08
diciembre 2008 - DF, México — Más
de 80 activistas de Greenpeace México
protestan de manera pacífica en la
embajada de Japón para exigir juicio
a la caza de ballena y no a los dos activistas
nipones que expusieron el contrabando en la
carne de cetáceo
Con lámparas de papel
estilo japonés y encadenados entre
sí, 80 activistas de Greenpeace se
manifestaron pacíficamente frente a
la embajada de Japón en México
para solicitar a ese país su arresto,
ante el injusto juicio que enfrentan dos activistas
japoneses, Junichi Sato y Toru Suzuki, por
exponer el tráfico ilegal de carne
de ballena en el programa de caza "científica"
nipón.
La protesta se llevó
a cabo en el marco del 60 aniversario de la
adopción de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, y se realizó
simultáneamente en las embajadas japonesas
en Argentina, Australia, Bélgica, Brasil,
Canadá, Dinamarca, España, Estados
Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda,
Italia, Noruega, Nueva Zelanda y Suecia.
"Si el gobierno de
Japón considera que el oponerse a la
caza de ballenas es un crimen, ¡que
nos arresten a todos! Exigimos que se abra
un juicio en contra el programa de caza de
ballenas porque está demostrado que
hay redes de corrupción en su manejo.
Ésa es la verdadera razón por
la que nuestros compañeros están
sometidos a juicio", dijo Alejandro Olivera,
coordinador de la campaña de océanos
y costas de Greenpeace México.
En Japón, los directores de las oficinas
de Greenpeace de ese país, de Alemania,
Holanda, Australia, Suiza, Brasil, Estados
Unidos y los países nórdicos
entregaron una carta al primer ministro Taro
Aso, solicitando que retire los cargos en
contra de Sato y Suzuki y que se termine con
el programa anual de caza de ballenas.
En nuestro país,
más de 15 mil personas han exigido
la liberación de los activistas enviando
cartas al gobierno de Japón a través
de la página web de Greenpeace México.
Cabe recordar que los dos
activistas fueron arrestados el 20 de junio
de este año, más de un mes después
de que una investigación de Greenpeace
confirmó la información ofrecida
por antiguos trabajadores de la flota ballenera
japonesa, sobre la existencia de una red de
tráfico con carne de ballena procedente
del buque factoría Nisshin Maru. La
carne era enviada a domicilios particulares
de la tripulación para posteriormente
ser vendida para beneficio personal. A pesar
de las evidencias, la autoridades japonesas
no han investigado el tráfico ilegal
de carne de ballena y decidieron abrir un
proceso penal en contra de Sato y Suzuki.
"Desde el principio
ha sido evidente que el arresto y la detención,
y ahora la acusación contra nuestros
dos activistas obedece a motivos políticos,
y que intereses poderosos en el sistema japonés
están tratando de silenciar nuestro
derecho legítimo a la protesta pacífica
y no violenta. Japón ha sido criticado
en varias ocasiones por las Naciones Unidas
por no permitir la libertad de expresión
(1). Sato y Suzuki no habrían sido
detenidos si hubieran interceptado cualquier
otro tipo de mercancía de contrabando
y la hubieran entregado a las autoridades
para su investigación”, agregó
Olivera.
Actualmente, Sato y Suzuki
están en libertad y con sus familias,
sin embargo, las condiciones de la fianza
son estrictas. El pasado 5 de diciembre inició
su primera audiencia en el juicio que enfrentan,
a pesar de su plena cooperación con
la policía japonesa y con los demandantes.
"Hacemos un enérgico
llamado al Gobierno japonés para que
restablezca la investigación sobre
la corrupción en la flota ballenera,
que involucra a miembros de la tripulación
y a funcionarios del gobierno; que se retiren
los cargos sobre nuestros compañeros
activistas y que se ponga fin al acoso que
viven, desde junio pasado, los integrantes
de la oficina de Greenpeace en Japón",
finalizó Olivera.
Greenpeace México
Notas:
1.En una evaluación periódica
terminada en octubre del 2008, el Comité
de Derechos Humanos de la ONU criticó
severamente al Gobierno Japonés por
“establecer restricciones infundadas a la
libertad de expresión” en ese país.
También condena el abuso de la policía
japonesa al transgredir las leyes con los
activistas que critican la política
del gobierno. Comité de Derechos Humanos
de la ONU, sesión noventa y cuatro,
Ginebra, 30 de octubre de 2008. UN Doc. CCPR/C/JPN/CO/5,
párrafo 26, disponible en: http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/co/CCPR-C-JPN-CO.5.doc
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El director de Greenpeace
se autoinculpa en la embajada de Japón
para pedir la liberación de dos activistas
japoneses
Directores de diferentes delegaciones de Greenpeace
en todo el mundo se suman a esta iniciativa10
diciembre 2008
Madrid, España —
En nuestro país se ha autoinculpado
ante la embajada de Japón el director
de Greenpeace, Juan López de Uralde,
y el director de Greenpeace Mediterráneo,
Uygar Ozesmi. Han acudido acompañados
de una decena de activistas de la organización
con monos naranjas, caretas con los rostros
de los dos activistas y las manos esposadas,
como símbolo de la persecución
que están sufriendo en su país.
Los activistas portaban pancartas en castellano
y japonés con los lemas: Todos somos
Junichi y Toru” y “Arrésteme a mí
también”.
Los directores de las distintas
delegaciones de Greenpeace en el mundo, en
representación de sus cerca de tres
millones de socios, han acudido a sus respectivas
embajadas de Japón para solicitar el
fin la persecución política
de dos activistas japoneses arrestados por
denunciar el contrabando de carne de ballena
procedente del programa japonés de
caza “científica” de cetáceos
en la Antártida.
Coincidiendo con el 60 aniversario
de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1), el director de Greenpeace
España, Juan López de Uralde,
se ha sumado a la iniciativa y ha acudido
hoy a la embajada de Japón en Madrid
para demandar el fin de la persecución
política que vienen sufriendo los dos
activistas de Greenpeace que fueron detenidos
el pasado mes de junio por denunciar el fraude
que rodea a la caza de ballenas. Para ello
se ha autoinculpado en nombre de todos los
socios de Greenpeace en España. Japón
ha sido duramente criticado por Naciones Unidas
por restringir la libertad de expresión
(2).
En una carta al embajador,
la organización internacional demanda
que el Gobierno japonés acabe con la
caza anual de ballenas en la Antártida.
Como respuesta a la investigación llevada
a cabo por Greenpeace el pasado mes de mayo
que destapó un escándalo de
contrabando de carne de ballena (3) dentro
del programa de caza “científica” de
la flota ballenera japonesa, las autoridades
niponas respondieron con una persecución
política, arrestando a Junichi Sato
y Toru Suzuki y llevando a cabo un registro
en la oficina de Greenpeace Japón en
junio de 2008. Los dos arrestados llevan 172
días en libertad bajo fianza (4). Se
espera que el juicio, en el que ambos se enfrentan
a diez años de cárcel, comience
a principios del próximo año.
El director de Greenpeace
España, Juan López de Uralde,
se ha autoinculpado mediante una carta en
la que se declara culpable de haber apoyado
a los dos activistas contra la caza de ballenas.
En la misma línea, un grupo formado
por los directores de las oficinas de Japón,
Alemania, Holanda, Australia, Suiza, Brasil,
Estados Unidos y los países nórdicos
se autoinculparon ayer en Tokio frente a la
residencia del primer ministro japonés,
Aso.
Actos similares han tenido lugar en las embajadas
japonesas de Brasil, Nueva Zelanda, Argentina,
Francia, Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca,
Holanda, Bélgica, México, Grecia,
Canadá e Italia, donde cientos de activistas
se han declarado también culpables.
“Queremos que el Gobierno
de Japón sepa que si Junichi Sato y
Toru Suzuki van a ser juzgados por denunciar
un caso de contrabando de carne de ballena
y por trabajar para acabar con la muerte de
cetáceos en la Antártida, nosotros
deberíamos ser arrestados también”
ha declarado Juan López de Uralde,
director de Greenpeace España. “Debería
estarse juzgando la caza de ballenas en la
Antártida y no a los activistas de
Greenpeace”.
+ Más
Protesta por la liberación
de ambientalistas defensores de las ballenas
10 diciembre 2008 - Buenos
Aires, Argentina — En el Aniversario de la
Declaración Universal de los Derechos
Humanos, activistas niños y adultos
de Greenpeace realizaron este miércoles
una protesta pacífica en reclamo de
que se suspenda la persecución política
a la organización y a sus miembros
en Japón y el fin de la caza de ballenas.
Dos activistas de Greenpeace
Japón, Junichi Sato y Toru Suzuki,
se encuentran procesados por incautar una
caja con carne de ballenas, en el marco de
una investigación sobre fraude en el
mercado que lleva adelante la organización
ambientalista. (1)
En solidaridad con los activistas
arrestados en Tokio, un grupo de 30 voluntarios,
vestidos con traje de presidiarios, se colocaron
en la puerta de la embajada de Japón
en Buenos Aires portando una pancarta con
la leyenda: "Japón: arrestanos,
defendemos a las ballenas".
Sato y Suzuki fueron arrestados
en mayo, luego de denunciar públicamente
los resultados de una investigación
y de entregar las pruebas obtenidas a la policía
y los Fiscales del Distrito de Tokio. Sin
embargo, en lugar de investigar la denuncia,
la Justicia de Japón procesó
a los activistas de Greenpeace y los acusó
de haber sustraído la carne de ballena
que iba a servendida en el mercado ilegal
y que ellos mismos pusieron a disposición
de las autoridades. (2)
La pena a la que pueden
ser sometidos puede llegar a los 10 años
de prisión. El arresto y detención
de los activistas fue condenado internacionalmente
por más de 35 organizaciones, incluyendo
a Amnistía Internacional.
"Demandamos al Gobierno
de Japón que termine con la persecución
política a quienes denuncian las ilegalidades
de la actividad financiada por ese mismo Estado,
y que se ponga la atención en terminar
con el nefasto programa de matanza de ballenas
en la Antártida", manifestó
Milko Schvartzman, coordinador de la Campaña
de Océanos de Greenpeace para América
Latina.
Cada año una flota
de barcos contratados por el Gobierno nipón,
captura cientos de ballenas de la especie
minke (Balaenoptera bonaerensis), como parte
del mal llamado "programa de caza científica".
Ejemplares de esta especie pueden ser avistados
en el Mar Argentino. En este momento, la flota
depredadora se encuentra en camino a las prístinas
aguas antárticas.
Notas:
1) Investigación
de Greenpeace: Escándalo en Japón
por sustracción de carne
de ballenas, mayo de 2008:
http://www.greenpeace.org/international/press/reports/whale-meat-scandal-dos
sier
2) Junichi y Toru fueron
arrestados el 20 de junio, y pasaron 26 días
detenidos sin ningún cargo. Las condiciones
de su actual libertad bajo
fianza requieren que tengan que solicitar
permiso para permanecer más de
tres días fuera de su propio domicilio,
y no reunirse con otros miembros de
Greenpeace.
http://www.greenpeace.org/tokyo-two