WWF
pide a los líderes políticos
reunidos en Bonn (Alemania) en las negociaciones
sobre el Clima de las Naciones Unidas que
desarrollen las vías para apoyar una
nueva clase de empresarios que apuesten por
tecnologías sostenibles. La organización
pretende que este colectivo se constituya
como el principal motor de una economía
baja en carbono.
Según WWF, las tecnologías
innovadoras que ya están disponibles
en la actualidad pueden llevar a reducciones
de las emisiones en cientos de millones de
toneladas a través de su rápido
desarrollo. Los dos nuevos informes de la
organización, que incluyen 17 estudios
de caso de economías desarrolladas,
como Suecia, y mercados emergentes, como India,
muestran qué funciona y qué
no funciona utilizando el potencial innovador
para afrontar de forma rápida el reto
del cambio climático.
“Existen enormes posibilidades
en el área de las innovaciones tecnológicas
futuras, tanto para el éxito de las
políticas sobre el clima, como para
el de las empresas. Además, es necesario
eliminar los obstáculos a los que se
enfrentan las entidades innovadoras, que frenan
una comercialización exitosa y una
amplia difusión, así como una
voluntad política decidida para llevarlas
a cabo”, afirma Mar Asunción, Responsable
del Programa de Cambio Climático de
WWF España.
Una consultora de construcción
sueca, en colaboración con una empresa
innovadora, ha desarrollado nuevas formas
de maximizar la disponibilidad de luz natural
en grandes edificios construidos hace 8 años,
aportando un ahorro estimado de 220 millones
de toneladas de CO2 equivalentes en emisiones
anuales, además de conseguir enormes
ahorros en las facturas eléctricas.
En otro ejemplo, una empresa
innovadora sueca ha desarrollado unos métodos
para la producción y distribución
a gran escala de sistemas de refrigeración
mucho más eficientes que los tradicionales.
Una expansión del 25% de este tipo
de industria en el mercado europeo reduciría
las emisiones de CO2 en hasta 50 millones
de toneladas al año.
En la India, una compañía
proveedora de alumbrado LED mediante energía
solar a comunidades pobres rurales aborda
desde dos frentes un desarrollo sostenible
y respetuoso con el clima. Este y otros ejemplos
muestran cómo las empresas sostenibles
pueden moldear el futuro del crecimiento económico.
Los estudios de caso suecos
también han identificado el principal
obstáculo al desarrollo y despliegue
a gran escala de estas nuevas y prometedoras
tecnologías: un apoyo continuo, directo
e indirecto, por parte de las grandes empresas
a la mejora de los modelos de producción
existentes y desfasados.
“En el área de la
política de planificación y
de la inversión pública, hay
una tendencia a consultar principalmente a
las grandes empresas e industrias que generalmente
apoyan soluciones tradicionales”, afirma Asunción.
“Pero la mayor parte del tiempo, los medios
tradicionales y la mejora de los métodos
antiguos no son suficientes para asegurar
las transformaciones del mercado y la reducción
de emisiones. Y añade: “Es necesario
estimular los sistemas que desarrollen nuevas
ideas.”
A un nivel internacional,
WWF pide que se establezcan Programas de Acción
Tecnológica bajo la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático para agilizar el desarrollo
de las nuevas ciencias, así como la
mejor difusión de las tecnologías
sostenibles existentes.
“La mayoría de las
ideas ya se han explicado y algunas de ellas
vienen de países en desarrollo y otras
de países industrializados. Lo que
hace falta son medios suficientemente útiles
para pasar de la teoría a soluciones
prácticas, evitando los vacíos
y las rigideces de los sistemas”, concluye
Asunción.
Según WWF, sólo
seis ciudades españolas toman medidas
contra el consumo de madera de origen ilegal
Tres años después de que la
Ley de Montes demandara medidas a las Administraciones
contra la compra pública de madera
procedente de talas ilegales, WWF revela que
los avances son inapreciables. La 6ª
edición de su Observatorio “Ciudades
por los bosques” así lo prueba y recoge
que el 98% de los ayuntamientos españoles
sigue sin tomar cartas contra la madera de
origen ilegal.
El Observatorio “Ciudades
por los Bosques” de WWF, que evalúa
las medidas que toman los ayuntamientos españoles
de más de 20.000 habitantes para evitar
las compras de productos forestales de origen
ilegal e insostenible, sitúa a tan
sólo seis ayuntamientos en su lista
verde, de los 341 analizados. Es decir, sólo
estas ciudades cuentan con una Política
de Compra Responsable y un Plan de Acción
para controlar la procedencia de los productos
forestales y dar prioridad a los que estén
certificados por sistemas como el FSC (Forest
Stewardship Council).
Tan sólo los ayuntamientos
de Barcelona, Benicarló, Gavà,
Sant Boi de Llobregat, León y L’Hospitalet
de Llobregat han desarrollado y han demostrado
a WWF la aplicación de la normativa
municipal. Otros 32 han mostrado su compromiso,
pero no han avanzado en el desarrollo de medidas
concretas o en su aplicación, y el
resto, 303 ayuntamientos (el 98 %), ni siquiera
ha tomado postura.
Según Félix
Romero, Responsable de Bosques de WWF España:
“Estos datos son especialmente preocupantes
porque existe una legislación nacional,
la Ley 43 de Montes de 2003, que incorporó
en 2006 la demanda de medidas a las Administraciones
públicas para evitar la compra de madera
procedente de talas ilegales e insostenibles”.
A su vez, el resultado del
Observatorio “Ciudades por los Bosques” contrasta
con los datos de una encuesta realizada en
la UE por WWF y Amigos de la Tierra que desvela
que el 92% de los ciudadanos europeos y, hasta
el 98% en el caso español, apoyan el
desarrollo de una ley que frene el comercio
de madera de origen ilegal en el mercado comunitario.
Estos datos se hacen públicos
coincidiendo con el proceso de discusión
de una normativa sobre la legalidad de la
madera en el Parlamento Europeo y el Consejo
de Ministros de Agricultura de la Unión
Europea. Esta nueva regulación, que
tiene por objetivo frenar el comercio de madera
y productos derivados de origen ilegal en
el mercado comunitario, será votada
en los próximos meses.
A pesar de los beneficios
ambientales de la madera como material, el
19% de la madera que importa el mercado europeo
proviene de regiones donde la tala ilegal
es una práctica habitual. Además,
el mercado ibérico es el segundo mayor
consumidor de madera tropical aserrada del
mundo, por lo que España es un país
prioritario en la puesta en marcha de estas
medidas.
Según Félix
Romero, “La madera, y sus productos derivados,
son materiales ecológicos y su utilización
en sectores como la construcción o
la decoración los convierte en almacén
de dióxido de carbono”- Y concluye:
“Por ello, su uso debe ser preferente frente
a materiales más contaminantes en su
ciclo de vida, como plásticos y metales.
Sin embargo, a su vez, es esencial comprobar
el origen legal y sostenible con instrumentos
como la certificación forestal FSC,
que aseguran la conservación y el uso
responsable de los bosques”.