En el año 2006, España
importó 40.000 m3 de madera tropical
brasileña, principalmente del Estado
de Pará, región asolada por
la tala ilegal, la deforestación y
la violencia - 19 marzo 2008 - España
— En vísperas del Día Forestal
Mundial, el próximo día 21 de
marzo, Greenpeace denuncia
los vínculos del sector transformador
de madera en la Unión Europea con la
deforestación y la tala ilegal en Brasil.
“La demanda de madera tropical como Jatobá,
Ipé, Sucupira o Massaranduba está
alimentando la destrucción de la Amazonia,
contribuyendo a la pérdida de biodiversidad
y al incremento del cambio climático”
ha señalado Miguel Ángel Soto,
responsable de la Campaña de Bosques
de Greenpeace.
La deforestación
tropical provoca alrededor de una quinta parte
de las emisiones de gases de efecto invernadero
totales, una cantidad mayor que las producidas
por el sector mundial de transporte. Aunque
los bosques tropicales cubren sólo
el 7% de la superficie terrestre, almacenan
enormes cantidades de carbono, y este hecho
les convierte en un colchón contra
el cambio climático.
Greenpeace publicó
el pasado lunes el informe Un futuro para
los bosques (1), que documenta la entrada
de madera ilegal amazónica en Europa.
Según estimaciones del Gobierno Federal
Brasileño más del 90% de la
madera procedente de la Amazonia se extrae
de una manera no sostenible. Se estima que
entre el 63-80% de la madera procedente de
la Amazonia es de tala ilegal. Y la explotación
maderera es, de manera generalizada, la primera
fase de un proceso de desmantelamiento de
la selva: los caminos abiertos para sacar
la madera son utilizados como vías
de colonización y transformación
de lo que queda de selva en pastos para el
ganado o cultivos de soja.
En este informe Greenpeace
denuncia que seis compañías
madereras (2) que operan en la Amazonia han
sido multadas en numerosas ocasiones (el caso
más grave recibió dos multas
de cerca de un millón de dólares
en el 2007), tienen planes de gestión
forestal cancelados, están acusadas
de actividades ilegales relacionadas con su
actividad maderera (incumplimiento de leyes,
falsificación de documentos y blanqueo
de madera), el robo de tierras y la tala en
tierras públicas y tramitación
de madera ilegal procedente de la deforestación.
Algunas de estas compañías han
sido incluso acusadas de estar involucradas
en violencia e intimidación, incluyendo
amenazas de muerte y corrupción.
Estas seis empresas vinculadas
con la tala ilegal son habituales proveedoras
de madera tropical al mercado español
y están asentadas en el estado brasileño
de Pará, de donde procede más
del 86% de la madera tropical importada por
el sector español de la madera. En
las pasadas semanas Greenpeace ha podido documentar
como madera de algunas de esas seis empresas
ha sido desembarcada en dos puertos gallegos,
el Puerto de Vilagarcía (Pontevedra)
y Ferrol (A Coruña). La madera había
sido comprada por empresas gallegas como Maderas
del Noroeste S.A., Maderas Peteiro S.L. y
Maderas del Umia S.L.
Como importador de casi
la mitad de la madera procedente de la Amazonia
brasileña, la Unión Europea
tiene una responsabilidad especial. Para poder
detener la devastación del Amazonas,
la UE debe adoptar una legislación
que garantice que toda la madera que entre
en su mercado proceda de fuentes legales y
de bosques controlados. Dicha legislación
contribuiría a frenar la deforestación
y a garantizar un uso sostenible y justo de
los recursos forestales en el mundo.
“Si la Unión Europea
se toma realmente en serio la lucha contra
la deforestación y la prevención
de los efectos del cambio climático,
debe legislar inmediatamente para que se garantice
que todos los productos de origen forestal
presentes en el mercado provengan de fuentes
legales y de un buena gestión forestal”,
concluye Soto.
El informe “Situación
de los bosques del mundo 2007” publicado por
la Organización Mundial para la Agricultura
y la Alimentación (FAO) (3) cifra en
13 millones de hectáreas la pérdida
anual de bosques em el mundo (algo más
que la cuarta parte de la superficie de España).
El informe también señala que
la explotación forestal ilegal está
aumentando y que la disminución constante
de bosques primarios tropicales es motivo
de grave preocupación. Brasil fue el
país que perdió más superficie
forestal en el periodo 2000-2005 (3,1 millones
de hectáreas destruidas). Por último,
la FAO advierte que la desaparición
de bosques produce el 18% del dióxido
de carbono liberado anualmente a la atmósfera,
incrementando el efecto invernadero.
Notas:
(1) El informe Un futuro
para nuestros bosques está
(2) Las seis empresas citadas
en el informe son: Madesa– Madeireira Santarém
Ltda, Estância Alecrim, Pena Agro-Florestal
Madeireira Ltda, Madeireira Rancho da Cabocla
Ltda, Industrial Madeireira Curuatinga y Tradelink
Madeiras Ltda.
(3) El informe de la FAO
“Situación de los bosques del mundo”