03 abril 2008 - Salta, Argentina
— Greenpeace presentó en Salta un informe
que documenta la crítica situación
en la que se encuentran los
recursos forestales a nivel global y en nuestro
país, y señaló que la
evidencia científica no deja dudas
de la necesidad de frenar la destrucción
de los bosques nativos.
En el inicio del proceso
de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos
de la provincia de Salta, presentamos el informe
“Emergencia Forestal. Debemos frenar la destrucción
de los últimos bosques nativos”, que
evidencia que la pérdida de bosques
en Argentina se acentúa cada vez más
por la expansión descontrolada de la
actividad agropecuaria.
“La deforestación
constituye una de las mayores amenazas para
el equilibrio ecológico de todo el
planeta, y está generando procesos
de deterioro irreversibles para muchos ecosistemas,
con graves efectos para gran parte de la población
mundial”, señaló María
Eugenia Testa, miembro de la Unidad Política
de Greenpeace Argentina.
En nuestro país la
mayor aceleración de los desmontes
se registra en la provincia de Salta donde,
según datos de la Secretaría
de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la
Nación, la desaparición de masa
boscosa durante estos últimos cuatro
años alcanzó las 414.934 hectáreas,
más del doble que en el período
1998-2002.
Durante el año pasado,
mientras el Congreso Nacional trataba la Ley
de Presupuestos Mínimos de Protección
Ambiental de los Bosques Nativos, la provincia
convocó a audiencias públicas
para autorizar desmontes por más de
400.000 hectáreas, quintuplicando los
autorizados durante 2006 y superando ampliamente
al promedio de deforestación anual
de todo el país.
“La suspensión de
los permisos otorgados en 2007 resulta imprescindible,
ya que en su conjunto van a generar un fuerte
impacto ambiental y social”, afirmó
Testa.
Asimismo, señalamos
que es imprescindible el estricto cumplimiento
de la moratoria a los desmontes mientras se
realizan los procesos de Ordenamiento Territorial
de Bosques Nativos y que los mismos sean aprobados
por las legislaturas provinciales. También
pedimos que los procesos del ordenamiento
se realicen de manera participativa, involucrando
a los sectores académicos, productivos,
sociales, ambientales, y a las comunidades
campesinas e indígenas que los habitan
y utilizan.
Dada la emergencia forestal
en la que se encuentra Argentina, es de vital
importancia detener completamente la destrucción
de nuestros últimos bosques nativos.
Nuestra propuesta para la zonificación
que deberá resultar de los Ordenamientos
Territoriales de Bosques Nativos es que no
impliquen nuevos desmontes. “Las áreas
de color verde, según lo define la
ley, deberán ser cero”, explicó
Eugenia Testa.
Según las conclusiones
del Grupo de Trabajo III del Cuarto Informe
de Evaluación del IPCC (2007), las
actividades de mitigación relacionadas
con los bosques tienen el potencial de reducir
en gran medida las emisiones y aumentar la
absorción de CO2 a muy bajo costo.
Aproximadamente el 65% del total del potencial
de mitigación de más bajo costo
se encuentra en los trópicos, y se
podría lograr en torno al 50% mediante
la reducción de las emisiones deteniendo
la deforestación.
La deforestación
representa cerca del 20% de las emisiones
de GEI y evitarla es una de las opciones más
baratas y de rápida respuesta para
mitigación del cambio climático.
“Evitar la deforestación debe ser tarea
prioritaria en los próximos dos años
si queremos evitar una catástrofe climática”
concluyó Testa.
+ Más
Murió Lyle Thurston,
uno de los 12 activistas que participaron
de la primer acción de Greenpeace.
Vancouver, Canadá
— El 26 de marzo pasado murió de neumonía
a los 70 años Lyle "Doc"
Thurston. Fue médico, amante de las
artes, la vida, defensor del medio ambiente
y sirvió como médico en el Phyllis
Cormack en 1971, durante la primer campaña
de Greenpeace en contra de los ensayos nucleares
que EE.UU. realizaba en la Islas Aleutianas.
Thurston conoció
a su amigo y fundador de Greenpeace, Bob Hunter,
en 1969, cuando Hunter escribió una
columna acerca de los servicios médicos
gratuitos que Thurston brindaba a los adolescentes
de Vancouver que habían tenido problemas
de abusos de drogas.
Thurston planeaba crear una tienda médica
en cada concierto de rock al aire libre, dotada
con enfermeras y médicos. Sus obras
lo llevaron a ser reconocido en su comunidad,
y la gente acudía a su oficina o a
su casa, con casos de sobredosis de drogas
a cualquier hora del día o de la noche.
En 1971 abandonó
por dos meses sus prácticas médicas
para unirse a Hunter y su grupo para la que
sería primera campaña de Greenpeace.
Thurston creció en
Yorkton, Saskatchewan, obtuvo un título
de médico en la Universidad de Saskatchewan
en Saskatoon, y comenzó su práctica
en una clínica de una reserva de la
comunidad "Cree". Aprendió
el lenguaje de signos para comunicarse con
los chicos sordos y mudos de la comunidad
rural. Durante toda su larga vida disfrutó
de la música clásica y el ballet,
y fue un generoso mecenas de las artes clásicas.
Thurston, un importante
activista del medio ambiente, también
sabía cómo hacer divertidas
las protestas. Era famoso por organizar fiestas
extraordinarias, durante las cuales se reclutabann
voluntarios para sus proyectos públicos.
Él atrajo a mucha
gente valiosa a Greenpeace, incluyendo a Davie
Gibbons, el abogado de Greenpeace en los 70´s;
al doctor Myron Macdonald, un médico
de las campañas de ballenas, y a Bobbi
Innes, quién después se casó
con Bob Hunter y estableció la primera
oficina de Greenpeace abierta al público.
Hunter dijo una vez que Thurston, "Siempre
hacía que los nuevos reclutas se sintieran
bienvenidos porque sabía cómo
hacer divertida una protesta. Thurston sabía
como elevar la moral del equipo."
Durante la campaña
de 1971, Thurston fue el culpable de un importante
golpe de buena suerte. Una noche mientras
compartía el mando del barco con Bob
Hunter trajo su grabador y puso música
de Beethoven. Inadvertidamente, Thurston puso
el grabador cerca de la brújula del
barco, provocando una desviación en
la aguja. Mientras sonaba la música
de Thurston, Hunter, sin saberlo, dirigió
la nave a 90 millas del curso que originalmente
seguían. Lo que en un principio parecía
ser un embarazoso error resultó auspicioso
porque los guardacostas de EE.UU. perdieron
la pista del barco de Greenpeace y tuvieron
que usar un avión C-130 Hércules
para encontrarlos.
Durante la segunda campaña
de Greenpeace, para poner fin a los ensayos
nucleares franceses en el Pacífico
Sur, Thurston abandonó nuevamente el
ejercicio de la medicina y se estableció
en Europa, donde llevó a cabo manifestaciones
en Londres, París y Roma. En sus manos
estuvo la tarea de llevar la bandera de Greenpeace
al Vaticano y reunirse con el Papa Pablo VI,
quien bendijo la bandera.
Ayudó a establecer
el primer grupo de Greenpeace en Londres,
luego de aparecer en la BBC con voluntarios
locales para realizar una transmisión
de radio con Ben Metcalf, presidente de Greenpeace,
desde Vancouver y el capitán David
McTaggart desde Nueva Zelandia.
En la primera campaña
de ballenas de Greenpeace, en 1975, Thurston
voló a "Winter Harbour" para
asistir a un tripulante, que había
experimentado un quiebre emocional, pero se
negaba a abandonar el barco.
Thurston recordó:
"Preparé un sandwich y le agregué
stelazine (un tranquilizante) y fui a la bodega,
donde Bob Hunter estaba tratando tranquilizarlo.
El paciente se negó a comer el sándwich.
Sin darme cuenta Hunter comió el sandwich
y perdió el conocimiento."
Thurston entonces comenzó
a charlar con el atribulado tripulante hasta
convencerlo de tomar un tranquilizante, y
luego lo acompañó al hospital.
Thurston fue co-fundador de Greenpeace International
en 1979, luego de alentar a los los demás
a dejar de lado la estructura jurídica
original y adoptar una nueva Junta internacional
de Directores.
El doctor Myron Macdonald,
su amigo por más de cuarenta años,
recuerda, "Él me dio el don de
la apreciación de la música
clásica, la ópera, y las bellas
artes. Mirando hacia atrás, me doy
cuenta de que él fue fundamental para
que hoy tenga todos los amigos más
cercanos que poseo"
Thurston sufrió un
grave accidente en 1980 frente a su oficina
de Vancouver, cuando un ciclista lo atropelló
al intentar cruzar la calle. Si bien, nunca
se recuperó plenamente y abandonó
el ejercicio de la medicina, continuó
ofreciendo servicios médicos gratuitos
a las personas necesitadas y ocasionalmente
colaboraba con Greenpeace.
Vivió su vida con
el compromiso de servir a los demás,
y con un sentido de la alegría que
transmitió a muchos. Todos sus amigos
y colegas sentimos que lo extrañaremos.
Rex Weyler