09
febrero 2009 - Tartagal, Argentina — Greenpeace
denunció este lunes que las actuales
inundaciones en el norte de la provincia de
Salta, como sucediera también en el
año 2006, son consecuencia directa
del irracional proceso de destrucción
al que se encuentran sometidos los últimos
bosques nativos argentinos por la falta de
una política firme contra los desmontes.
Salta es una de las provincias
con mayores niveles de deforestación
del país. Según datos de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, entre 1998
y 2002 la superficie deforestada en la provincia
fue de 194.389 hectáreas, mientras
que entre 2002 y 2006 se duplicó la
superficie desmontada, alcanzando las 414.934
hectáreas.
La zona cercana a la ciudad
de Tartagal es una las más afectadas
por los desmontes para la ampliación
de la frontera agrícola. Además,
padecen los impactos de la explotación
maderera sin control, que abre caminos en
sus cerros en los que múltiples aserraderos
ilegales irrumpen para robar madera y deteriorar
sin pausa la estructura del bosque.
“La gran cantidad de desmontes
para producir soja que se realizó en
los últimos años en la provincia
de Salta en la zona cercana a Tartagal es
una de las principales causas de estas inundaciones.
Las altas precipitaciones, sumado a la pérdida
de cobertura vegetal, incluso casi a la vera
de los ríos, generaron un verdadero
cóctel destructivo”, señaló
Hernán Giardini, coordinador de la
campaña de Bosques de Greenpeace.
Sin la vegetación
propia del lugar, la estructura de las laderas
se vuelve cada vez más inestable. Sin
retención suficiente, se acelera el
escurrimiento superficial. Con poca retención
y excesivo escurrimiento, las crecidas no
se regulan. Con grandes crecidas, no hay puente
ni camino que resista. El ecosistema es dinámico
y se repone, pero ante la explotación
descontrolada muchas veces no tiene capacidad
de cicatrización para mitigar el impacto
de copiosas lluvias en tan escaso tiempo.
Greenpeace ya había
denunciado la incidencia de la deforestación
en las inundaciones que sufrió Tartagal
en el año 2006: “Hubo desmontes en
la parte media y baja del río Tartagal.
Allí hay 3.166 hectáreas depredadas.
Es decir que la superficie de bosque eliminada,
directamente relacionada con el río
en la cuenca baja, es tres veces mayor que
la superficie de Tartagal. Esto hizo que el
curso del río, en vez de seguir encauzado,
produjera anegamientos. Al aumentar las lluvias
el río acrecentó su capacidad
de carga y generó una erosión
retrocedente”, afirmaba el informe de la entidad
ambientalista.
A pesar de esto, los desmontes en la provincia
aumentaron considerablemente: durante 2007,
en plena discusión parlamentaria de
la Ley de Bosques, la provincia de Salta autorizó
el desmonte de más de cuatrocientas
mil hectáreas. La situación
en la provincia es tan grave que algunos de
estos desmontes fueron suspendidos, en diciembre
pasado, por la Corte Suprema de Justicia en
de la Nación, tras un amparo de comunidades
indígenas.
“Además de concentrar
más de la mitad de la biodiversidad
del planeta, los bosques juegan un papel fundamental
en la regulación climática,
el mantenimiento de las fuentes y caudales
de agua y la conservación de los suelos.
Son nuestra esponja natural y paraguas protector.
En ese sentido es urgente que el Poder Ejecutivo
reglamente lo antes posible la Ley de Bosques
(1), cuya aplicación conforme a su
espíritu original es la única
herramienta concreta para frenar la deforestación
en nuestro país”, afirmó Giardini.
(1) La Ley de Bosques fue
sancionada el 28 de noviembre de 2007 tras
una campaña que logró juntar
un millón y medio de firmas, y establece
que las provincias no pueden emitir nuevos
permisos de desmonte hasta tanto no realicen
un Ordenamiento Territorial de sus zonas boscosas
bajo diez criterios ecológicos y categorías
de conservación que apuntan a evitar
la fragmentación y degradación
del bosque nativo y a preservar las tierras
utilizadas por las comunidades campesinas
e indígenas.
La norma crea el Fondo Nacional
para el Enriquecimiento y la Conservación
de los Bosques Nativos (cerca de mil millones
de pesos al año) para distribuir entre
las provincias que sancionen por ley provincial
el Ordenamiento Territorial de sus Bosques,
con el objetivo de fortalecer la capacidad
técnica y de control, compensar a los
titulares que realicen tareas de conservación
y manejo sostenible, y para fomentar las actividades
productivas que los pequeños productores
rurales y comunidades indígenas realizan
en zonas boscosas.
+ Más
Sobrevuelo de Greenpeace
confirma influencia de deforestación
en desborde del río Tartagal
10 febrero 2009 - Tartagal,
Argentina — Greenpeace realizó hoy
un relevamiento en el que documentó
la relación entre las áreas
afectadas por la deforestación y la
gran cantidad de hectáreas desmontadas
en la cuenca alta del río Tartagal.
Las imágenes demuestran
que la región padece, además,
los impactos de la explotación maderera
sin control, que abre caminos en sus cerros
en los que múltiples aserraderos ilegales
irrumpen para robar madera y deteriorar sin
pausa la estructura del bosque.
“Sin la vegetación
propia del lugar, la estructura de las laderas
se vuelve cada vez más inestable. Sin
retención suficiente, se acelera el
escurrimiento superficial. Con poca retención
y excesivo escurrimiento, las crecidas no
se regulan. Con grandes crecidas, no hay puente
ni camino que resista. El ecosistema es dinámico
y se repone, pero ante la explotación
descontrolada muchas veces no tiene capacidad
de cicatrización para mitigar el impacto
de copiosas lluvias en tan escaso tiempo”,
explicó Hernán Giardini, coordinador
de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Salta es una de las provincias
con mayores niveles de deforestación
del país. Según datos de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, entre 1998
y 2002 la superficie deforestada en la provincia
fue de 194.389 hectáreas, mientras
que entre 2002 y 2006 se duplicó la
superficie desmontada, alcanzando las 414.934
hectáreas.
Greenpeace ya había
denunciado la incidencia de la deforestación
en las inundaciones que sufrió Tartagal
en el año 2006.
A pesar de esto, los desmontes
en la provincia aumentaron considerablemente:
durante 2007, en plena discusión parlamentaria
de la Ley de Bosques, la provincia de Salta
autorizó el desmonte de más
de cuatrocientas mil hectáreas. La
situación en la provincia es tan grave
que algunos de estos desmontes fueron suspendidos,
en diciembre pasado, por la Corte Suprema
de Justicia en de la Nación, tras un
amparo presentado por comunidades indígenas.
“Además de concentrar
más de la mitad de la biodiversidad
del planeta, los bosques juegan un papel fundamental
en la regulación climática,
el mantenimiento de las fuentes y caudales
de agua y la conservación de los suelos.
Son nuestra esponja natural y paraguas protector.
En ese sentido es urgente que el Poder Ejecutivo
reglamente lo antes posible la Ley de Bosques,
cuya aplicación conforme a su espíritu
original es la única herramienta concreta
para frenar la deforestación en nuestro
país”, afirmó Giardini.