la ventilación
y climatización de los ambientes, reduciendo
el requerimiento de aire acondicionado.
Espina explicó que
“los potenciales beneficios del ahorro energético
son la disminución de emisiones de
gases de efecto invernadero, la conservación
de recursos naturales, y la disminución
de emisiones de mercurio que, en menor o mayor
medida, se producen con la utilización
de combustibles fósiles para la generación
de energía”. Las lámparas de
bajo consumo contienen alrededor de 2 miligramos
de mercurio, mil veces menos que un termómetro
clínico.
Frente al plan de gobierno,
que propone realizar el recambio voluntario
de bombitas, Greenpeace exige directamente
la prohibición de las lámparas
incandescentes, con vigencia desde 2010, como
lo han dispuesto ya muchos países del
mundo, entre ellos Canadá, Irlanda,
Cuba, Venezuela y Australia.
"El uso masivo de lámparas
de bajo consumo puede ayudar a postergar inversiones
en la expansión de suministro eléctrico,
importante para rediseñar el plan energético
del gobierno basado hoy en las peores opciones
ambientales”, dijo Espina.