29 febrero 2008 - DF, México
— Presentan Greenpeace Internacional y Gene
Watch Reino Unido informe sobre contaminación
de cultivos con transgénicos en el
mundo en 2007. 23 países reportan 39
casos en el último año.
México es el
segundo país con más casos de
cultivos contaminados por transgénicos
en el Continente Americano, y ocupa el octavo
lugar en el mundo con ocho casos confirmados,
de acuerdo con el “Reporte de Registros de
Contaminación de Organismos Genéticamente
Modificados 2007”, elaborado por Greenpeace
Internacional y Gene Watch Reino Unido.
El reporte expone 39 casos
de contaminación en 23 países
en tan sólo un año. La mayor
parte de la contaminación involucra
cultivos de granos básicos como arroz
y maíz, pero también incluye
soya, algodón, canola, papaya y pescado.
En el apartado para México (que puedes
consultar aquí mismo, en el menú
"informes relacionados"), se documentan
los ocho casos de contaminación por
maíz transgénico desde 2001
a la fecha.
“La contaminación
documentada en el reporte es tan sólo
la punta del iceberg. Las empresas biotecnológicas
son las culpables de la contaminación
con transgénicos y deben asumir su
responsabilidad ante estos hechos. Si una
compañía contamina nuestra comida
y nuestro medio ambiente, debe pagar por la
limpieza correpondiente, compensar a los agricultores,
comerciantes y consumidores. Necesitamos estándares
internacionales de responsabilidad empresarial,
bajo el Protocolo de Bioseguridad, que obliguen
a las industrias biotecnológicas a
responder” ha declarado Doreen Stabinsky,
coordinadora de la campaña de agricultura
de Greenpeace Internacional.
Desde 2005 se han documentado
216 eventos contaminantes en 57 países,
a partir de que los cultivos transgénicos
fueran liberados a escala comercial desde
1996.
La publicación de
este reporte mundial coincide con el escándalo
de contaminación transgénica
en Kenya y con una acción de Greenpeace
Holanda en la que activistas de la organización
protestaron en el Puerto de Rotterdam (Holanda),
por la importación de arroz transgénico
enviado desde Estados Unidos.
En México no está
autorizada la siembra experimental con maíz
transgénico, sin embargo, se tienen
precedentes de contaminación de cultivos
tradicionales en Oaxaca, Michoacán,
Sinaloa, Distrito Federal y Tamaulipas, sin
que a la fecha el gobierno federal investigue
la procedencia de estas semilllas que amenazan
al campo mexicano y a las 60 razas criollas
y convencionales de maíz.
“Los casos de contaminación
global confirman lo señalado por la
comunidad científica: es imposible
la coexistencia de cultivos transgénicos
y tradicionales, por lo que es urgente declarar
a todo el territorio mexicano centro de origen
del maíz y de otros cultivos; y por
ende zona libre de transgénicos”, exigió
Aleira Lara, coordinadora de la Campaña
de Agricultura Sustentable y Transgénicos
de Greenpeace México.
+ Más
Greenpeace agradece a quienes
firmaron en defensa del campo mexicano
26 febrero 2008 - DF, México
— Gracias a tu participación, la campaña
“Sin maíz no hay país ¡pon
a México en tu boca!” logró
recolectar 600 mil firmas, mismas que entregará
al Senado de la República el próximo
12 de marzo, con el objeto de exigir la defensa
de nuestra soberanía alimentaria a
partir de 5 demandas concretas:
1.-Sacar al maíz y al frijol del TLCAN:
Instaurar un mecanismo permanente de administración
de las importaciones y exportaciones de estos
granos -más sus derivados y subproductos-
por parte del Congreso de la Unión.
2.-Prohibir la siembra de
maíz transgénico en México:
Proteger y mejorar el patrimonio genético
de los maíces mexicanos, incentivando
la producción de maíces nativos
y orgánicos.
3.-Que la Cámara
de Diputados apruebe el Derecho Constitucional
a la Alimentación, y la Cámara
de Senadores promulgue la Ley de Planeación
para la Soberanía y Seguridad Agroalimentaria
y Nutricional.
4.-Eliminar los monopolios
del sector agroalimentario: Es necesario evitar
el acaparamiento y la especulación,
así como la publicidad engañosa
de los alimentos “chatarra”.
5.-Promover que el maíz
mexicano y las expresiones culturales que
involucra se inscriban tan pronto como sea
posible en la lista de Patrimonio Oral e Intangible
de la Humanidad , por parte de la UNESCO.
Tu presencia será
muy importante en la entrega de las firmas
recabadas.
Por favor, sigue pendiente.
Salvemos el campo para salvar a México
Porque sin maíz no hay país,
pongamos el maíz en boca de todos
+ Más
Greenpeace presenta una
nueva edición de la Guía roja
y verde de alimentos transgénicos
Esta cuarta edición
contiene novedades como la evaluación
del seguimiento de la legislación de
etiquetado y sorprendentes resultados de analíticas
de transgénicos, además de secciones
como alimentos “Dietéticos”
28 febrero 2008- Madrid,
España — El éxito de las tres
primeras ediciones, la constatación
de un cambio en la política de muchas
empresas y el evidente rechazo social a los
transgénicos han llevado a Greenpeace
a producir una cuarta edición actualizada
de la Guía Roja y Verde. Ésta
ha sido presentada hoy en el mercado Ventas
Ecológicas por la organización
ecologista junto a representantes del sector
de productores ecológicos y de la organización
de consumidores CECU (2) y está disponible
gratuitamente a través de la página
web de Greenpeace para que todos los ciudadanos
puedan emplearla al realizar sus compras.
Esta nueva edición,
mucho más completa, contiene novedades
como los resultados de análisis de
laboratorio en determinados productos que
han reflejado la presencia positiva de transgénicos,
por ejemplo, en las galletas de fibra de Gullón.
Existen productos cuya imagen se vende como
respetuosa con el medio ambiente pero que
figuran en la lista roja de la Guía
como los de Santiveri. En la nueva sección
de productos “Diététicos” llama
la atención la marca Biomanán
dentro de la sección roja. El Grupo
Nestlé, con marcas como La Cocinera,
Nesquik o Kit Kat, destaca como una de las
empresas que ha pasado de la zona verde a
la roja. Por otra parte, también hay
cambios positivos comprometidos con la naturaleza
y la alimentación, como es el caso
de La Bella Easo, que antes aparecía
en la zona roja y en esta edición se
encuentra en la verde.
La cuarta edición
de la Guía Roja y Verde incluye también
el seguimiento fotográfico del etiquetado
de los productos o nuevas secciones como las
pastas. “Ya es hora de que los transgénicos
dejen de invadir nuestros campos y nuestros
platos”, ha declarado Juan-Felipe Carrasco,
responsable de la campaña de transgénicos
de Greenpeace. “Greenpeace sigue trabajando
para, con la ayuda de los consumidores, erradicar
los transgénicos de nuestra naturaleza
y de nuestras dietas”, ha añadido.
Si bien la legislación
europea obliga a etiquetar los productos que
deriven de cosechas transgénicas, la
absoluta falta de trazabilidad y el nulo seguimiento
de estas cosechas por parte de las administraciones
españolas han llevado a Greenpeace
a volver a solicitar a productores y distribuidores
de alimentos información sobre su política
de utilización de ingredientes transgénicos
o sus derivados. En la lista verde están
aquellos productos de los cuales Greenpeace
ha recibido garantías por parte de
los fabricantes de que no tienen transgénicos;
y en la roja están los productos cuyos
fabricantes no garantizan a Greenpeace ausencia
de transgénicos en sus ingredientes
o aditivos, aquellos que han arrojado resultados
positivos en los análisis y los que
reconocen el uso de transgénicos a
través del etiquetado.
Los transgénicos
u Organismos Modificados Genéticamente
(OMG) presentan graves riesgos para la salud,
dañan de forma irreversible el medio
ambiente y provocan contaminaciones, son una
herramienta en manos de un puñado de
empresas para destruir la soberanía
alimentaria y ponen en riesgo los métodos
sostenibles de producción de alimentos.
Son, en resumen, una grave amenaza para el
presente y el futuro de la biodiversidad y
de la alimentación.
Los principales cultivos
transgénicos utilizados para la alimentación
humana en la UE son algunas variedades de
maíz y de soja que provienen de países
que cultivan OMG a gran escala o de los campos
españoles. El maíz, la soja
o sus derivados industriales están
presentes en más del 60 por ciento
de los alimentos transformados, desde el chocolate
hasta las patatas fritas, pasando por los
alimentos infantiles, las lecitinas y los
platos preparados. Por ello en la Guía
Roja y Verde figuran alimentos que contienen
al menos un ingrediente o aditivo producido
a partir de estos cultivos, como la harina
de soja, los aceites y las grasas vegetales,
la lecitina de soja, los mono y diglicéridos
de ácidos grasos, el almidón,
la sémola de maíz o la glucosa.
En España todavía
entran del orden de 6 millones de toneladas
anuales de materias primas transgénicas.
Además, el Gobierno ha permitido que
se sigan cultivando unas 75.000 hectáreas
de maíz transgénico que entran
masivamente en la cadena alimentaria. Hace
apenas una semana España apoyó
en la UE la aprobación de una peligrosa
patata transgénica. "Como era
de esperar, el gobierno español volvió
a situarse en el campo de los que favorecen
a las cuatro empresas agrobiotecnológicas
que pretenden inundar la cadena alimentaria
de alimentos "Frankestein", despreciando
la salud de los ciudadanos y la protección
del medio ambiente", ha afirmado Carrasco.
En el mes de enero Greenpeace,
junto a Amigos de la Tierra, COAG, Ecologistas
en Acción y Científicos por
el Medio Ambiente (CIMA) presentaron una Declaración
de la sociedad civil sobre los transgénicos,
firmada por más de 300 representantes
de la sociedad, que incluye investigadores,
docentes universitarios, organizaciones profesionales
agrarias, asociaciones ecologistas, de consumidores,
de productores de agricultura ecológica,
ONG de desarrollo y entidades privadas entre
otras. "Frente a las promesas de la industria
de los transgénicos, la realidad se
conjuga en términos de constantes contaminaciones
genéticas, daños ambientales
y riesgos para la salud. Greenpeace apela
a la responsabilidad de los consumidores para
lanzar un claro mensaje a la industria agroalimentaria
a través del consumo diario de alimentos”,
añade Carrasco.