Presidenta Bachelet
recibe carta de organizaciones ecologistas
en rechazo a la construcción de megacentrales
hidroeléctricas.
14 marzo 2008 - Chile —
En el Día Mundial de Acción
Contra las Represas: Entidades incluidas en
el Consejo de Defensa de la Patagonia llamaron
al gobierno a “cumplir su palabra ante el
país y respetar los mecanismos de evaluación
de proyectos energéticos” y recalcaron
su oposición a la idea de construir
megarepresas en ríos de la Región
de Aysén.
En el trasfondo del Día
Mundial de Acción Contra las Represas,
organizaciones pertenecientes al Consejo de
Defensa de la Patagonia, entregaron una carta
a la Presidenta Bachelet para recordar los
perjuicios causados a comunidades y ecosistemas
por grandes represas hidroeléctricas
en Chile y el mundo.
“Las grandes represas han
producido daños e impactos irreversibles
en todo el mundo. Entre ellos destaca el desplazamiento
forzado de los habitantes de los territorios
inundados por las represas hidroeléctricas
u ocupados por obras anexas, con el consiguiente
abandono de viviendas, pérdida de fuentes
de empleo tradicionales, de tierras fértiles
y bosques, así como de importantes
elementos de su vida cultural y espiritual”
dijo Sara Larraín, directora del Programa
Chile Sustentable.
La misiva destaca la urgencia
que debe dar el gobierno a reformar la política
energética y llama a la Presidenta
a “cumplir su palabra ante el país
respecto de la evaluación de proyectos
energéticos, pues estos deben establecer
el requisito previo de la instalación
legal e institucional de la estrategia de
gestión integrada de cuencas”.
“Tenemos la convicción
de que una democracia genuina es aquella en
que las decisiones políticas se toman
de manera transparente, considerando la opinión
ciudadana, favoreciendo la descentralización
de la toma de decisiones y apoyando el empoderamiento
de las comunidades locales respecto al cuidado
de sus recursos y patrimonio” enfatizó
Juan pablo Orrego, director de Ecosistemas.
A su vez, Rodrigo Herrera,
director ejecutivo de Greenpeace Chile, indicó
que “las opciones de energía renovables
existen en el país son muchas y la
implementación de un mega-proyecto
como Hidroaysén –aún no formalizado-
tendría dramáticas consecuencias
para el mercado energético, pues agudizaría
el monopolio en el sector y bloquearía
la diversificación de actores y de
fuentes que el país necesita. Por lo
tanto, se puede decir con toda propiedad que
el área de influencia de tales mega-proyectos
es todo el país y que todos los chilenos
del presente y futuro son afectados por ellos”.
Por su parte, el representante
del Comité Pro Defensa de la Fauna
y Flora, Eduardo Gissen, afirmó que
“el todo sustentado en una mirada estratégica
de largo plazo, en un proyecto de país
que ponga muy alto la protección y
conservación de nuestros recursos naturales
y de la naturaleza en general, exclusivo origen
y fuente de elementos tan vitales como el
aire, el agua, los alimentos y la calidad
de vida”.
Las organizaciones no gubernamentales
(ONG) exigen “una postura de imparcialidad
de parte de los funcionarios de gobierno en
relación con los proyectos de construcción
de represas, ya que las señales políticas
dadas por secretarios de Estado y otros funcionarios
públicos a proyectos que aún
no han sido evaluados en este tema, son hechos
graves, antidemocráticos, inaceptables
y generan la percepción ciudadana de
un gobierno co-optado desde adentro por las
grandes empresas. En este contexto el Sistema
de Evaluación de Impacto Ambiental,
ya por diseño politizado en el mal
sentido de la palabra, da aún menos
garantías de ecuanimidad y objetividad
a la ciudadanía”.
En la misma línea,
las ONG consideran “urgente” reformar el Sistema
de Evaluación de Impacto Ambiental
(SEIA) “de manera que los plazos de evaluación
de los proyectos se ajusten a su envergadura
y se obligue un estudio de alternativas a
proyectos propuestos para que la autoridad
y la ciudadanía dispongan de la información
necesaria para aprobar o rechazar y así
poder optar por la mejor alternativa en términos
socio-ambientales”.
Finalmente, los participantes
declararon que “procesos poco democráticos
y poco transparentes para la toma de decisiones
en torno a estos mega emprendimientos, impulsados
por grandes empresas con un poder de influencia
desmedido en los ámbitos de la política,
la academia, los medios de comunicación,
la Justicia y otros, pueden sentar precedentes
negativos y afectar la convivencia y gobernabilidad
del país. La orientación del
desarrollo energético en Chile, excepcionalmente
rico en fuentes renovables de energía,
depende netamente de decisiones políticas”,
señala la carta.
Notas al editor:
Respecto del impacto ecológico
de las grandes represas, en todo el mundo
también se ha constatado que el mayor
impacto negativo, masivo e irreversible, se
produce durante la fase de construcción.
Tanto este como los innumerables impactos
ecológicos graves y posteriores de
estas obras son directamente proporcionales
a la escala del emprendimiento y se extienden
y acumulan en el espacio y en el tiempo.
Las hidroeléctricas
de represa provocan la pérdida de biodiversidad
ecosistémica, de biodiversidad acuática,
de pesquerías y de los servicios ambientales
de ecosistemas ribereños, humedales,
estuarios y bordes costeros, degradando su
productividad; la alteración de la
calidad de las aguas (temperatura, oxígeno,
contaminación) y la desregulación
irreversible de los flujos estacionales de
los ríos; pérdida de biodiversidad
terrestre, de bosques y otros hábitat
naturales; de especies de flora y fauna; la
obstrucción de corredores ecológicos;
degradación general de las cuencas
por inundación, por modificaciones
del clima y de los patrones de los vientos.
Las grandes represas pueden inducir sismos
y constituirse en un riesgo en relación
a los fenómenos sísmicos y volcánicos
en las regiones donde están emplazadas.
El costo del abandono y
desmantelamiento de mega represas hidroeléctricas,
así como la restauración de
las cuencas, no es considerado en las ecuaciones
costo/beneficio ni por el sector privado ni
el público. Tampoco es abordado en
los Estudios de Impacto Ambiental. Una mega
represa abandonada, tras su vida útil,
es un grave mega-pasivo ambiental para las
localidades y regiones donde se emplazan,
algo que comienza ahora a visualizarse en
el mundo, dado que recién algunas de
estas ‘modernas’ mega-obras están llegando
a su fase terminal, y se constata que nadie
sabe como lidiar con ellas.-