09
junio 2009 Portada del “Tratado Climático
de Copenhague” en inglés.
Ver imagenBonn, Alemania — El documento es
una referencia para que los gobiernos negocien
un nuevo acuerdo que dé continuidad
al Protocolo de Kyoto
Expertos en materia de cambio
climático de las principales Organizaciones
No Gubernamentales del mundo presentaron el
“Tratado Climático de Copenhague”,
un proyecto sobre un acuerdo legalmente vinculante
para la Cumbre del Clima a realizarse en diciembre
próximo, informó Greenpeace.
El documento, que se distribuyó
a los políticos de 192 países
reunidos durante la segunda ronda de negociaciones
intermedias que concluyen el 12 de junio,
consta de 160 páginas y pretende ser
una referencia para los gobiernos que participan
en la negociación de un nuevo acuerdo
climático.
El texto, que fue elaborado
por WWF, IndyACT, la Liga de Activistas Independientes,
Germanwatch, Fundación David Suzuki,
el Centro Nacional de Ecología de Ucrania
y Greenpeace, así como expertos de
todo el mundo, contiene un apartado jurídico
que abarca todos los elementos necesarios
para darle al mundo un acuerdo ambicioso y
justo que mantenga a los efectos del cambio
climático por debajo de los niveles
de riesgo inaceptables identificados por los
científicos.
"Éste es un
paso histórico ya que por primera vez
en la historia una coalición internacional
de grupos de la sociedad civil ha tomado una
medida similar. Juntos hemos producido el
documento legal más coherente hasta
la fecha, mostrando soluciones equilibradas
y creíbles frente a la crisis del clima,
basadas en la equidad y la ciencia ",
señaló Kim Carstensen, de WWF
Internacional.
El documento describe el
camino por el que el mundo deberá transitar
con el fin de evitar el cambio climático
catastrófico, sustentado en la evidencia
que señala que el aumento de la temperatura
mundial debe mantenerse muy por debajo de
2 grados centígrados. Asimismo, se
establece un límite a las emisiones
mundiales - un presupuesto de carbono - y
explica en detalle cómo los países
industrializados y en desarrollo pueden contribuir
a la seguridad del planeta y su población,
de acuerdo a sus posibilidades y responsabilidades.
En el Tratado también
se muestra cómo las personas que habitan
en las regiones más pobres y vulnerables
pueden ser protegidas e incluso compensadas.
"Hemos puesto a la
protección del clima y, por consiguiente,
el planeta y su gente, en el corazón
de este Tratado y al menos esperamos y exigimos
lo mismo por parte de nuestros gobiernos"
, dijo Martin Kaiser, coordinador de políticas
de clima de Greenpeace Internacional.
"Todo lo que se necesita
ahora es voluntad política y saber
cómo hacer un ‘copy-paste’ (copiar
y pegar) para generar el acuerdo que el mundo
está esperando", añadió.
La adaptación es
otro componente clave del Tratado, pues en
éste se describe un Marco de Acción
para la Adaptación que incluye subvenciones,
seguros y la compensación por los países
más vulnerables.
El Tratado aboga por un
acuerdo jurídicamente vinculante que
consta de tres partes; el Protocolo de Kyoto
actualizado para reforzar los compromisos
de los países industrializados; un
nuevo Protocolo de Copenhague que comprendería
obligaciones para Estados Unidos además
de opciones para impulsar las economías
bajas en carbono en los países en desarrollo,
con el apoyo de los países industrializados
mundo; y, un conjunto de decisiones que sientan
las bases para los próximos tres años.
“Es un gran esfuerzo el
de las organizaciones que se dieron a la tarea
de trabajar y redactar esta propuesta, y precisamente
el reto de salvar el clima amerita este tipo
esfuerzos sin precedentes. Básicamente,
lo que pretendemos con la propuesta es alentar
y despertar la conciencia de los países
sobre el nivel de ambición, alcances,
y detalles que necesitan ser pactados en Copenhague,
y esperamos que se sientan motivados a adoptar
muchos de los enunciados y estatutos legales,
y que los incluyan en el texto que actualmente
se encuentra en discusión”, finalizó
María José Cárdenas,
Coordinadora de la campaña de clima
y energía de Greenpeace México.
El “Tratado Climático
de Copenhague” incluye:
El presupuesto global anual
de carbono en 2020 de todas las fuentes de
gases de efecto invernadero (sin contar aquéllos
ya controlados por el Protocolo de Montreal)
no serán superiores a 36.1 gigatones
(Gt) de CO2e (Dióxido de carbono equivalente),
disminuyendo las emisiones a casi los niveles
de 11000, así como el declive a 7.2
Gt de CO2e en 2050, esto es, en un 80 por
ciento por debajo de los niveles de 11000.
Propuesta de una nueva institución
- el Mecanismo Facilitador del Clima- para
la gestión de los procesos sobre reducción
de emisiones, adaptación y la protección
de los bosques en el marco del nuevo tratado
mundial.
Una guía para planes de acción
de largo plazo tanto para los países
desarrollados (Planes de Acción de
Cero Carbono) como para los países
en desarrollo (Planes de Acción de
Bajo Carbono).
Objetivos vinculantes para los llamados países
recientemente industrializados (NICs, por
sus siglas en inglés), como Singapur,
Corea del Sur y Arabia Saudita, en consonancia
con el principio de la Convención de
‘responsabilidades comunes pero diferenciadas’.
+ Más
Sin dolo y con datos oficiales,
el Ranking de playas de Greenpeace
19 junio 2009 Playa en Acapulco,
Guerrero: del baño público al
mar
Ver imagenDF, México — La contaminación
en playas es un problema de salud que afecta
al turismo; Greenpeace sólo ha hecho
esta denuncia de acuerdo con la información
oficial
Consulta el ranking completo
de playas sucias 2008-2009 - Greenpeace rechazó
que actúe con dolo al dar a conocer
el Ranking de playas junio 2008-2009, y recordó
que la información vertida en dicho
documento es la misma que genera la Programa
Integral de Playas Limpias, en el que participan
las Secretarías de Marina, Medio Ambiente,
Salud y Turismo y que está publicada
en la página de la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La organización ambientalista
ha trabajado en una campaña en contra
de la contaminación de las playas desde
más de 3 años. Como parte de
esto ha denunciado la irresponsabilidad e
incompetencia de diversas instancias federales,
principalmente la Semarnat, y de los municipios
costeros en el saneamiento de las playas y
el origen de esa contaminación: las
aguas residuales.
“Rechazamos categóricamente
las acusaciones de que Greenpeace actúe
con dolo y que esta campaña tenga como
objetivo desprestigiar el turismo. Es lamentable
que las autoridades descalifiquen a las organizaciones
que trabajan por la protección del
medio ambiente y confundan al publico en vez
de asumir su responsabilidad: reconocer que
la contaminación de las playas es un
problema de salud y que afecta al turismo,
y en vez de descalificar los datos oficiales
se ocupen de resolver el problema de fondo,
los vertidos de aguas residuales hacia el
mar”, afirmó Alejandro Olivera, coordinador
de la campaña de océanos y costas
de Greenpeace México.
Para demostrar lo laxos
que son los criterios nacionales para medir
la calidad del agua marina, Greenpeace contrastó
los reportes de la Semarnat con los criterios
que establece la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y con base en ello es que
publicó ambos ranking, uno con los
datos emitidos por autoridades federales y
otro con el estándar internacional.
“Los datos que hemos utilizado
para el ranking de las playas más sucias
del país son los oficiales, provienen
del Programa Integral de Playas Limpias, en
el que participan las Secretarías de
Marina, Medio Ambiente, Salud y Turismo. Son
cientos de datos de todo el 2008 y lo que
va de este año. Es decir, son los mismos
datos del gobierno federal. Por eso es irresponsable
que las autoridades intenten minimizar el
problema, de confundir a la ciudadanía
y que culpen a Greenpeace por dar a conocer
la misma información del gobierno.
Los datos son contundentes y no pueden ser
negados”, señaló Olivera.
La OMS considera que nadar
en aguas de mar con una concentración
de apenas 137 enterococos (NMP/100 ml) equivale
a tener contacto con familiares enfermos;
y que hacerlo en aguas con 500 enterococos
(NPM/100 ml) es un problema de salud pública,
pues al menos 25 por ciento de las personas
contraerá enfermedades en la piel,
10 por ciento problemas gastrointestinales
y 3.9 por ciento enfermedades respiratorias
agudas (1).
En México, a pesar
de que existe una Norma voluntaria (2) para
la medición del agua marina, con criterios
más estrictos que los de la Cofepris,
no se aplica y se siguen usando mediciones
que sólo ponen en riesgo la salud de
las personas que nadan en estas aguas.