20
Aug 2008 - En el marco del simposio de la
Semana Mundial del Agua, que tiene lugar en
Estocolmo, Suecia, WWF/Adena expresó
hoy la necesidad de que los gestores e implicados
en los sistemas dulceacuícolas dejen
de hablar de la adaptación al cambio
climático y comiencen a tomar medidas
prácticas para la adaptación
real.
WWF/Adena ha presentado
una serie de casos procedentes de cuatro continentes,
mostrando que las intervenciones para mejorar
ahora la situación de los sistemas
acuáticos que han sufrido agresiones
ambientales, han hecho aumentar su capacidad
para amortiguar los impactos del cambio climático
que se esperan en el futuro.
Jamie Pittock, investigador
de sistemas dulceacuícolas de WWF/Adena,
declaró: “Muchas de las acciones que
podemos acometer ahora sólo pueden
tener buenos resultados. Hablamos, por ejemplo,
de mejorar la gestión de los ríos
y restaurar la capacidad de almacenamiento
y de amortiguación de las inundaciones
de las llanuras fluviales y los humedales.
Todas estas acciones tienen una rentabilidad
económica, social y ambiental a corto
plazo. Si, además, todo ello sirve
para aumentar la resistencia de los ríos
al cambio climático, tendremos entonces
un beneficio añadido”.
En el lanzamiento del informe
de WWF/Adena “Agua para la vida: lecciones
para la adaptación al cambio climático
mejorando la gestión de los ríos
para las personas y la naturaleza” (Water
for life: Lessons for climate change adaptation
from better management of rivers for people
and nature), Pittock afirmó que las
estrategias de adaptación al cambio
climático serán totalmente ineficaces
si ignoran los sistemas dulceacuícolas.
Pittock añadió:
“Proponer objetivos de biocombustibles sin
considerar de dónde va a venir el agua
para los cultivos energéticos es un
rumbo seguro para empeorar la crisis del agua
en muchas regiones y desarmar a muchos sistemas
acuáticos ante los acontecimientos
climáticos extremos”.
La construcción de
nuevas presas para energía hidráulica
fragmenta, aún más, los ríos
y daña a las especies de agua dulce
que tienen que migrar río arriba o
abajo para adaptarse al cambio climático
y que constituye una fuente alimenticia importante
para millones de personas.
Los estudios de campo de
WWF/Adena muestran que los trabajos en curso,
abriendo las llanuras y los humedales de inundación
del Danubio y conectando de nuevo los lagos
con el río, está mejorando la
pesca y la disponibilidad de agua potable,
las aves están volviendo y se ha reducido
la vulnerabilidad ante las inundaciones.
El coste de la restauración
de los 37 lugares que conforman el Corredor
Verde del Bajo Danubio se ha estimado en 183
millones de €. Los daños de las inundaciones
de 2005 fueron de 396 millones de € y las
ganancias de la restauración probablemente
ronden los 85,6 millones de €. Para WWF/Adena
este es un ejemplo de verdadera adaptación
al cambio climático, aunque no se la
haya considerado bajo esta perspectiva.
El Gran Río Ruaha
de Tanzania dejó de fluir de forma
permanente en 1993, tras años de disminución
de precipitaciones y de extracciones de agua
cada vez mayores. Esta sequía estacional
ha puesto en peligro la generación
de energía hidroeléctica, de
vital importancia para el país, afectando
también al turismo y reduciendo los
medios de vida de las comunidades ribereñas.
La creación de asociaciones
locales de usuarios y los trabajos de restauración
de la cuenca de recepción, la reorganización
de las captaciones de agua de las empresas
agrícolas más importantes y
la persecución de las tomas ilegales,
han dado como resultado la reanudación
en 2004 del flujo continuado durante todo
el año del río al importante
humedal Ihefu. Se ha mejorado así la
seguridad del suministro de agua y ha mejorado
la situación de las comunidades locales.
La restauración de
depósitos de agua colmatados y abandonados
que se utilizaron hace unos 1.200 años
para recoger las aguas monzónicas en
un afluente del río Godavari de la
India, está elevando el nivel de las
aguas subterráneas sobreexplotadas,
haciendo manar fuentes secas y mejorando la
fertilidad del suelo y las cosechas de los
campesinos más desfavorecidos. Ampliar
este proyecto para cubrir todos los depósitos
de la zona costaría 637 millones de
dólares y almacenaría una cantidad
de agua similar a la que embalsaría
una presa en proyecto que va a costar 4.000
millones de dólares, aparte de los
impactos sociales y ambientales negativos
de la presa. Para Pittock, este es un ejemplo
de adaptación que respeta los intereses
de las comunidades locales y produce beneficios
inmediatos.
En el Yangtse central, en
China, WWF/Adena comenzó a trabajar
con las comunidades locales en 2002 para volver
a conectar lagos y humedales con el fin de
recoger las crecidas y luchar contra la grave
contaminación relacionada con el aumento
de las temperaturas y la sequía. Como
beneficios laterales se ha aumentado la diversidad
y cantidad de pescado y se ha mejorado el
acceso al agua potable.
WWF/Adena constata que la
mayoría de las iniciativas de restauración
de los ríos que mejoran su resistencia
al cambio climático son consecuencia
de algún desastre. Y opina que resultaría
más inteligente hacer el camino inverso,
mejorando la situación de los ríos
y fortaleciéndolos, de modo que estén
preparados para evitar o amortiguar el impacto
de las catástrofes.
WWF/Adena ha publicado también
una revisión sobre la adaptación
al cambio climático en forma de guía
para planificadotes y gestores.