22
abril 2008 - DF, México — En el marco
del Día Mundial de la Tierra, científicos,
organizaciones y gobiernos de todo el mundo
recomiendan medidas de bioseguridad para evitar
contaminación transgénica en
México
México debe establecer políticas
firmes para impedir el consumo y cultivo de
organismos transgénicos en centros
de origen, de acuerdo con lo establecido en
el reporte de la Evaluación Internacional
del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología
en el Desarrollo Agrícola (IAASTD por
sus siglas en inglés), dado a conocer
por Naciones Unidas (ONU), exigió Greenpeace.
El reporte final del programa
de Evaluación para la Agricultura de
la ONU pone a la luz pública el fracaso
de la agricultura industrial y hace un llamado
a cambiar de dirección en materia de
investigación agrícola, para
cubrir problemas como el hambre, así
como para resolver problemas ecológicos
y de inequidad social.
Científicos, organizaciones
y representantes de gobiernos de todo el mundo
se reunieron en Johannesburgo la segunda semana
de abril, para debatir el reporte final en
el que se recomiendan políticas de
bioseguridad que impidan el consumo y el cultivo
de organismos transgénicos en países
que son centro de origen, como México,
a fin de evitar la contaminación de
las especies nativas y preservar la diversidad
genética. Las conclusiones de los especialistas
son el resultado de tres años de trabajo
para evaluar globalmente el estado actual
de la agricultura.
“Es esencial la adopción
de las recomendaciones del reporte de la ONU
ya que es un un punto clave para el futuro
de la agricultura y marca el fin de la agricultura
industrial. Es urgente que el gobierno mexicano
tenga presentes los hallazgos dados a conocer
en este informe y los aplique para evitar
que los centros de origen se contaminen con
transgénicos, estamos a tiempo de evitarlo”,
declaró Aleira Lara, coordinadora de
la campaña de agricultura sustentable
y transgénicos de Greenpeace México.
Estados Unidos, el Banco
Mundial y otros revolucionarios verdes critican
el reporte, tachándolo de unilateral
y falto de equilibrio. Sin embargo, estas
acusaciones carecen de base alguna, pues ellos
mismos seleccionaron a los editores y científicos
que participarían en la elaboración
de este reporte, junto con un buró
que comprendió a todos los interesados
de industria, los gobiernos, las organizaciones
internacionales y la industria de transgénicos,
la cual se retiró del proceso de evaluación
ante la evidencia de resultados negativos
para este sector.
Durante décadas,
tanto la ciencia como las políticas
de agricultura en el mundo fueron dominadas
por el paradigma de la revolución verde,
el cual se basa en el uso de insumos químicos
y que trata a la tierra, el agua y a los agricultores
como elementos prescindibles de la producción.
El objetivo es extraer el
mayor valor económico posible de cada
parcela y aumentar la producción en
el corto plazo, pero no es sustentable en
el largo plazo debido a la erosión
de los suelos causada por los monocultivos
intensivos, también fracasa al no satisfacer
las necesidades de las comunidades locales,
no proveer seguridad alimenticia ni una dieta
saludable y diversa. La huella de daño
ecológico de la agricultura industrial
es ya demasiado grande para ser ignorada.
El futuro de la agricultura
está en la biodiversidad y en un trabajo
intensivo que involucre a las personas con
la naturaleza sin perjudicar a ninguna. Millones
de experiencias en todos los continentes prueban
que una agricultura ecológica y sustentable
puede proveer a la humanidad con suficiente
comida, incrementar la seguridad alimenticia,
reestablecer los recursos naturales y brindar
una mejor forma de vida a los agricultores
y comunidades locales.
Contrario a lo que se pretende
hacer con la implementación de cultivos
transgénicos que son una tecnología
insegura y riesgosa, como se ha demostrado
en multiples estudios donde se demuestra el
impacto negativo en insectos benéficos
y la contaminación transgénica
de variedades tradicionales y orgánicas.
“Este es el momento de reconocer
que las promesas de la agricultura industrial
y la ingeniería genética son
falsas. Es tiempo de apoyar una verdadera
revolución agrícola que satisfaga
las necesidades de las comunidades locales
y el ambiente, reestablezca la tierra y permita
a los pobres combatir el hambre, los desplazamientos,
el agotamiento de su cultura y recursos. Los
gobiernos deben empezar a hacer su trabajo”,
exigió Lara.
Un vistazo a las conclusiones
del reporte:
El énfasis de las últimas décadas
para incrementar la productividad no es sustentable,
y se dio a expensas de un grave degradamiento
de los recursos naturales.
El futuro de la agricultura es agro-ecológico
La agricultura aporta más que dividendos
y dinero. Es una actividad multi-funcional
que comprende importantes aspectos culturales,
sociales y ecológicos, necesarios para
el sustento de los escenarios rural y urbano.
Las investigaciones de agricultura se deben
dirigir a solucionar las inequidades sociales
y los problemas ecológicos.
Las soluciones importantes a los retos futuros
no yacen solo en la ciencia “universitaria”,
también existe conocimiento local e
indígena que puede aportar importantes
respuestas.
Abrir los mercados nacionales
a una competencia internacional que carezca
de regulaciones puede tener efectos negativos,
a largo y corto plazo, para la economía,
las condiciones de vida y la ecología
de estos países.
+ Más
Desde el aire, Greenpeace
dice No a la Autopista en el Bosque de Agua
23 abril 2008 - DF, México
— Activistas de Greenpeace despliegan una
enorme manta en la zona de colindancia entre
los estados de México, Morelos y el
DF; exigen un alto al proyecto que se piensa
construir en medio de una de las principales
zonas de captura de agua
Para exigir que no se construya
la Autopista Lerma Tres Marías, dentro
del Gran Bosque de Agua (GBA) (1), ocho activistas
de Greenpeace desplegaron una señal
de alerta en ese bosque, una manta octagonal
de color rojo de 10 x 10 mts, sólo
visible desde el aire y en la que se leía
“Alto a la Autopista”.
La manta fue colocada en
El Capulín, municipio de Xalatlaco,
que se encuentra en la colindancia entre los
estados de México, Morelos y DF, en
los límites del corredor biológico
del Chihinautzin, Área Natural Protegida
(ANP). Esta es una de las principales zonas
de captura de agua dentro del GBA y será
afectada por la construcción de la
autopista y el desarrollo urbano que inevitablemente
generará.
La acción ocurre
seis semanas antes de que la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)
dé a conocer su fallo definitivo en
referencia a este proyecto carretero, que
fue rechazado en dos ocasiones, en 2005 y
2006, por el riesgo de afectar zonas de gran
importancia biológica e hidrológica.
“Greenpeace exige
a Juan Rafael Elvira, titular de Semarnat,
cumplir con sus obligaciones como servidor
público: es necesario que anteponga
los intereses de la nación y no los
personales, porque este proyecto carretero
es apoyado por los gobiernos del Estado de
México y Morelos en beneficio de la
familia Hank González, a quien se otorgó
la concesión para construir esta vialidad
desde 2004. Ante este panorama, sorprende
que el secretario de Medio Ambiente se manifieste
a favor de una autopista con tan grave impacto
social y ambiental”, concluyó Héctor
Magallón, coordinador de la campaña
de bosques y selvas de Greenpeace México.