12 mayo 2009 - DF, México
— Ocho de las solicitudes a la Sagarpa corresponden
a cruzas transgénicas riesgosas, no
aprobadas en Estados Unidos; la empresa propone
cultivos experimentales
con un marco de bioseguridad “a criterio”
del solicitante
A pesar de que la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (Conabio) recomienda que las
siembras experimentales de maíz transgénico
sólo se realicen en instituciones públicas
que cuenten con un protocolo de seguridad
a fin de tener un manejo cuidadoso y con fines
estrictamente de investigación (1),
la empresa de biotecnología Monsanto
pretende experimentar con nuevas cruzas transgénicas,
en campo abierto y con supervisión
privada y no gubernamental, denunció
Greenpeace.
Las 12 solicitudes de siembra
experimental, que Sagarpa somete a consulta
pública en su página de internet,
presentan una serie de irregularidades que
van desde errores en las fechas para las cuales
se están requiriendo hasta falsedad
en la información, razón suficiente
para negar la autorización de las mismas.
Cuatro de las solicitudes
establecen como periodo de liberación
enero-febrero de 2009, fecha anterior a la
presentación de las solicitudes (abril
de 2009). Las otras ocho solicitudes contemplan
la cruza de genes de dos variedades transgénicas
distintas, a pesar de que este tipo de eventos
no han sido autorizados en Estados Unidos,
tal y como se observa en la base de datos
de Agbios, que sólo reconoce las autorizaciones
de esas variedades en Japón y Taiwan
(2). Una cruza de dos variedades transgénicas
amerita una evaluación completamente
diferente de la hecha por separado a cada
una de ellas.
De igual manera, la Comisión
Federal para la Protección de Riesgos
Sanitarios (Cofepris) tampoco ha emitido autorización
a dichas cruzas. La LBOGM en sus artículos
40, 42 y 43 establece que no se podrá
importar o liberar organismos genéticamente
modificados (OGM) cuando no hayan sido autorizados
en su país de origen y por la Secretaría
de Salud en México. Al ser la cruza
un nuevo transgénico totalmente distinto,
no puede ser autorizado. Monsanto pretende
hacer en suelo mexicano y con el maíz
mexicano lo que ni siquiera en su país
de origen le está permitido.
“Es claro que Monsanto está
presionando a la Sagarpa para que le autorice
la siembra de maíz transgénico
en México, no sólo para hacer
experimentación en campo abierto, sino
para pasar a la fase de comercialización,
sin llevar a cabo el análisis y la
evaluación de riesgo apegadas a la
ley. De autorizar este tipo de siembras, el
gobierno federal estaría permitiendo
un grave crimen ambiental: la contaminación
y pérdida del maíz mexicano”,
denunció Aleira Lara, coordinadora
de la campaña de agricultura sustentable
y transgénicos de Greenpeace.
Al analizar las 12 solicitudes
presentadas por la transnacional ante la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa),
queda claro que de ser aprobadas esto representará
una violación sistemática de
la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM), un evidente conflicto
de interés y un alto riesgo de contaminación
de la producción maicera del país.
En sus solicitudes, Monsanto
propone incluir parcelas particulares de agricultores
cooperantes con la empresa, para ampliar los
sitios de siembras experimentales y que éstas
sean supervisadas y evaluadas a discreción
de esta compañía e incluir otros
campos de cultivo fuera de los establecidos
en el marco de bioseguridad.
Desde 2006, la Conabio ha
enfatizado la necesidad de condicionar la
autorización de las siembras de maíz
transgénico a la determinación
de los centros de origen y diversidad genética,
así como al establecimiento de un régimen
de protección especial al maíz;
sin embargo, estas recomendaciones fueron
ignoradas en la reciente modificación
al reglamento de la LBOGM, realizada en marzo
pasado, donde queda eliminada cualquier medida
de protección al maíz, lo que
representa riesgos para la biodiversidad y
para la alimentación de todos los mexicanos.
Además, al amparo
de una sola solicitud, Monsanto pretende cubrir
distintas áreas de liberación,
a pesar de que dentro del enfoque “caso por
caso”, la LBOGM es muy clara al limitar una
sola área por cada solicitud. Esta
Ley en su artículo 3, fracción
VII establece que se hará la liberación
de un OGM tomando en cuenta el área
de liberación; sin embargo en las presentes
solicitudes se proponen seis áreas
de liberación por cada variedad.
Las variedades de maíz
transgénico que se quieren probar en
México han demostrado ser obsoletas
tecnológicamente, aún bajo las
condiciones óptimas de cultivo en Estados
Unidos. Por ejemplo, estudios científicos
y la experiencia de países que han
liberado variedades transgénicas con
la supuesta característica de ser resistentes
a herbicidas y a insectos, han demostrado
que no son sustentables, no disminuyen el
uso de agrotóxicos y no aumentan los
rendimientos.
Por el contrario, han demostrado
efectos negativos para el medio ambiente y
siguen representando serios riesgos para la
salud humana. Según un nuevo informe
de la Unión de Científicos Preocupados
de Estados Unidos (UCS, por sus siglas en
inglés), comprueba que a pesar de 20
años de investigación y 13 años
de la comercialización, la ingeniería
genética no ha logrado aumentar significativamente
el rendimiento de los cultivos estadounidenses
(3).
“Con las presentes solicitudes la autoridad
no podrá cobijar jurídicamente
ningún permiso para siembra experimental
de OGM, so pena de cometer un acto ilegal
violatorio de las leyes de bioseguridad, de
procedimiento administrativo y de la constitución
misma en sus principios de legalidad y certeza
jurídica. Por otro lado, con la falta
de información y la falsedad de la
misma, los resultados de la experimentación
pueden ser engañosos ya que no pueden
ser correctamente evaluados”, denunció
Lara.
El gobierno federal insiste
en promover la siembra de maíz transgénico
en México a pesar de que se carece
de mecanismos de prevención ante la
contaminación de cultivos convencionales
y de la cadena alimenticia en todo el país;
a pesar de que no existen argumentos científicos
contundentes que puedan descartar los impactos
negativos a la salud por consumir este tipo
de maíz; y de las múltiples
demandas y denuncias penales presentadas por
varios sectores de la sociedad respecto a
la revisión del proceso irregular de
la modificación del reglamento de la
LBOGM.
— Greenpeace México
Notas:
1. Documento base sobre centros de origen
y diversidad en el caso de maíz en
México CONABIO, julio de 2006.
2. http://www.agbios.com/dbase.php?action=Submit&evidx=536.
3. Ver reporte reciente sobre este tema de
la “Union of Concerned Scientists”: “failure
to yield” disponible en:
http://www.ucsusa.org/food_and_agriculture/science_and_impacts/science/failure-to-yield.html.
+ Más
El tribunal dictaminó
medidas favorables para los activistas japoneses
acusados por denunciar corrupción en
la industria ballenera
15 mayo 2009 - Internacional
— El tribunal de Aomori, Japón, emitió
una serie de reveses para la fiscalía
en el juicio de Junichi Sato y Toru Suzuki
mientras el gobierno japonés intenta
encubrir el escándalo de corrupción
dentro de la industria ballenera.
La justicia está
empezando a inclinarse para el lado de los
activistas japoneses. En primer lugar, el
tribunal dictaminó que las pruebas
de malversación de fondos no pueden
ser excluidas. También, la cuestión
de si las acciones de Junichi y Toru están
protegidas o no por el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos puede
y será discutida durante el juicio.
Por último, el tribunal solicitó
que el fiscal presente las declaraciones de
testigos que pueden resultar cruciales para
el caso y para revelar más pruebas
del escándalo de la carne de ballena.
El fiscal previamente había
tratado de caratular las acciones de Junichi
y Toru como un simple caso de robo, y así
bloquear cualquier debate sobre la malversación
de fondos. El tribunal se negó a aceptar
esto, y decidió que esta prueba no
se puede excluir. Esta evidencia expone la
denuncia de Junichi y Toru de un gran escándalo
de corrupción patrocinado por el Programa
de caza de ballenas del gobierno japonés.
Junichi y Toru se enfrentan
a una pena de diez años de cárcel
si son declarados culpables de robo. Ellos
incautaron una caja con carne de ballena,
y lo presentaron a la Fiscalía de Tokio,
que inmediatamente abrió una investigación
sobre la corrupción en el Programa
de Caza de Ballenas subsidiado por el gobierno.
La investigación se suspendió
más tarde - el mismo día en
que Junichi y Toru fueron detenidos-, y la
oficina de Greenpeace Japón fue asaltada.
"El tribunal ha instado
al fiscal a exhibir las pruebas que ha estado
retrasando. Esto incluye las declaraciones
hechas a la policía por el "propietario"
de la caja interceptada; por varias personas
que supuestamente le confiaron su carne de
ballena, y por un empleado de la flota ballenera
Kyodo Senpaku, quien hizo los arreglos para
trasportar el "equipaje personal"
de los tripulantes del buque a sus hogares.
Si suena turbio, es porque probablemente lo
es.
"En este juicio, queremos
dejar en claro que lo que Junichi y Toru hicieron
fue corroborar la información proporcionada
por los denunciantes en relación con
la malversación de fondos dentro de
la flota ballenera Kyodo Senpaku", dijo
el abogado defensor de los activistas, Yuichi
Kaido.
"Con el dictamen del
fiscal rechazado por los tribunales, avanzamos
un casillero en este caso y tenemos la oportunidad
de demostrar que hubo malversación
de carne de ballena por parte de los empleados",
explicó Kaido.
De hecho, parece que los
intentos del fiscal para mantener el escándalo
de la industria ballenera y a varios testigos
fuera de las salas de la Corte y de los ojos
del público, sólo logró
aumentar la curiosidad de los jueces. Tal
vez sea porque el fiscal sabe que la industria
ballenera realmente tiene algo que ocultar.
"El gobierno esperaba
enterrar este escándalo llevando a
los mensajeros a juicio", dijo Jun Hoshikawa,
Director Ejecutivo de Greenpeace Japón.
"Sin embargo, a medida que más
pruebas de corrupción salgan a la luz,
será más cercano el día
en que la caza de la ballena sea la que sea
juzgada".