22
abril 2008 - Londres, Reino unido — Activistas
realizan acciones simultáneas en Reino
Unido, Holanda e Italia para exigir a una
de las mayores empresas del planeta, productora
de Dove o Sedal, que no colabore con la extinción
de los orangutanes y destrucción de
los bosques
¿Cuánto cuesta
la belleza?
Greenpeace denuncia que
la multinacional Unilever, propietaria de
algunas de las marcas y productos más
famosos en el mercado, como los cosméticos
Dove, está contribuyendo a la destrucción
de los últimos bosques donde vive el
orangután y otras especies amenazadas,
provocando el incremento de la emisión
de gases de efecto invernadero responsables
del cambio climático.
A través de acciones
directas simultáneas en varios países
europeos, Greenpeace acusó a Unilever
de comerciar con aceite de palma procedente
de empresas que están destruyendo las
selvas de Indonesia.
En el noroeste de Reino
Unido, en la fábrica de Unilever de
Port Sunlight, 60 activistas disfrazados de
orangutanes ocuparon la empresa y los empleados
fueron recibidos con gritos de apareamiento
de orangutanes colgados en la fachada. En
las oficinas centrales de Unilever en Rotterdam,
Holanda, seis activistas se descolgaron de
la fachada principal del edificio y desplegaron
una pancarta que reza: "Unilever, no
destruyas la selva tropical".
En las oficinas de Unilever
en Roma, diez orangutanes impiden la entrada
de los trabajadores con una gran caja donde
escribieron: "Dove, para de destruir
la selva tropical". Los orangutanes ofrecen
información a los trabajadores sobre
la situación de la expansión
del aceite de palma y las demandas de Greenpeace.
Estas acciones coinciden
con el lanzamiento de un nuevo informe que
expone evidencias recientes acerca de la vinculación
de Unilever con empresas responsables de la
destrucción de los bosques de turbera
y el hábitat del orangután en
Borneo, destrucción destinada a la
plantación de palma aceitera. El informe,
titulado "Quemando Borneo" (Burnig
up Borneo), acusa a Unilever de contribuir
a esta destrucción a través
de la compra de aceite de palma procedente
de estos suministradores y de no hacer nada
para prevenir la masiva expansión de
esta industria en el interior de las selvas
de Indonesia.
Unilever es una de las mayores empresas mundiales
que utilizan aceite de palma, y la expansión
de esta industria está desbaratando
los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Debido a la deforestación, Indonesia
es actualmente el tercer país emisor
de gases de efecto invernado (1).
La conversión de
turberas en plantaciones de palma aceitera,
mediante el drenaje y quema del bosque, provoca
la liberación de grandes cantidades
de dióxido de carbono. Estas áreas
de turberas de Indonesia son responsables
del 4 por ciento de las emisiones mundiales
de gases de efecto invernadero.
El informe también
expone cómo el crecimiento del sector
de aceite de palma está teniendo una
efecto devastador sobre la biodiversidad.
El número de orangutanes está
cayendo en picado y la especie está
en serio peligro de extinción. A través
del seguimiento cartográfico de las
áreas explotadas por los suministradores
de la empresa Unilever, el documento expone
cómo estos suministradores están
destruyendo los últimos hábitat
de los orangutanes. El texto contiene datos
y mapas del seguimiento que Greenpeace ha
llevado a cabo en los primeros meses del 2008
en la isla de Borneo, Indonesia.
Unilever preside la "Mesa
redonda para el aceite de palma sostenible"
(Round Table for Sustainable Palm Oil, conocida
por las siglas RSPO), un foro empresarial
cuyo objetivo es garantizar la producción
de aceite de palma de manera sostenible.
A pesar de que la RSPO se
creó en 2002, todavía no hay
ningún certificado de aceite de palma
en el mercado, mientras que el ritmo de destrucción
por esta causa continúa de manera acelerada.
Incluso en el caso de que se pueda certificar
el aceite de palma, éste se estará
mezclando con aceite no certificado, haciendo
imposible que Unilever pueda garantizar que
el aceite no procede de la destrucción
de los bosques.
Desde 11000, 28 millones
de hectáreas de bosques de Indonesia
han sido destruidos, la mayoría para
plantar palma de aceite. Se prevé que,
en comparación con el año 2000,
la demanda de aceite de palma se duplicará
para el 2030 y el triple para el 2050.
Greenpeace
Según datos del Centro de protección
de orangutanes, al menos mil 500 orangutanes
murieron como resultado de los ataques de
los trabajadores de las plantaciones. Se estima
que desde 1900 el número de orangutanes
ha disminuido en un 91%, siendo el declive
de la especie especialmente importante hacia
finales del siglo XX.