27 Feb 2008 - Según
un nuevo estudio de WWF/Adena, la destrucción
de los bosques y turberas de una provincia
de Sumatra para obtener
celulosa y plantar palmas de aceite está
causando más emisiones anuales de gases
de efecto invernadero que toda Holanda. Hay
que recordar que Sumatra es el único
lugar del mundo donde conviven elefantes,
tigres, orangutanes y rinocerontes.
El estudio descubrió
que en la provincia de Riau, en el centro
de Sumatra, desaparecieron 4,2 millones de
hectáreas de bosque tropical y turberas
pantanosas en los últimos 25 años
(65% de sus bosques). La pérdida y
degradación de bosques y la descomposición
de la turba y los incendios constituyen las
causas principales responsables de las emisiones
anuales medias, que resultan equivalentes
al 122% de las emisiones anuales totales de
Holanda, o el 58% de las emisiones australianas
anuales.
Se eligió Riau para
el estudio porque alberga inmensas turberas
que se consideran el mayor almacén
de carbono de todo el Sudeste Asiático
y porque mantiene algunos de los hábitats
más críticos para la supervivencia
de los tigres y elefantes de Sumatra. Además,
esta provincia ostenta la tasa de deforestación
más elevada de Indonesia en la actualidad,
impulsada principalmente por los gigantes
mundiales del papel Asia Pulp & Paper
(APP) y Asia Pacific Resources Internacional
Limited (APRIL), que están extinguiendo
localmente a tigres y elefantes en unos pocos
años.
En la Conferencia de Cambio
Climático de Bali, el pasado mes de
diciembre, el ministro indonesio de bosques
se comprometió a proporcionar incentivos
para detener las prácticas forestales
insostenibles y proteger los bosques indonesios.
El gobernador de Riau también anunció
públicamente que conservará
los bosques que quedan en la provincia.
Ian Kosasih, director del
programa de bosques de WWF-Indonesia, puntualizó:
“Si los compromisos del gobierno indonesio
se hacen realidad, no sólo van a salvarse
especies amenazadas. Además, se disminuirá
la progresión del cambio climático
mundial por el mantenimiento del carbono almacenado
en los árboles y la turba”.
El estudio de WWF/Adena
prevé que las emisiones de CO2 probablemente
aumentarán considerablemente por las
futuras talas en zonas de turbas profundas.
Kosasih añadió:
“Si el gobierno y las industrias locales crearan
incentivos para disminuir las emisiones, merced
a la conservación de los bosques de
la provincia de Riau, conseguirían
salvaguardar los enormes depósitos
de carbono de la provincia y, al mismo tiempo,
ayudar a la economía de las comunidades
locales, dependientes de estos bosques”.
El informe elaborado por
WWF/Adena, Remote Sensing Solution GMBH y
la Universidad de Hokkaido resulta muy innovador,
al analizar por vez primera la conexión
entre deforestación-degradación
de bosques, cambio climático mundial
y disminución de las poblaciones de
tigres y elefantes.
Mientras la provincia perdía
el 65% de sus bosques durante los últimos
25 años, la población de elefantes
decayó un 84% en ese mismo periodo
y hoy quedan sólo 210 individuos. Así
mismo, se ha estimado que la población
de tigres cayó en un 70% y, probablemente,
hoy quedan 192 individuos.
La Dra. Susan Lieberman,
Directora del Programa Internacional de Especies
de WWF/Adena, explicó:
Hemos descubierto que los elefantes y tigres
están desapareciendo aún más
rápidamente que los bosques de Riau.
Esto ocurre porque los animales silvestres
se ven obligados a desplazarse en busca de
nuevos hábitats y recursos alimenticios,
entrando así en conflicto con la población
humana con mayor frecuencia y terminando abatidos.
La fragmentación y accesibilidad a
nuevas zonas forestales facilitan el furtivismo.
Por ello, un esfuerzo integrado para salvar
estos bosques tendría un efecto positivo
múltiple: reduciendo la velocidad del
cambio climático mundial y forjando
un futuro para los elefantes, tigres y humanos
en Sumatra”.
Con el fin de salvar los
últimos bosques de Sumatra, WWF/Adena
trabaja urgentemente con el gobierno indonesio
y las industrias de la celulosa y el aceite
de palma para identificar y proteger los bosques
que albergan elefantes, tigres, orangutanes
y rinocerontes. Sumatra es el único
lugar del mundo donde conviven las cuatro
especies.
Félix Romero
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WWF/Adena y Greenpeace piden
a la Junta de Andalucía que exija responsabilidades
a Fertiberia y a Egmasa por dañar la
Marisma de Huelva
26 Feb 2008 - WWF/Adena
y Greenpeace piden a la Consejería
de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
que exija responsabilidades a dos empresas:
Fertiberia y Egmasa, por causar graves impactos
ambientales en la Marisma de Huelva. Con este
objetivo, estas organizaciones han dirigido
hoy una petición orientada a que ambas
empresas pongan en marcha las medidas necesarias
para prevenir futuros impactos y reparar los
ya ocasionados. Asimismo, piden que se sufraguen
sus costes, tal y como contempla la Ley de
Responsabilidad Ambiental.
WWF/Adena y Greenpeace subrayan
que Fertiberia ha causado un daño ambiental
en los recursos naturales de la Marisma de
Huelva debido a las filtraciones y emanaciones
de los depósitos de residuos construidos
por esta empresa. En ellos se ha estado vertiendo
yeso, un subproducto de la planta de fertilizantes
que Fertiberia posee en la margen derecha
del río Tinto (Huelva). Cabe recordar
que, según el Consejo de Seguridad
Nuclear (CSN), Fertiberia genera cada año
tres millones de toneladas de residuos.
De igual forma, exigen a
Egmasa que asuma también sus responsabilidades
al haber realizado de forma defectuosa las
labores de restauración de la marisma
a las que se había comprometido. No
en vano, Egmasa acordó gestionar los
residuos de Feriberia de forma respetuosa
con el entorno e incumplió su obligación,
contaminando el medio natural.
Las reclamaciones que hacen
WWF/Adena y Greenpeace se ciñen a los
impactos sufridos desde que entró en
vigor la Ley de Responsabilidad Ambiental,
es decir, desde el pasado 30 de abril de 2007.
Las actividades realizadas por estas empresas
están contempladas en el Anexo III
de esta ley y, por ser de riesgo, están
sujetas a responsabilidad objetiva e ilimitada.
Esto significa que los responsables del daño
lo son, independientemente de que hayan actuado
de forma negligente o de que sean culpables.
Asimismo, conlleva que, si se demuestra su
responsabilidad, deben hacer frente al pago
de la totalidad del deterioro.
Además, las reclamaciones
se apoyan en documentos científicos
no cuestionados. De un lado, el Informe Controles
radiológicos en Huelva sobre los vertidos
de fosfoyeos y Cesio 137 en Huelva, elaborado
por la Comisión de Investigación
e Información Independientes sobre
la radioactividad, a petición de Greenpeace.
Y, de otro, el Informe de la Sudirección
General de Protección Radiológica
Ambiental del CSN sobre la Situación
del Centro de Recuperación de Inertes
de las marismas de Mendaña.
De esta reclamación,
se ha enviado una copia a la Ministra de Medio
Ambiente, Cristina Narbona, ya que afecta
a bienes de dominio público marítimo-terrestre
y las medidas que se tomen han de contar con
su aprobación.
WWF/Adena: Rita Rodríguez