02 abril 2008
- Berlín, Alemania — Greenpeace denuncia
en Alemania la presencia de soja argentina
en el biodiesel.
El biodiesel comercializado
en Alemania produce mucho más daño
al ambiente que lo estimado. Esta es la conclusión
del informe presentado hoy por Greenpeace
en la capital alemana. El análisis
(1) fue realizado en base al combustible expendido
por las tres principales compañías
de ese país -Shell, Esso y Aral- y
tuvo como objetivo establecer cual es la materia
prima de lo que las empresas denominan “biodiesel“.
A partir de este análisis,
Greenpeace comprobó que el biodiesel
añadido al diesel que se comercializa
no sólo proviene de aceite de colza
cultivada en Alemania sino que un 20 por ciento
proviene de aceite de soja. “La soja es cultivada
en muchos países de América
del Sur, como por ejemplo en Argentina. En
este país los bosques nativos están
siendo destruidos por nuevas plantaciones
de esta oleaginosa”, sostuvo Alexander Hissting,
responsable de la campaña de agricultura
de Greenpeace Alemania.
La reglamentación
europea estipula un corte de los combustibles
fósiles con un 5,5 por ciento de biocombustibles
para el 2010 y del 17 por ciento para el 2020.
Alemania es uno de los principales destinos
de las exportaciones de las plantas de biodiesel
que funcionan hoy en Argentina. Durante 2007
se exportaron alrededor de 300 mil toneladas
de biodiesel desde Argentina (con sólo
dos plantas en funcionamiento), de las cuales
el 25 por ciento tuvieron como destino el
bloque comunitario.
Para este año se
calcula que las exportaciones argentinas cuadriplicarán
esta cifra. “Si el gobierno alemán
sigue adelante con esta política del
corte, estaremos perdiendo bosques para producir
biocombustibles”, señaló Hissting.
“De esta forma el gobierno alemán estará
conduciendo a la destrucción de los
últimos bosques nativos de Argentina”,
agregó.
Los ministros alemanes de
Ambiente, Sigmar Gabriel, y de Agricultura,
Horst Seehofer, planean llegar a la meta de
corte de biodiesel al 17% antes del 2020.
Dado que los cultivos de colza ya han alcanzado
su límite de expansión en Alemania,
el porcentaje necesario de biodiesel de soja
para cumplir esa meta de corte será
cada vez mayor.
Según Greenpeace
Alemania, cada porcentaje adicional en el
corte de biodiesel en Alemania significa más
de 700.000 hectáreas de plantaciones
de soja extra por año. Si se quiere
llegar al corte del 17 por ciento, Alemania
necesitaría importar cerca de 4.900
millones de litros de biodiesel de soja, lo
que significa más de 10 millones de
hectáreas de ese cultivo, una superficie
similar a la provincia de Santa Fe.
“Si lo que se quiere es
proteger el clima, necesitamos proteger los
últimos bosques nativos que quedan”,
enfatizó Alexander Hissting. “El objetivo
del corte de combustibles fósiles con
un porcentaje de biocombustibles es un camino
equivocado”.
Los impactos destructivos
de los biocombustibles sobre el clima fueron
señalados en la prestigiosa revista
Science. Según esta publicación
se debería consumir biodiesel de soja
por 319 años para compensar las emisiones
de Gases de Efecto Invernadero producidas
por la deforestación provocada por
las plantaciones de soja en el Amazonas. En
Argentina, en los bosques nativos de la región
chaqueña demandaría 176 años.
En los últimos 9
años más de 2 millones de hectáreas
de bosques han desaparecido en manos de las
actividades agropecuarias, especialmente motorizadas
por el cultivo de soja. “La situación
de los bosques en Argentina es alarmante”,
sostuvo María Eugenia Testa, de la
Unidad Política de Greenpeace Argentina.
“En nuestro país no podemos perder
ni una hectárea más de bosques
nativos”.
La Ley 26.093 de Régimen
de Regulación y Promoción para
la Producción y Uso Sustentables de
Biocombustibles, establece para nuestro país
la obligatoriedad de la mezcla de 5 por ciento
de biodiesel y bioetanol para todos los combustibles
comercializados domésticamente a partir
del 2010. “Esta meta solo debiera cumplirse
aplicando estrictos criterios de sustentabilidad,
seleccionando los cultivos con mejor balance
energético y el mejor balance de gases
de efecto invernadero. De otra forma la solución
sería peor que el problema”, afirmó
Testa.
Para Greenpeace se debe
establecer un estándar de calidad que,
entre otras cosas, obligue a que en el análisis
de ciclo de vida de los biocombustibles se
genere una reducción de GEI de al menos
un 60 por ciento comparados con el combustible
que reemplazan.
Si querés más
información sobre nuestra campaña
podés descargar el informe "Bioenergía:
Oportunidades y riesgos. ¿Qué
debe hacer Argentina en materia de biocombustibles?"
haciendo click acá.
— Greenpeace Argentina y Greenpeace Alemania
1- Las muestras de los patrones de los ácidos
grasos del biodiesel fueron analizados usando
cromatografía de gases. Con ayuda de
los datos de referencia acerca de los patrones
de los ácidos grasos de los distintos
aceites se determina de qué cultivo
proviene el biodiesel.