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de Diciembre de 2008 - Poznan, Polonia. 11
de diciembre de 2008 - En el marco de la Cumbre
de Cambio Climático de Poznan, la Oficina
Regional del PNUMA presentó el informe,
“Cambio Climático en el Caribe y el
Desafío de la Adaptación”, el
cual señala que “la afectación
en la salud de la población provocado
por las consecuencias de los fenómenos
meteorológicos extremos; pérdida
de los bosques de manglares en Cuba; constatación
de que la mayoría de los desastres
naturales han estado relacionados con el clima,
y que un acortamiento de la temporada en el
cultivo de caña de azúcar en
Guyana se traduciría en una aceleración
de la maduración y reducción
del rendimiento en un 29,8 por ciento”
La publicación fue
elaborada por el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en colaboración
con la Comunidad del Caribe y Mercado Común
(CARICOM), y busca contribuir al diálogo
entre las personas encargadas de formular
las políticas y la comunidad científica,
a fin de elaborar un programa más vigoroso
sobre el cambio climático, maximizar
las oportunidades y enfrentar las amenazas
y los riesgos derivados de los posibles cambios
climáticos.
Asimismo, el estudio destaca
tendencias del cambio climático, su
impacto en particular sobre los Pequeños
Estados Insulares en Desarrollo del Caribe
(SIDS) y los esfuerzos para responder a estas
tendencias.
Tomando información
de diversas fuentes de profundo conocimiento
sobre la materia, como por ejemplo, la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC), el informe habla
de un futuro de creciente vulnerabilidad para
el Caribe Insular
Así, se especifica
que la salud se vería afectada por
fenómenos meteorológicos extremos:
un aumento de las enfermedades transmitidas
por insectos y roedores (por ejemplo, el dengue,
la leptospirosis, la malaria y la fiebre amarilla),
enfermedades transmitidas por el agua, incluida
la esquistosomiasis, el cólera y cryptosporidium;
enfermedades transmitidas por alimentos, entre
ellas la diarrea, intoxicaciones alimentarias,
salmonelosis, fiebre tifoidea, enfermedades
respiratorias como el asma, la bronquitis,
infecciones respiratorias, alergias y desnutrición
como resultado de la producción de
alimentos o por interrupciones en los canales
de distribución.
También se señala
que 3% de los bosques de manglares de Cuba
se perderían con una subida de un metro
del nivel del mar. Se prevé que semejante
aumento en el nivel del mar podría
ocasionar el colapso total de los humedales
y manglares de Puerto Royal, Jamaica, debido
a que este sistema ha demostrado poca capacidad
para migrar en los últimos 300 años.
Un aumento de 50 cm. del nivel del mar podría
resultar en la pérdida del 60 % de
las playas en algunas zonas de Granada.
El informe también
señala que se ha producido una notable
tendencia al alza en las pérdidas,
especialmente en las dos últimas décadas.
Así, se puntualiza que la mayoría
de los desastres naturales del último
tiempo han estado relacionados con el clima,
entendidos estos como inundaciones, sequías,
deslizamientos de tierra y huracanes.
Como ejemplo de lo anterior,
se hace mención del huracán
Dean (agosto de 2007) que causó 42
muertes –39 directas, 3 indirectas— y daños
por cerca de 3,800 millones de dólares,
que han afectado a Santa Lucía, Martinica,
Dominica, Puerto Rico, República Dominicana,
Haití, Jamaica, las Islas Caimán,
Belice, México y algunas regiones de
América Central.
El texto del PNUMA y CARICOM
puntualiza, además, que los efectos
del cambio climático en el Caribe podrían
suponer un acortamiento de la temporada de
cultivo de la caña de azúcar
en Guyana que se traduciría en una
aceleración de la maduración
y reducción del rendimiento en 29,8
por ciento. En San Cristóbal y Nieves,
el clima se tornaría demasiado seco
para la agricultura de secano, la cual llegaría
a ser económicamente inviable y la
productividad decaería en 20 por ciento
en San Vicente y las Granadinas.
Actuar de manera inmediata
El informe, sin embargo,
entrega luces de cómo poder enfrentar
estos escenarios, así, en el capítulo
final “Hora de actuar de manera concreta y
concertada”, identifica cuestiones claves
que deben tratarse con urgencia para hacer
frente al cambio climático: la inmediata
inclusión de medidas de mitigación
y adaptación en las estrategias, programas
y acciones para el desarrollo; una mayor atención
a la energía renovable y a las tecnologías
de alto rendimiento energético; la
reducción de las emisiones y el aumento
de la independencia energética; el
uso del incipiente mercado de carbono; y el
desarrollo de evaluaciones de la vulnerabilidad
y la adaptación.
Anteriormente, el capítulo
I: “El impacto del cambio climático
y la región del Caribe”, ofrece un
panorama general del cambio climático
en los SIDS del Caribe, teniendo en cuenta
la característica general de la región.
El capítulo II: “Los
SIDS, la región del Caribe y el marco
político internacional para el Cambio
Climático”, resume una hoja de ruta
de cómo el debate acerca del cambio
climático y los SIDS evolucionó
internacionalmente y en la región,
desde el Programa de Acción de Barbados,
la Estrategia de Mauricio para la ulterior
implementación del Programa de Acción
para el desarrollo sostenible de los SIDS,
la CMNUCC y el Protocolo de Kyoto, hasta el
proceso de negociación posterior a
Kyoto.
En tanto, el capítulo
III: “Una respuesta a las necesidades relacionadas
con la vulnerabilidad y la adaptación
en el Caribe”, se centra en la capacidad de
respuesta de la región, comprendida
la disponibilidad de metodologías y
herramientas para la evaluación de
la vulnerabilidad y adaptación, el
examen de los escenarios regionales, los principales
proyectos e instituciones involucradas.
Mayores informaciones:
Rody Oñate, Oficial de Informaciones
del PNUMA en América Latina y el Caribe,
Clayton, Ciudad del Saber - Avenida Morse,
Edificio 103
Corregimiento de Ancón – Ciudad