22 Jun 2009 - El 13 y 14
de junio más de 50 personas lideradas
por la Asociación de Desarrollo de
Junquillal y por WWF sembraron 1300 árboles
nativos en la zona pública de su playa.
La comunidad se unió en un esfuerzo
por restaurar el bosque costero nativo y así
reducir los efectos del calentamiento global
ayudando a la sobrevivencia de las tortugas
marinas, especies críticamente amenazadas.
La idea de la siembra en
Junquillal de Santa Cruz, Guanacaste, nació
en esta misma playa en el año 2008
con el objetivo de mitigar los efectos del
cambio climático. Las organizaciones
comunales y el Proyecto Baulas del Pacífico
de WWF intercambiaron y unificaron criterios
para implementar el Proyecto de Reforestación
Comunitaria, con miras a restaurar la zona
costera de dominio público carente
de vegetación. Siguiendo un enfoque
integral y con varios talleres participativos,
se procuró involucrar tanto el bienestar
de la comunidad como la conservación
de especies marinas, especialmente la tortuga
baula, en peligro crítico de extinción.
El calentamiento global
se ha convertido en una amenaza para la conservación
de la tortuga baula en las costa del Pacifico
de Costa Rica y México. La población
del Pacífico Oriental fue considerada
durante mucho tiempo la más grande
del mundo, con unas 91.000 hembras maduras
durante la primera década de 1980.
Veinte años más tarde, menos
de 2.000 adultos componen la población
total de esta especie en el Pacífico
Oriental.
El calentamiento global
ha traído consigo una nueva amenaza
para la sobrevivencia de las tortugas. La
temperatura promedio de la arena de la playa
ha aumentado de tal manera que es una amenaza
para la incubación de los huevos de
las tortugas marinas. En el mejor de los casos,
las altas temperaturas producen el nacimiento
de más tortugas hembras que machos.
Pero por lo general, el efecto es peor. Lamentablemente,
la temperatura de la arena sube tanto que
se da una pérdida total de los huevos,
cocinados en sus nidos cuando la temperatura
excede 34°C. Debido al actual sobrecalentamiento
de la arena, la restauración del bosque
nativo costero es esencial para refrescar
la playa de anidación de las tortugas
marinas.
Si bien en el siglo pasado
el área reforestada recientemente por
la comunidad de Junquillal tuvo una frondosa
vegetación natural, ésta fue
talada para la construcción de una
pista de aterrizaje que a la postre no fue
viable. Durante décadas esta área
pública permaneció casi yerma
a excepción de lo que algunos pobladores
y la Asociación de Desarrollo local
pudieron sembrar.
Finalmente con el inicio
de la temporada de lluvias de 2009 y con un
fuerte compromiso comunal liderado por la
Asociación de Desarrollo y el WWF,
más de 50 personas entre las que se
contaron representantes de instituciones gubernamentales
como el SINAC (Refugio de V. Silvestre Ostional)
y de la UNED, lograron la siembra de 1300
árboles de 30 especies nativas en un
área de 1,3 ha. Entre las especies
forestales sembradas se destacan los jícaros,
guanacastes, cenízaros, ceibas, aceitunos,
cocobolos, cedros y robles, entre otros.
De este modo tanto los árboles
como las tortugas marinas tuvieron su merecido
homenaje en Junquillal. Nunca faltó
al cierre de las jornadas de trabajo la música
de la marimba, los deliciosos tamales y los
refrescos preparados por las madres junquillaleñas.
Adultos, jóvenes y niños estuvieron
sembrando vida, sembrando esperanza para hoy
y mañana.
+ Más
Afuera o dentro, la conservación
de las especies silvestres se fortalece y
complementa: Taller regional manejo ex-situ
de la vida silvestre en Centroamérica
21 May 2009 - El taller
busca mostrar la complementariedad que existe
entre la conservación ex situ de la
vida silvestre - fuera de su hábitat
natural- y los procesos de conservación
in situ, o manejo de las poblaciones en su
hábitat natural.
Un promedio de 60 expertos
regionales desde Belice hasta Panamá
se dieron cita para discutir y armonizar conceptos,
identificar criterios relacionados con el
manejo de la vida silvestre, e intercambiar
experiencias de flora y fauna en medios in
situ y ex situ, recalcando las buenas prácticas
utilizadas en favor de la conservación
de la vida silvestre, así como las
limitantes encontradas y fortalezas de cada
experiencia.
Para Claudia Ruiz, Oficial
Técnico de Áreas Protegidas,
el intercambio regional ha sido muy fructífero,
“Los ponentes han presentado un amplio rango
de opciones de conservación con mucha
experiencia y solidez, desde como cultivar
xate y criar guacamayas hasta como rastrear
jaguares en la selva. Los participantes han
demostrado genuino interés en aprender,
hemos tenido excelentes comentarios y participación,
el intercambio ha sido abundante y todos han
ampliado su red de contactos”.
El taller se dividió
en tres componentes: marco conceptual y armonización
de criterios, el intercambio de experiencias
y mesas de trabajo para identificar limitantes,
obstáculos, oportunidades y estrategias
para fortalecer la complementariedad de ambos.
Todas las autoridades ambientales
de la región estuvieron representadas,
también la CCAD y CITES, directores
de departamentos de vida silvestre, así
como también universidades nacionales
y privadas, zoológicos, viveros y zoocriaderos
privados. Las exposiciones y facilitación
de grupos de trabajo estuvieron a cargo de
tomadores de decisión en el ámbito
regional y de expertos en el manejo de la
vida silvestre, zoológicos, viveros,
centros de rescate, áreas protegidas,
corredores biológicos, entre otros.
Se espera que los gobiernos
y las agencias de cooperación contribuyan
al cumplimiento de los acuerdos internacionales
relacionados con la conservación y
el uso sostenible de la vida silvestre en
la región.El taller es parte del Programa
de USAID para la Conservación de Cuencas
Centroamericanas, en coordinación con
el Consejo Nacional de Areas Protegidas (CONAP).
Claudia Ruiz Oficial Técnico de Áreas
Protegidas