14 abril 2008 - DF, México
— Presentan denuncia popular ante Profepa
y alertan sobre siembras ilegales en la entidad
Los cultivos de maíz
en Sinaloa se están contaminando con
maíz transgénico, así
lo comprueban investigaciones científicas
que demuestran la presencia de este grano
modificado genéticamente en variedades
criollas sembradas en esa entidad, ente ello,
las organizaciones Fomento Cultural y Educativo,
Semillas de Vida y Greenpeace, presentaron
una Denuncia Popular ante la Procuraduría
Federal Protección al Ambiente (Profepa).
Las organizaciones fundamentan
su denuncia en la investigación científica:
“Identificación de transgenes en poblaciones
de maíces criollos (Zea mays L.) del
Estado de Sinaloa”, realizada en octubre del
2006 y que fue elaborada por un equipo de
profesores e investigadores de la Facultad
de Agronomía de la Universidad Autónoma
de Sinaloa (UAS) y de la Unidad de Biotecnología
del Campo Experimental Valle de Culiacán-INIFAP
, quienes concluyeron que sí existe
contaminación por maíz transgénico
en los cultivos estudiados; este hecho representa
un llamado de alerta ante la posible siembra
ilegal de transgénicos en la entidad.
De acuerdo con la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM), en México no es
posible otorgar ningún tipo de permiso
para la liberación experimental de
maíz transgénico, a pesar de
que ya se publicó el Reglamento y de
que para el Régimen de Protección
Especial al Maíz, sólo se esperan
los comentarios de varios sectores de la sociedad,
antes de publicarlo en el Diario Oficial de
la Federación.
También es indispensable determinar
los centros de origen de maíz criollo
que existen en todo el territorio mexicano,
por ello, cualquier tipo de siembra que se
esté realizando en este momento es
ilegal; la persona, empresa u organización
responsable deberá ser sancionada por
la ley administrativa en la materia y por
la legislación penal, señalaron
las organizaciones.
Dicha investigación
reporta que las muestras de maíces
criollos fueron recolectadas en la zona de
temporal de Sinaloa, en los municipios de
Choix, Badiraguato, Mocorito, Culiacán,
Cosalá, Elota, San Ignacio, Concordia
y Rosario, de las cuales cinco obtuvieron
resultados positivos a la presencia de transgenes
(1), cada muestra de 10 plantas cada una.
De un total de 50 plantas, 48 fueron positivas,
lo cual da una presencia promedio de 96 por
ciento de transgenes (2).
Investigadores del Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP) en el Valle del Yaqui,
Sinaloa, elaboraron un estudio titulado: “Colecta,
conservación y utilización de
los maíces nativos del noroeste de
México, su calidad proteínica
y nixtamalera –tortillera”, mediante colectas
realizadas en los años 2001, 2003 y
2004. El estudio reporta la presencia de diez
razas de maíz: Blandito, Bofo, Dulce,
Chapalote, Elotes Occidentales, Dulcillo,
Onaveño, Reventador, Tabloncillo, Tuxpeño
(2), las cuales corren el riesgo de contaminación
transgénica.
Asimismo, el documento “Resultado
del análisis sobre centros de origen
y diversidad genética de maíz
en los Estados Unidos Mexicanos” realizado
en octubre de 2006 reporta que Sinaloa es
una zona de alta diversidad genética,
y está reportada como centro de origen,
centro de domesticación y centro de
diversidad.
“El maíz es una especie
de polinización abierta por lo que
el flujo génico entre maíces
ocurre a tasas elevadas, por ello, la liberación
al medio ambiente de maíz transgénico
traerá como consecuencia la contaminación
de nuestros maíces criollos y de los
parientes silvestres del mismo (teocintles),
lo cual significaría terminar con el
reservorio genético del maíz
en México. En este sentido es fundamental
retomar las recomendaciones que en 2004 emitió
la Comisión de Cooperación Ambiental
de América del Norte, en el estudio
“Maíz y biodiversidad: efectos del
maíz transgénico en México.
Como país debemos valorar qué
es más importante: la protección
de más de cinco mil años de
trabajos en torno a una especie o una tecnología
incipiente y tan cuestionada en todo el mundo”,
expuso Adelita San Vicente de la organización
Semillas de Vida.
“Algunos funcionarios del
Campo Experimental Valle de Culiacán-INIFAP
tuvieron conocimiento de la contaminación
de transgénicos desde el 2006 y no
han hecho nada al respecto, esto es muy grave.
Sin embargo, son ellos mismos los que pretenden
dirigir el Proyecto Maestro de Maíz
para la siembra experimental de maíz
transgénico en Sinaloa, argumentado
la necesidad de hacer pruebas para obtener
respuestas científicas acerca del comportamiento
del maíz transgénico con cultivos
tradicionales, cuando están concientes
del riesgo que corren nuestras variedades
criollas”, declaró Aleira Lara, coordinadora
de la campaña de Agricultura sustentable
y transgénicos de Greenpeace México.
“La Comisión Nacional
para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad
(Conabio) señala la necesidad de actualizar
las bases históricas de colectas de
maíz en todo el territorio mexicano,
por tratarse de uno de los cultivos más
importantes del mundo. De hecho, el año
pasado este organismo señaló
que se requerirían tres años
para la determinación de estos centros
de origen (3). El maíz es la especie
agrícola más diversa y la mayor
parte de México forma parte de su centro
de origen y centro de diversidad, su conservación
in situ es una responsabilidad histórica
que tiene nuestro país con la humanidad
actual y futura”, señaló Lara.
“Prestigiados investigadores, como Antonio
Turrent del INIFAP, explican que la diversidad
de especies y variedades que hoy sustentan
la agricultura y la alimentación en
el planeta son el resultado de un largo proceso
de domesticación, selección
y mejoramiento de especies silvestres y cultivadas.
Pero se está presentando un alarmante
proceso mundial de erosión genética
de esta biodiversidad. Según datos
de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), durante este siglo la diversidad genética
de los cultivos se ha reducido 75 por ciento
(4), por ello es fundamental la protección
de los centros de origen y diversidad genética”,
afirmó Sergio Cobo de Fomento Cultural
y Educativo.
Las organizaciones exigen
al Gobierno Federal, a través de la
Semarnat y Profepa, ejercer sus facultades
de inspección y vigilancia, de manera
tal que confirmen los hechos a que hace referencia
la Denuncia Popular y conlleven a la imposición
de sanciones administrativas a los probables
responsables; evitar casos de contaminación
de variadesde locales de maíz, sean
criollas o híbridas; biomonitoreo en
la zona presuntamente contaminada; información
de las cantidades estimadas y las caracteristicas
importantes del transgén; el establecimiento
de un sistema de trazabilidad asociado a un
sistema de evaluación de riesgo; así
como la información disponible sobre
los efectos en la diversidad biológica
y la salud humana, asumiendo ante todo el
principio precautorio a que hace referencia
la LBOGM, así como el mismo Protocolo
de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología
Moderna, del que México es parte.
Asimismo, las organizaciones
demandan de las autoridades el cumplimiento
del Régimen de Protección Especial
del Maíz, bajo el espíritu con
el que fue elaborado por los legisladores
y que consiste en proteger a México,
debido a que nuestro país es reconocido
como uno de los ocho centros de origen de
especies de maíz reconocido en el mundo.