Greenpeace
lamenta que los líderes europeos hayan
retrasado, de nuevo, la discusión sobre
compromisos financieros para el clima - 20
marzo 2009 - España — Los líderes
europeos reunidos en Bruselas han llegado
a un acuerdo sobre la necesidad de destinar
dinero a la lucha contra el cambio climático
en los países en desarrollo pero no
han querido referirse a cifras concretas.
Pese a que el reconocimiento de esta necesidad
constituye un pequeño paso, Greenpeace
considera que la falta de compromisos financieros
concretos sigue dificultando el avance de
las negociaciones internacionales hacia el
acuerdo climático global que debe alcanzarse
a finales de año en Copenhague.
“Es positivo que la Unión
Europea (UE) esté dispuesta a pagar
por su responsabilidad como segunda emisora
mundial de CO2 pero no es suficiente para
que las negociaciones climáticas internacionales
avancen. Los países en desarrollo van
a pensarlo dos veces antes de comprometerse
a adoptar medidas para salvar el clima si
los países ricos no ponen cifras concretas
sobre la mesa”, ha declarado Aida Vila, responsable
de la campaña de Cambio Climático
y Energía de Greenpeace.
La cumbre de primavera de
la UE ha apoyado un nuevo esquema financiero
internacional para obtener los fondos necesarios
para la lucha contra el cambio climático
en los países en desarrollo. Estos
fondos deben ser suficientes para cubrir las
necesidades en términos de inversión
en energías limpias, protección
de los bosques y adaptación a aquellos
impactos que ya son inevitables, pero, al
no hacerse referencia a cifras concretas,
es difícil valorar el grado de compromiso
de la UE con estos tres objetivos.
Greenpeace insta a los gobiernos
de la UE a dejar de perder un tiempo precioso
y asegurarse de que en las futuras reuniones
ministeriales bajo la presidencia checa se
acuerde un plan concreto de apoyo financiero
para la lucha en favor del clima en los países
más pobres. La organización
espera que este tema esté también
en la agenda de la reunión del G20
que va a celebrarse en Londres a principios
de abril y que las recomendaciones que de
la misma se deriven impulsen las negociaciones
climáticas internacionales.
“La UE sigue discutiendo
de forma aislada sobre la crisis económica
sin tener en cuenta la crisis climática
en vez de mostrar su liderazgo climático
luchando contra la crisis mediante inversiones
verdes. El tiempo corre, sólo quedan
nueve meses hasta la cumbre de Copenhague
y recuperarnos de la crisis económica
no servirá de nada si el cambio climático
nos gana la partida” , ha añadido Vila.
Los líderes de la
UE han reconocido la importancia de la eficiencia
energética y de las renovables, así
como de mejorar las infraestructuras para
garantizar la seguridad del suministro, incluidas
redes submarinas que posibiliten la integración
de grandes cantidades de fuentes de energía
renovable. Sin embargo, al mismo tiempo, la
UE ha seguido dando rienda suelta a la confianza
en fuentes energéticas tan sucias como
el carbón o, para los países
que lo estimen oportuno, las nucleares.
“Estamos en una encrucijada
y los líderes europeos están
intentando dirigirnos, al mismo tiempo, hacia
dos direcciones opuestas. Hay que elegir entre
seguir anclados en un pasado carbonero y nuclear
o apostar por las oportunidades de futuro
que puede ofrecernos un sistema energético
robusto basado en la eficiencia energética,
las renovables, las redes de distribución
inteligentes y el empleo verde”, ha concluido
Vila.
+ Más
España está
exportando electricidad a pesar de que tres
centrales nucleares están paradas
Gracias al avance de las
renovables, es cada vez más fácil
prescindir de las centrales nucleares - 20
marzo 2009 - Madrid, España — Tres
de las ocho centrales nucleares españolas
están actualmente paradas y nuestro
sistema eléctrico está exportando
electricidad. Un total de 2.619 MW nucleares
están fuera de operación, los
correspondientes a las centrales de Garoña,
Vandellós-2 y Trillo, para acometer
diversas reparaciones y realizar recargas
de combustible (1).
“Es cada vez más
obvio que, gracias al avance de las renovables,
el sistema eléctrico español
puede asumir el cierre inmediato de la central
nuclear de Garoña y un cierre progresivo
pero urgente de las demás”, ha afirmado
Juan López de Uralde, director de Greenpeace
España.
El sistema eléctrico
español es netamente exportador, situación
que se mantiene desde 2004. A pesar de ello,
el lobby nuclear transmite repetidamente la
mentira de que España tiene una gran
dependencia de la importación de electricidad
del exterior, en un intento de confundir a
la opinión pública. Mediante
esta estrategia, la industria nuclear pretende
defender el mantenimiento del parque nuclear
español, cuyo cierre progresivo es
un compromiso del actual Gobierno socialista.
Según los datos de
la Red Eléctrica de España (REE)
sobre el funcionamiento del sistema eléctrico
español en 2008, ese año los
intercambios internacionales de electricidad
del Sistema Eléctrico español
registraron un saldo exportador de 11.221
Gigavatios-hora (GWh), un 95% superior al
del 2007. Como indica la REE, este incremento
se ha debido tanto a la evolución de
las exportaciones que han experimentado un
aumento del 19%, como al volumen de importaciones
que han registrado un descenso del 30%.
Las energías renovables
han tenido un crecimiento muy significativo,
tanto en la potencia instalada como en la
producción de electricidad y participación
en la cobertura de la demanda, con un papel
muy destacado de la energía eólica
de la que España es la tercera potencia
mundial y, por primera vez, la solar fotovoltaica
que este año ha crecido en España
más que en ningún otro país.
En 2008, se cubrió con energías
renovables cerca del 25% de la cobertura de
demanda.
Por el contrario, las centrales
nucleares, cuya cobertura de la demanda fue
del 18,3%, han sufrido en 2008 una importante
pérdida de disponibilidad (el número
de horas que se mantuvieron conectadas a la
red) por causas no programadas, lo que excluye,
entre otras, las paradas para recarga de combustible.
Así por ejemplo, durante 2008 las centrales
catalanas de Ascó-1, Ascó-2
y Vandellós-2 pararon de forma imprevista,
por diversas averías e incidentes,
un total de 114 días, cinco veces más
que en 2007, donde se registraron 21 días
de parada forzosa.
“Las energías renovables
siguen aumentando en disponibilidad y en su
contribución a la cobertura de la demanda
de forma limpia y sin incidentes, mientras
que las centrales nucleares aumentan en inseguridad
y pierden fiabilidad”, ha declarado Carlos
Bravo, responsable de la campaña de
Energía de Greenpeace.
La contribución energética
de Garoña es marginal y está
sobradamente compensada por la aportación
de las energías renovables. En 2007
su aportación al sistema eléctrico
fue tan solo de de 3.478 Gigavatios-hora (Gwh),
lo que supone un 1,28% sobre el total de generación
neta de electricidad de ese año, que
fue de 271.372 Gwh.
Ese mismo año la
contribución de las energías
renovables fue de 62.081 Gwh, un 9,61% (5.969
GWh) superior a la del año anterior.
Simplemente esos 5.969 Gwh de incremento de
la producción de electricidad renovable
en 2007 con respecto al 2006 suponen casi
el doble de la aportación anual de
Garoña. En resumen, el sistema energético
español puede asumir el cierre inmediato
de la central nuclear Garoña.
NOTAS
(1) Además, la central nuclear de Vandellós-2
tiene previsto finalizar el montaje y poner
en marcha el nuevo sistema de refrigeración
de agua de servicios esenciales, ya que el
original sufrió graves daños
por corrosión agravados por una negligente
gestión por parte de la compañía
propietaria, que se conocieron en el accidente
que sufrió esta central en 2004. En
2005 se produjo un gran escándalo y
el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tuvo
que reconocer, en una investigación
parlamentaria, que la Asociación Nuclear
Ascó-Vandellós (ANAV) mantuvo
Vandellós-2 durante varios meses funcionando
en condiciones de “seguridad degradada” y
que priorizó sus intereses económicos
a la seguridad.
Al poco de iniciar esta
última parada, se detectó en
Vandellós-2 un nuevo incumplimiento
de las normas de seguridad: el incumplimiento
del criterio de diseño de estanqueidad
al agua en tres sellados del edificio de control.