DF,
México — El Ejecutivo desestima las
demandas campesinas y abona el camino a corporaciones
para sembrar maíz transgénico
en México; en varios países
del mundo se ha demostrado que los cultivos
transgénicos no aportan mayores ganancias
ni incrementos en las cosechas para los campesinos
Ignorando las demandas de
organizaciones de productores y consumidores
para proteger al maíz, nuestro principal
alimento, así como la necesidad urgente
de reactivar al campo mexicano, el presidente
Felipe Calderón planteó una
alianza “amplia e incluyente” con el Consejo
Nacional Agropeacuario, del cual forman parte
los más poderosos agroindustriales
y las empresas Cargill, Minsa y Monsanto,
que promueven el uso de transgénicos
para la producción de maíz en
México, denunció Greenpeace.
“Para abatir la crisis alimentaria,
Felipe Calderón decide promover la
implementación de cultivos transgénicos
en nuestro país, a pesar de que esto
se convierta en un monopolio, se promueva
la especulación y la privatización
del maíz, ya que Monstanto detenta
90 por ciento de las patentes del maíz
transgénico en el mundo. Aún
cuando se cuenta con estudios que demuestran
que los transgénicos no incrementan
los rendimientos de las cosechas, el gobierno
federal, en mancuerna con las transnacionales,
intenta darnos 'atole con el dedo' con la
gran mentira de que los cultivos transgénicos
incrementarán la producción
de alimentos”, explicó Aleira Lara,
coordinadora de la campaña de Agricultura
Sustentable y Transgénicos de Greenpeace
México.
En varios países
del mundo se ha demostrado que los cultivos
transgénicos no aportan mayores ganancias
ni incrementos en las cosechas para los campesinos.
Lo mismo ocurre con las pérdidas en
los cultivos transgénicos desarrollados
por instituciones gubernamentales de investigación
y que son controlados por medio de patentes
de unas pocas empresas multinacionales. Además,
las cuotas por el uso de las patentes para
este tipo de semillas han aumentado dramáticamente.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el precio
de la semilla de algodón transgénico
aumentó hasta cuatro veces en los últimos
10 años.
“Es realmente indignante
que el presidente Calderón y el secretario
de Agricultura, Alberto Cárdenas, sigan
dando golpes bajos a los productores del campo
cuando las organizaciones campesinas han hecho
demandas concretas para reactivar la producción
nacional de maíz sin depender de los
transgénicos. Sin embargo, Felipe Calderón
y Alberto Cárdenas parecen escuchar
únicamente a los grandes capitales,
aún cuando están dispuestos
a pasar por encima de nuestros recursos naturales
y sin importar el daño social que provocarán
a los mexicanos”, continuó Lara.
La caída en la producción
interna de alimentos en México es resultado
directo de políticas públicas
del gobierno federal que han reducido progresivamente
los precios garantizados, los subsidios y
las tarifas sobre los productos agrícolas,
incrementando la importación de alimentos
baratos, de baja calidad y fuertemente subsidiados,
y reconfigurado el modelo agrícola
hacia cultivos de exportación generadores
de divisas.
Como resultado, la agricultura
está sujeta a leyes comerciales y especulación,
guiando hacia un cambio fundamental en las
prácticas agrícolas y la dieta
de las personas: agricultura extensiva y uso
de tecnologías riesgosas para el medio
ambiente y para la salud de los consumidores.
“La verdadera solución
a la crisis, no son los transgénicos.
La solución está en la creación
de políticas diseñadas con y
para los pequeños productores, que
representan cerca del 80 por ciento de los
productores en México y quienes han
demostrado tener la capacidad para el abastecimiento
nacional con mejores prácticas agrícolas
y con el uso de semillas de variedades nativas”,
finalizó Lara.
Ejemplos del fracaso de
los transgénicos
Un estudio de expertos de la Universidad de
Iowa, Estados Unidos afirma: “El maíz
Bt (el más común de los maíces
transgénicos) produjo ganancias esencialmente
iguales a las producidas por maíz no
transgénico. Esto cuestiona una vez
más el por qué los agricultores
optarían por una tecnología
que produce los mismos resultados, pero que
tiene problemas de mercado asociados al maíz
Bt, por los riesgos a la salud e impactos
negativos al medio ambiente” (1).
El frijol de soya transgénica
tolerante a herbicidas, actualmente en el
mercado, ha reportado tener un rendimiento
10 por ciento más bajo que las variedades
tradicionales (2).
Por otro lado, las fluctuaciones
extremas de temperatura causaron pérdidas
de cultivos de algodón transgénico
en China. Los investigadores encontraron que
los cambios extremos de temperatura causaron
una pérdida de la función de
los transgénicos, resultando en rendimientos
más bajos que el algodón convencional
(3).
+ Más
Excluye a 80% de campesinos
la "incluyente" alianza para el
campo
05 agosto 2008 - DF, México
— Para abatir la crisis alimentaria, Felipe
Calderón decide promover los cultivos
transgénicos en nuestro país,
a pesar de que esto sólo beneficia
a los monopolios, promueve la especulación
y la privatización del maíz
Frente a la alianza “amplia
e incluyente” que el presidente Felipe Calderón
estableció con el Consejo Nacional
Agropecuario para promover la siembra y comercialización
de maíz transgénico en México,
la campaña nacional Sin maíz
no hay país exigió al gobierno
federal un debate público nacional
en el que todos los mexicanos manifiesten
su opinión a fin de decidir si es o
no necesario el uso de semillas genéticamente
modificadas para abatir la crisis alimentaria.
La campaña Sin maíz
no hay país constató que el
gobierno federal no ha tomado en cuenta las
opiniones ciudadanas vertidas en diversos
oficios y múltiples documentos respaldados
por centenares de firmas de organizaciones
campesinas, indígenas, ambientalistas,
intelectuales, científicos, artistas
y personas preocupadas por el campo mexicano
y por su alimentación, que fueron enviadas
desde 2006, señalaron las organizaciones
Semillas de Vida, Grupo de Estudios Ambientales,
Greenpeace México y el Consejo Nacional
de Organizaciones Campesinas.
Para abatir la crisis alimentaria,
Felipe Calderón decide promover los
cultivos transgénicos en nuestro país,
a pesar de que esto sólo beneficia
a los monopolios, promueve la especulación
y la privatización del maíz.
Prueba de eso es que en días pasados
se reunió con el Consejo Nacional Agropecuario
para promover una alianza “amplia e incluyente”
con los más poderosos agroindustriales
-Cargill, Minsa y Monsanto- a fin de legalizar
la siembra de maíz transgénico
en nuestro país.
Cabe señalar que
esta "amplia e incluyente alianza"
beneficiará principalmente a Monsanto,
corporación que detenta 90 por ciento
de las patentes de este tipo de semillas en
todo el mundo. Aun cuando se cuenta con numerosos
estudios científicos que demuestran
que los transgénicos no incrementan
los rendimientos de las cosechas, el gobierno
federal, en mancuerna con las transnacionales,
nos miente con la promesa de que esos cultivos
sí incrementarán la producción
de alimentos.
Para saber más:
* Las empresas que producen
las semillas híbridas que se consumen
en México -20 por ciento del total
que se utiliza en el país-, en particular
Monsanto, sólo piensan en sus propios
intereses económicos: el año
pasado realizaron prácticas comerciales
desleales al negarle a las organizaciones
campesinas la compra adelantada de semillas
bajo un programa que publicitaron ampliamente,
a pesar de que ya se las habían pagado,
esto con el objetivo de especular con el precio
de las semillas.
*En tanto, en el periodo
que va de abril de 2007 a marzo de 2008, el
costo de las semillas importadas se duplicó
de acuerdo con datos del Banco de México
y en el mes de marzo Monsanto aumentó,
por tercera vez, su ganancia gracias a la
fuerte demanda de semillas.
*Recientemente, el gobierno
de Austria prohibió la importación
del maíz MON 863, producido por Monsanto,
basándose en un nuevo estudio científico
que demuestra que esa variedad transgénica
no debió aprobarse para siembra, consumo
humano o animal. El estudio reporta que las
ratas alimentadas con el maíz MON 863
presentaron cambios en la composición
de su sangre y daños en órganos
internos, con altos índices de toxicidad
en hígado y riñones.
+ Más
Maíz protegido ¡ahora!
07 agosto 2008 - DF, México
— Sólo con un sólido Régimen
de Protección Especial al Maíz
será posible impedir la contaminación
del grano en nuestro país
Con un condón gigante
colocado en una mazorca de maíz de
2.50 metros de alto, activistas de Greenpeace
exigieron a la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (Sagarpa) y al gobierno
federal la prohibición total de la
siembra de maíz transgénico
en México como la única medida
de protección para nuestro país.
Los activistas de la organización
demostraron cómo debe protegerse el
maíz nativo ante las insistentes e
irresponsables declaraciones de Alberto Cárdenas,
titular de Sagarpa, y de Víctor Manuel
Villalobos, coordinador de asuntos internacionales
de esa secretaría, quienes apoyan la
siembra experimental de maíz transgénico
en México, al amparo del Régimen
de Protección Especial del Maíz
(RPEM), a publicarse en fecha próxima.
En días pasados,
también el presidente Felipe Calderón
llamó a una alianza “amplia e incluyente”
con el Consejo Nacional Agropeacuario (CNA),
para que el maíz transgénico
se siembre en nuestro país y de este
modo combatir la crisis alimentaria actual.
Esta alianza está formada por los más
poderosos agroindustriales y las empresas
Cargill, Minsa y Monsanto, que promueven el
uso de transgénicos para la producción
de maíz en México. Hay que destacar
que ese acuerdo excluye al 80 por ciento de
los productores campesinos del país
que han demandado, por más de tres
años, que el gobierno federal atienda
el rezago en que se encuentra el campo mexicano.
“Es realmente indignante
que el gobierno federal siga favoreciendo
los interés monopólicos de la
industria biotecnológica y continúe
esta política de golpes bajos contra
el campo mexicano, poniendo en riesgo la producción
orgánica y tradicional de los campesinos,
los cuales representan el 80 por ciento de
los productores en México. Felipe Calderón
y Alberto Cárdenas únicamente
escuchan a los grandes capitales, aún
cuando estos amenazan con pasar por encima
de nuestros recursos naturales sin importar
el daño social que provocarán
a los mexicanos y a la biodiversidad de nuestro
país”, denunció Aleira Lara,
coordinadora de la campaña de agricultura
sustentable y transgénicos de Greenpeace.
Cabe mencionar que el anteproyecto
de las disposiciones jurídicas del
Régimen, presentado el 4 de abril ante
la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria
(Cofemer), no es un documento final, porque
únicamente establece las condiciones
para que la industria biotecnológica
consiga autorización para sembrar su
maíz transgénico patentado y
no establece medidas de protección
a nuestras razas y variedades de maíz
mexicano. Este anteproyecto no establece quién
se hará responsable ante los posibles
casos de contaminación con transgénicos.
Durante el periodo de consulta
pública que comprendió 4 de
abril al 16 de mayo, se emitieron 6,1000 comentarios,
de los cuales poco más del 90 por ciento
fueron pronunciamientos de varios sectores
de la sociedad, científicos, ONG, productores
y consumidores en contra de la liberación
de maíz transgénico en nuestro
país.
México es centro
de origen y diversidad del maíz, este
hecho no es considerado por la Semarnat y
la Sagarpa en el anteproyecto del RPEM, que
no plantea medidas de cómo se evitará
la contaminación transgénica
de este importante grano. Aún no se
ha autorizado la liberación al medio
ambiente del maíz transgénico
y nuestro país ya ocupa el segundo
lugar en el continente americano con más
casos de contaminación y el octavo
en el mundo (1)”, continuó Lara.
El Régimen que se
pretende publicar en los próximos días,
cuenta con mínimas correcciones, a
decir de las autoridades de Sagarpa, a pesar
de que los comentarios emitidos exigen la
implementación de un biomonitoreo y
presentación del estado de los casos
de contaminación que se han denunciado,
tanto por científicos de primer orden
como por organizaciones y comunidades campesinas;
la reparación de la contaminación
actual.
“Es necesario que el gobierno
federal garantice la participación
de todos los sectores de la sociedad para
asegurar que el Régimen de Protección
Especial del Maíz reconozca la importancia
de este grano como una de las principales
fuentes de alimentación y no únicamente
como una mercancía que engrosará
los bolsillos de la industria biotecnológica”,
exigió Lara.
La Comisión Intersecretarial
de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente
Modificados (Cibiogem) declaró que
será hasta marzo del 2009 cuando sean
concluidos los trabajos para la determinación
de centros de origen y diversidad genética
del maíz en todo México, así
como las políticas públicas
para la protección del grano. Sin estos
elementos y con la autorización de
siembras experimentales de maíz trasngénico,
las autoridades estarían sentando un
precedente de violación a la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados.
“El gobierno federal debe
garantizar que México sea libre de
contaminación con maíz transgénico
e impedir que las empresas biotecnológicas
tengan el control de este grano en nuestro
país, esto sólo será
posible con un verdadero Régimen de
Protección Especial al Maíz
que establezca como medida principal la moratoria
total a la siembra de maíz transgénico
en México, que impulse la producción
campesina y que destine mayores recursos a
la investigación pública para
la reactivación del campo”, concluyó
Lara.
— Greenpeace México
Nota:
1.- http://www.gmcontaminationregister.org/index.php?content=nw_detail1