La guía
analiza el riesgo de las 33 especies más
consumidas en el mercado español y
da especies alternativas para no colaborar
con la tala ilegal y la deforestación
03 abril 2008 - Madrid,
España — Greenpeace lanza hoy la “Guía
de la Buena Madera” con el objetivo de promover
y orientar sobre el consumo de madera. La
guía está destinada a los sectores
de arquitectura, decoración e interiorismo
y otros colectivos que prescriben madera,
como responsables de contratación en
la administración pública, empresas
constructoras, etc. Esta guía es la
primera actividad de la campaña Salvar
los bosques, salvar el clima, y pretende ser
una herramienta para luchar contra la madera
ilegal y la deforestación, responsables
del cambio climático.
“Además de ejercer
un consumo responsable de productos forestales,
los ciudadanos debemos exigir a la Unión
Europea que se tome realmente en serio la
lucha contra la deforestación y que
apruebe una ley que garantice que todos los
productos de origen forestal presentes en
el mercado provengan de fuentes legales y
de un buena gestión forestal”, ha declarado
Miguel Angel Soto, responsable de la Campaña
de Bosques de Greenpeace España.
Elegir madera de forma correcta,
la ”buena madera”, significa colaborar con
la gestión responsable de los bosques
que permite que éstos sigan manteniendo
su función de fijar CO2, uno de los
gases de efecto invernadero responsables del
cambio climático. La conservación
y buen uso de los bosques es una de las acciones
más eficaces para mitigar el cambio
climático. También, consumir
madera de origen sostenible contribuye al
desarrollo económico de las zonas rurales,
al mantenimiento de los pueblos indígenas
y a la calidad de vida de las poblaciones
que viven en y alrededor de los bosques.
Casi el 20% de las emisiones
globales de gases de efecto invernadero proceden
de la deforestación y la degradación
forestal. Una elección incorrecta,
por tanto, puede tener una repercusión
negativa para los bosques, en especial para
aquellas especies que están amenazadas
o que proceden de regiones afectadas por la
mala gestión forestal, la tala ilegal,
la deforestación, las guerras, las
invasiones de territorios indígenas
o la violación de los derechos humanos.
Eligiendo la madera de una forma equivocada
podemos estar colaborando con la desaparición
de los bosques primarios ya que la explotación
forestal es muchas veces una primera fase
de un proceso de deforestación que
transforma bosques vírgenes en terrenos
agrícolas o pastos para el ganado.
Una gran parte de la tala ilegal se produce
en zonas de bosque primario.
La Guía de la Buena
Madera ha seleccionado algo más de
30 especies muy comunes en el mercado español
y las ha agrupado en cuatro grupos según
los diferentes riesgos que se derivan de su
grado de amenaza, de la región del
planeta de donde proceden, de la existencia
o no de problemas en sus bosques, de la existencia
de conflictos bélicos, etc. Así,
la guía establece cuatro categorías:
Maderas recomendadas: maderas
con sello FSC, la madera reciclada y el corcho.
Maderas aceptables: castaño, haya,
roble, pino silvestre y laricio, nogal, bambú,
etc.
Maderas problemáticas: abeto, alerce,
hemlock, eucalipto, pino radiata, cedro rojo,
etc.
Maderas de alto riesgo: merbau, iroko, ipé,
teca, wengué, jatoba, meranti, sapelli,
etc.
Hay que destacar el papel
que juega la certificación forestal
FSC (2) a la hora de asegurar que la madera
procede de bosques bien gestionados, por lo
que la guía identifica la disponibilidad
en el mercado de las diferentes especies con
sello FSC, así como la alternativas
propuestas en caso contrario.
La madera es un buen material.
Es un recurso natural, procede de los árboles,
y puede ser reutilizada y reciclada. Su producción
y eliminación no contamina. Las características
físicas y mecánicas de la madera
la convierten en el mejor material para una
gran cantidad de usos como construcción,
carpintería, fabricación de
muebles, aislamiento, etc. Y, muy importante,
cuando la madera procede de un bosque bien
gestionado y lleva un certificado forestal
exigente como el FSC, la madera es sin duda
el material más ecológico frente
a otros cuyo proceso de fabricación
y eliminación consume mucha energía
y es contaminante, como el cemento, el aluminio
o el PVC.
”Siguiendo las instrucciones
de esta guía y eligiendo una buena
madera, empresas de construcción, arquitectos,
decoradores, interioristas, responsables de
compras o consumidores pueden estar convencidos
de que están haciendo un gran favor
al planeta” ha señalado Soto.
Notas:
(1) La Guía de la
buena madera, 1º parte
(2) El FSC (siglas del Forest
Stewardship Council o Consejo de Administración
Forestal) es una organización independiente,
no gubernamental, internacional y sin ánimo
de lucro creada en 1993, con el objetivo de
promover una gestión forestal ambientalmente
responsable, socialmente beneficiosa y económicamente
viable en los bosques de todo el mundo. La
etiqueta FSC permite al consumidor final reconocer
a través del etiquetado los productos
forestales procedentes de una correcta gestión
forestal.
Existe un gran número
de tipos de madera con el sello FSC disponible
en el mercado. Más información
en http://www.fsc-spain.org/lista_certificados.html,
http://www.fsc-info.org y http://www.terra.org/html/s/rehabilitar/madera/
+ Mais
Greenpeace pide que las
nuevas tarifas eléctricas promuevan
la eficiencia y garanticen el derecho a elegir
Los consumidores de electricidad no deberían
seguir obligados a subvencionar las energías
sucias ni a acumular deudas que no han pedido
01 abril 2008 - Madrid,
España — Greenpeace cree que las tarifas
eléctricas deben estar basadas en el
principio de transparencia, de manera que
los consumidores conozcan fielmente el verdadero
coste de cada una de las actividades necesarias
para suministrarles la electricidad. La aplicación
de este principio es condición necesaria
para que los consumidores puedan ejercer su
derecho a elegir el origen de la electricidad
que compran, y para que se incentive un uso
eficiente de la energía.
La organización ecologista
ha hecho llegar sus propuestas a la Comisión
Nacional de Energía, en respuesta a
la consulta pública realizada por este
organismo sobre la metodología para
el establecimiento de tarifas de acceso a
las redes y de tarifas de último recurso
en el sector eléctrico (1). Las principales
propuestas de Greenpeace son:
• Las tarifas deben reflejar
todos los costes con total transparencia.
• Se deben eliminar de las tarifas las subvenciones
a las energías más sucias (nuclear
y carbón). Esto supondría en
2008 un ahorro de más de 233 millones
de euros, que permitirían aumentar
la asignación a eficiencia energética
en un 85%, sin que el consumidor tuviese que
pagar más.
• Las primas a la incineración de residuos
deben desaparecer, y no seguir encubiertas
tras las de las renovables y la cogeneración.
• Los costes reales de todas las actividades
necesarias para el suministro eléctrico
deben ser pagados por quienes consumen la
electricidad, no por los impuestos de los
contribuyentes.
• No es admisible seguir acumulando déficits
que habrán de pagar los consumidores
futuros.
• Los costes se deben asignar proporcionalmente
al consumo de energía de cada consumidor
en cada momento. Sólo los costes de
garantía de suministro y los permanentes
deberían ser proporcionales a la potencia
contratada.
• Hay que evitar incentivos perversos e injustos,
como las tarifas más baratas a los
mayores consumidores de energía.
• Se debe promover la eficiencia energética
mediante tarifas progresivas, de forma que
el precio de cada kilovatio-hora sea mayor
(o menor) cuanto mayor (o menor) sea el consumo
medido de energía de cada consumidor.
• Los suministradores de último recurso
han de tener la obligación de realizar
acciones de gestión de la demanda para
promover el ahorro de energía entre
sus clientes.
• Los grupos de consumidores que puedan acogerse
a la tarifa de último recurso deben
acotarse a aquellos con consumo anual inferior
a 7000 kWh o con potencia contratada inferior
a 1 kW. El periodo transitorio debe ser lo
más breve posible, y no alargarse más
de 2011. La problemática social de
aquellos consumidores con muchas personas
bajo un mismo contrato (familias numerosas,
etc.) debe compensarse a través del
IRPF.
• Otras medidas necesarias para asegurar el
derecho a elegir el origen de la electricidad
y elegir energía limpia incluyen: separación
completa entre empresas (y grupos de empresas)
que realicen actividades de distribución
y de generación de electricidad, evitar
que las garantías de origen se puedan
vender por separado de la electricidad que
garantizan, reforzar las exigencias ambientales
para el etiquetado eléctrico y eliminar
las barreras para que los consumidores puedan
acceder al mercado de la electricidad.
“Unas tarifas transparentes
son fundamentales para evitar engaños”
-ha declarado José Luis García
Ortega, responsable de la campaña de
Cambio Climático y Energía de
Greenpeace España-. “Los consumidores
tienen derecho a saber los conceptos por los
que están pagando, para así
poder elegir”.