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Dec 2008 - En el número 28 del Observatorio
de la Electricidad, WWF denuncia que el Ministerio
de Industria, presionado por las compañías
eléctricas, pone en peligro el sistema
de apoyo a las renovables, quitando su financiación
de la factura eléctrica y llevándolo
a los Presupuestos del Estado. Si esto ocurriera
se crearía una gran incertidumbre en
los inversores y financiadores, que tendrían
que esperar cada año su inclusión
y aprobación en dichos presupuestos.
Este posible cambio de orientación
en cuanto a las renovables tiene lugar en
un momento en el que estas energías
estaban quitándole cuota de mercado
a las energías fósiles, debido
a una menor demanda eléctrica.
WWF pide al Ministerio de
Industria que no proceda con sus planes de
llevar la financiación de las renovables
a los Presupuestos del Estado y que se apoye
más su desarrollo para conseguir una
paulatina eliminación de los combustibles
fósiles del sector energético.
Las razones por las que se rechaza esta propuesta
son las siguientes:
Las incoherencias en la
política energética del Ministerio
de Industria y en la política medioambiental
y de sostenibilidad del Gobierno.
WWF ve con preocupación
la posición del Ministerio de Industria
respecto a las renovables, ya que las propuestas
que está haciendo para este sector
son cada día menos coherentes con las
políticas medioambientales y de sostenibilidad
proclamadas por el Gobierno. Por un lado,
se alaba su importante rol en la búsqueda
de la sostenibilidad, la reducción
de las emisiones de gases de efecto invernadero,
el relanzamiento de la industria española
y su gran potencial exportador. Mientras que
por otra parte, el Ministerio de Industria
propone frenar las inversiones en el sector,
ya que se pretende llevar su financiación
a los Presupuestos del Estado, cuando todo
el desarrollo que se ha conseguido hasta ahora
ha sido gracias a que los fondos invertidos
están respaldados por el impuesto para
la diversificación energética
incluido en la factura eléctrica.
Las renovables no son la
causa del déficit tarifario
Achacarle el déficit
tarifario, la diferencia entre el coste de
generación de la electricidad y su
precio de venta al consumidor, a las energías
renovables es un despropósito y faltar
a la verdad. Los 15.000 millones de euros
que se han generado de déficit son
únicamente debidos a que los sucesivos
gobiernos desde el año 1996 no sólo
no se han atrevido a subir la tarifa eléctrica
para cubrir los costes de generación,
sino que en algunas ocasiones incluso la han
bajado para así poder maquillar tendencias
inflacionistas de la economía.
Actualmente, el coste del
kilowatio de electricidad para el consumidor
doméstico es aproximadamente un 30%
más barato que en el año 1996,
tras ajustarlo por la inflación de
estos últimos años. El hecho
de haber reducido el coste de la electricidad
también ha provocado un incremento
constante y desorbitado en el consumo eléctrico
(+72%), muy por encima de cualquier otro país
europeo, y ha hecho inviable cualquier iniciativa
de ahorro energético. Si los sucesivos
gobiernos hubiesen aumentado la tarifa eléctrica
para reflejar los costes reales de generar
la electricidad, ahora no existiría
el problema del déficit del sector
eléctrico y se hubiera podido llevar
a cabo medidas de ahorro y eficiencia energética.
Pero aumentar la tarifa era una medida impopular
y hubiera aumentado el indicador de la inflación.
Los 15.000 millones de
euros del déficit tarifario no están
causados por las renovables. Si se tiene en
cuenta los siguientes factores, se llega a
la conclusión de que en realidad en
España hemos ahorrado más dinero
gracias a las renovables que lo que se paga
por ellas a través de la factura eléctrica:
Gas natural no importado
para quemarlo en las nuevas centrales de ciclo
combinado. Generar un MWh con gas natural
en 2007 costó de media 42 euros, por
lo que producir los 32,7 TWh que generaron
las renovables hubiera costado 1.374 millones
de euros (Datos del Ministerio de Industria).
Emisiones de CO2 evitadas
al no quemar el gas. Las emisiones evitadas
fueron 12,1 millones de toneladas de CO2.
El valor de una tonelada de CO2 es de aproximadamente
20€, por lo que con la generación renovables
se ahorraron 242 millones de euros. (Datos
del Observatorio de la Electricidad de WWF,
REE y Euronext. En 2007 por la sobreasignación
de derechos de emisión en toda la UE
el precio de la tonelada de CO2 fue inferior
a 1€. En 2008 el precio medio está
alrededor de los 20€ por tonelada).
Reducción del coste
de la electricidad en el mercado al desplazar
a las tecnologías más caras
(al estar sujetas a primas las nuevas energías
renovables entran siempre en el mercado, pero
no determinan el coste final del mismo). Según
estudios del sector eólico esta reducción
en el coste de la electricidad podría
sumar aproximadamente 1.000 millones de euros
(Datos de la Asociación Empresarial
Eólica).
En total, la sociedad española
se habría ahorrado alrededor de 2.500
millones de euros, frente al coste de las
primas a las renovables que en 2007 fueron
de 1.367 millones de euros. En cuanto a puestos
de trabajo, el sector da empleo a más
de 90.000 personas entre puestos directos
e indirectos (Datos de CCOO). Comparativamente,
las minas de carbón dan empleo a 16.000
personas y llevan recibiendo ayudas económicas
más de 30 años, frente a los
menos de 10 que llevan siendo apoyadas las
energías renovables.
Las eléctricas: nuestras renovables
ya instaladas si, las futuras… ya veremos.
Las empresas del sector
eléctrico son las que están
presionando al Ministerio de Industria porque
están viendo que, en un momento de
contracción de la demanda eléctrica,
las energías renovables, que tienen
prioridad de acceso al mercado por su carácter
más sostenible, están quitándoles
cuotas de mercado a las tecnologías
convencionales que queman combustibles fósiles.
Hasta hace poco, la creciente instalación
de energías renovables no era un problema,
sino un buen negocio también para las
eléctricas, porque la demanda eléctrica
crecía por encima de la aportación
de los nuevos parques eólicos y huertos
solares. En consecuencia, las nuevas centrales
de ciclo combinado de gas natural que ya se
han construido se veían como rentables.
Pero actualmente el mercado
eléctrico se está contrayendo,
en los tres últimos meses la demanda
total peninsular ha decrecido un 1,2%, por
lo que invertir en nuevas renovables significaría
quitar aún más mercado a las
convencionales y, sobre todo, no poder amortizar
las innumerables centrales nuevas de gas.
Por eso, las empresas del sector han anunciado
recortes en sus inversiones en renovables
y apoyan la inclusión del sistema de
apoyo a las renovables en los Presupuestos
del Estado, ya que esta medida frenará
también las inversiones de otros promotores
por la incertidumbre que genera.
Si el sistema de primas
se traslada a los Presupuestos del Estado,
las renovables ya instaladas continuarán
cobrando sus respectivas primas por estar
respaldadas por el marco regulatorio actual,
mientras que si cada año no se aprobaran
nuevos fondos en los Presupuestos del Estado
para nuevas instalaciones renovables estas
no se harían, por lo que se podría
paralizar el sector.
Según Heikki Willstedt,
experto de WWF-España en Energía
y Cambio Climático: “Para las renovables,
este es el momento en el que hay que dar el
paso y cruzar el umbral de lo anecdótico
para entrar de lleno en la historia. Ahora
que la crisis económica ha puesto las
bases para una mayor sustitución de
las antiguas y contaminantes fuentes de energía
por las nuevas tecnologías renovables,
no es el momento de sentir vértigo
y echarse para atrás. Defender las
antiguas centrales térmicas no va a
crear ni un solo puesto de trabajo más,
ni un solo euro más en exportaciones,
mientras que apostar por las energías
renovables pone las bases para un futuro energético
español más sostenible, con
más trabajo, con menos contaminación
y más exportaciones.” Además
añade que “cuando se acabe la actual
crisis económica, España puede
emerger como un país más competitivo,
sostenible y más preparado para afrontar
el doble reto del cambio climático
y la seguridad energética si continua
con su apuesta por las renovables o, por el
contrario, volver a depender de las importaciones
de combustibles fósiles y de la compra
de derechos de emisión para cumplir
con sus futuros objetivos de reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ahora es cuando hay que dar el paso”.
Los datos más destacados
de noviembre para el sistema peninsular son
los siguientes:
La calidad medioambiental
de la electricidad suministrada en la península
es mejor que la del periodo de referencia,
con menos CO2 y residuos radioactivos por
kilowatio producido.
La generación de electricidad de las
centrales eléctricas peninsulares respecto
al mismo mes del año pasado ha decrecido
en un 2,99 % y la demanda lo ha hecho en un
2,94.
La energía eólica ha producido
el 14,1% de la electricidad del sector eléctrico
peninsular mientras que la hidráulica
producido un 6,3% este mes.
Una exportación neta de un 4% de la
generación eléctrica a nuestros
países vecinos.
Las emisiones hasta noviembre han decrecido
en un 15,8%, principalmente por el aumento
en la generación eólica y la
disminución del uso del carbón
a favor del gas natural en las centrales térmicas.