03
abril 2009 - Londres, Reino unido — Los países
más ricos le fallaron al mundo ante
la urgencia de enfrentar la crisis del clima
pues el cambio climático quedó
al final del comunicado del G20, como un tema
para después
Los líderes del G20
fracasaron en su responsabilidad de poner
la crisis del clima a la cabeza en su orden
del día y perdieron una oportunidad
clave para asegurar a largo plazo la salud
económica y ambiental del mundo, denunció
Greenpeace al final de la cumbre.
"El cambio climático
quedó al final del comunicado del G20,
como un tema para después. Esto no
refleja la seriedad y urgencia que el tema
requiere. Se consiguieron cientos de miles
de millones de dólares para el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial,
pero para hacer la transición a una
economía verde -que paliaría
la crisis financiera pero también la
ambiental- no hay dinero sobre la mesa, sólo
aspiraciones vagas", dijo John Sauven,
director ejecutivo de Greenpeace Reino Unido.
"Mientras la catástrofe
del clima sigue su curso, los líderes
del G20 sólo toman medidas cosméticas.
Un compromiso financiero claro con la inversión
para crear empleos verdes habría sido
el pedal de arranque para detonar una economía
verde que nos permita enfrentar el cambio
climático. Frente a la Cumbre del Clima
de Copenhague en diciembre de 2009, el G20
le ha fallado al mundo perdiendo una oportunidad
vital para resolver ambas crisis simultáneamente,
la económica y la del cambio climático”,
agregó Sauven.
A pesar de que ayer, el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
hizo un llamado a la acción global
para confrontar el cambio climático,
fue ignorado.
Los gobernantes fallaron
en asignar el dinero necesario para financiar
el crecimiento verde de economías nacionales
e internacionales. La cumbre necesitaba que
las naciones ricas del G20 destinaran por
lo menos el uno por ciento de su PIB a medidas
verdes, y que el resto de los países
hagan lo que puedan para reducir su dependencia
de energías sucias como el petróleo
y sus derivados, y opten por el desarrollo
de las energías renovables.
La ciencia muestra que el
cambio climático está acelerándose
y que hay un lazo muy fuerte entre lo económico
y la supervivencia del clima del planeta.
Una crisis del clima a gran escala aumenta
la posibilidad de migración, hambre
y extinciones masivas. Habrá pobreza
permanente en los países en desarrollo
y se estrangulará el crecimiento de
las naciones desarrolladas.
+ Más
Greenpeace celebra la decisión
de la Corte Suprema de mantener la suspensión
de la tala y el desmonte en Salta
Buenos Aires, Argentina
— Greenpeace consideró trascendental
el pronunciamiento de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación que establece
la suspensión de las actividades de
desmonte y tala en cuatro departamentos de
la provincia de Salta, hasta tanto se realice
un estudio de impacto ambiental acumulativo.
La falta de un mapa para el Ordenamiento Territorial
de los bosques de la provincia, establecido
en la Ley 26.331 (Ley de Bosques) es uno de
los considerandos de la Corte Suprema para
dictar la medida.
Greenpeace celebró hoy el pronunciamiento
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
que extiende la suspensión de los permisos
para las actividades de tala y desmonte en
los departamentos de Orán, San Martín,
Rivadavia y Santa Victoria en la provincia
de Salta, por considerar que pueden causar
un perjuicio irreversible. La medida fue dictada
hasta tanto la provincia, junto a la Secretaría
de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la
Nación, elaboren un estudio de impacto
ambiental acumulativo que de cuenta de las
consecuencias ambientales y sociales de estas
actividades a nivel regional.
“El pronunciamiento de la
Corte Suprema de Justicia es trascendental,
ya que no sólo aplica el principio
precautorio hasta tanto se realice una evaluación
de impactos ambientales y sociales, sino que
además plantea la regionalidad de la
evaluación. Esto significa que por
primera vez se tienen en cuenta los impactos
acumulativos del desmonte y de la tala a nivel
regional y provincial y sus consecuencias
sobre el régimen climático de
toda la región y los efectos sobre
sus habitantes; esto es importante en estas
zonas, habitadas por pueblos originarios y
pequeños productores. Estos y otros
desmontes en Salta se autorizaron con estudios
de impacto ambiental prediales, y sin participación
de los afectados, por eso, la factibilidad
siempre resultó positiva, sin considerar
por ejemplo, que se transforman tierras de
uso tradicional wichi, que con ello sufren
pérdidas irreversibles” señaló
Noemí Cruz, Coordinadora del NOA de
Greenpeace.
La Corte consideró
que “…se ha demostrado claramente que se otorgan
autorizaciones para la tala y desmonte tomando
en consideración el impacto ambiental
de cada una de ellas, pero no se ha efectuado
ningún estudio relativo al efecto acumulativo
de todas las autorizaciones. La tala y desmonte
de aproximadamente un millón de hectáreas
tendrán un efecto sobre el ambiente
que no se puede ignorar…”. Asimismo y teniendo
en cuenta este antecedente la Corte ha estimado
que “se configura entonces una situación
clara de peligro de daño grave porque
podría cambiar sustancialmente el régimen
de todo el clima de la región…”.
A partir de la aplicación
del principio precautorio, el máximo
tribunal obliga al gobierno de Juan Manuel
Urtubey a suspender toda autorización
de desmonte y tala en los cuatro departamentos
y establece un plazo de 90 días para
la realización del estudio de impacto
ambiental.
Por otro lado, la Corte
planteó entre sus considerandos que
por falta de la cartografía del Ordenamiento
Territorial exigido por la Ley de Bosques
no existe una determinación precisa
de las áreas que podrían ser
categorizadas como sectores de muy alto o
de mediano valor de conservación. La
ausencia del mapa, sumada a la vigencia de
las autorizaciones de desmonte y tala otorgadas,
justifican la suspensión de dichas
actividades.
“Esperamos que el Ordenamiento
Territorial de los Bosques Nativos de la provincia
de Salta que presente el gobernador Urtubey
contemple las evaluaciones y las opiniones
de las organizaciones ambientalistas y de
las comunidades que habitan los bosques, ya
que continuar con este ritmo de destrucción
de los recursos forestales producirá
un desastre ambiental y social que afectará
seriamente la biodiversidad, el clima, la
regulación hídrica, a cientos
de comunidades campesinas e indígenas
que dependen de los bosques para su subsistencia,
y a los habitantes de la provincia en general”,
afirmó Cruz.
En diciembre pasado, la
Corte resolvió hacer lugar a la medida
cautelar solicitada por comunidades indígenas
de Salta y ordenó al Gobierno de la
provincia el cese provisional de los desmontes
y la tala de bosques nativos autorizados durante
el último trimestre de 2007 en los
departamentos de Orán, San Martín,
Rivadavia y Santa Victoria. Además,
requirió al estado provincial un informe
con los datos de todas las personas físicas
y jurídicas que solicitaron y obtuvieron
esas autorizaciones. En febrero último,
los Ministros de la Corte convocaron a una
audiencia pública para debatir el caso.
Salta es una de las provincias
con mayores niveles de deforestación
del país. Según datos de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, entre 1998
y 2002 la superficie deforestada en la provincia
fue de 194.389 hectáreas, mientras
que entre 2002 y 2006 se duplicó la
superficie desmontada, alcanzando las 414.934
hectáreas.
“Desde Greenpeace hemos
venido reclamando por el cese de los desmontes
en la provincia que ya ha entregado muchas
hectáreas a la depredación.
Es por eso que exigimos que no se otorgue
ni una hectárea más de bosques
en el proceso de Ordenamiento Territorial
exigido por la Ley de Bosques” concluyó
Cruz.