El incendio de un transformador
eléctrico en la central nuclear de
Santa María de Garoña demuestra
que prolongar su vida útil ha sido
un error - 10 agosto 2009 - España
— De nuevo se ha producido un incidente en
la central nuclear de Santa María de
Garoña. Hoy se
ha incendiado un trasformador eléctrico,
ubicado dentro del recinto aunque fuera del
edificio. El fuego ha creando una columna
de humo detectada por algunos vecinos, precisamente
como ocurrió el pasado 1 de abril cuando
Garoña procedía a arrancar tras
la parada de recarga que hizo en marzo. Se
produjo otra explosión e incendio en
un transformador eléctrico de la central.
Este suceso se mantuvo en
secreto por parte de Nuclenor (la propietaria
de Garoña) y se conoció porque
Greenpeace y Ecologistas en Acción
informaron públicamente de ello unos
días más tarde, gracias a las
denuncias que les hicieron llegar los habitantes
de la zona.
Estos hechos se suman al
cúmulo de accidentes de los últimos
meses en la central nuclear de Garoña
(Burgos) que demuestran su falta de seguridad.
Además de la parada forzosa del 23
de abril, debida a un fallo en el generador
principal, el pasado 6 de abril se produjo
otra parada no programada por el mal funcionamiento
en una de las válvulas de alivio/seguridad
de la central nuclear, un problema que viene
de lejos y que nunca ha sido resuelto satisfactoriamente.
Ante la total falta de cultura
de seguridad de Nuclenor en la gestión
de la central nuclear, Ecologistas en Acción
y Greenpeace denuncian la irresponsabilidad
e inviabilidad de la decisión de prolongar
la vida útil de esta instalación
por parte del Gobierno socialista.
Con esta deplorable decisión,
el Gobierno también ha decidido seguir
exponiendo a la población y al medio
ambiente al riesgo de sufrir un accidente
nuclear por parte de esta peligrosa instalación.
Las organizaciones recuerda
que Garoña es una central nuclear obsoleta,
diseñada en los años 60 del
siglo pasado, e inaugurada por Franco en 1971.
Es de un tipo muy antiguo de reactor que está
“fuera de normativa”. El deterioro y envejecimiento
del reactor de Garoña son muy evidentes.
+ Más
Greenpeace advierte del
aumento de la intensidad de los incendios
forestales por el cambio climático
El informe Un futuro en
llamas expone el auge de los grandes incendios,
su mayor intensidad y el riesgo para la población
- 13 agosto 2009 - Madrid, España —
Greenpeace ha presentado hoy en rueda de prensa
el informe Un futuro en llamas. El cambio
climático y la evolución de
los incendios forestales en España,
en el que expone la variación de las
características de los incendios forestales
y la influencia que el cambio climático
produce en ellos.
“Desde que comenzó
el verano, 25 grandes incendios son responsables
del más del 65% de la superficie quemada
en lo que va de año. No sólo
los grandes incendios son ahora más
numerosos sino que, debido al aumento de las
temperaturas y la prolongación de las
olas de calor, los incendios son más
virulentos” ha declarado Miguel Ángel
Soto, responsable de la campaña de
Bosques de Greenpeace.
En España, los grandes
incendios forestales (superiores a 500 hectáreas)
suponen cada vez un mayor porcentaje de la
superficie total quemada anualmente. Dentro
de estos grandes fuegos, desde hace 20 años
están ocupando un papel destacado los
que tienen lugar durante fenómenos
meteorológicos extremos, como las olas
de calor.
Bajo estas condiciones pueden
derivar en lo que se denominan Incendios de
Alta Intensidad, que se desarrollan en condiciones
de alta temperatura, viento y baja humedad.
Son extremadamente dañinos y peligrosos
y su control es imposible si no cambian las
condiciones meteorológicas. Este tipo
de incendios también se está
produciendo en zonas urbanizadas inmersas
en áreas forestales, lo que genera
un gran peligro para la población y
sus bienes.
“Como vimos en Galicia en
2006, recientemente en la isla de La Palma
(Canarias) o en El Arenal (Ávila),
los incendios forestales son cada vez más
un problema de seguridad pública” ha
señalado Soto.
El cambio climático
se está combinando con el abandono
rural y la falta de gestión de las
masas forestales, así como una mayor
relación entre el campo y la ciudad
(urbanizaciones, actividades en la naturaleza,
infraestructuras eléctricas, etc) y
la persistencia de las causas (negligencias,
accidentes, rayos, intencionados) que provocan
los incendios forestales en España.
Por este motivo la organización
ecologista considera que urge adaptar los
ecosistemas a esta nueva realidad y tenerla
en cuenta en la planificación forestal
y la política de extinción.
Hacen falta más planes de ordenación
de los montes que incluyan la gestión
del exceso de biomasa y la continuidad del
combustible. Es importante diseñar
planes de evacuación en zonas urbanas
o periurbanas en entornos forestales así
como planificar el diseño de la vegetación
y los jardines.
El informe se detiene en
algunos de estos casos producidos en el área
mediterránea, región que según
los expertos del IPCC es una de las zonas
más vulnerables del planeta al cambio
climático. Se analizan la ola de calor
en toda Europa de 2003 y los incendios ocurridos
ese año en Portugal y el sur de Francia
e Italia; el incendio de Riba de Saelices
(Guadalajara) en 2005; la oleada de incendios
de agosto de 2006 en Galicia y los del año
2007 en el Peloponeso (Grecia) y Tenerife
y La Gomera. También se examinan datos
de los numerosos grandes incendios ocurridos
durante la primera mitad del presente verano.
Los incendios forestales
suponen el 10% del total mundial de emisiones
de gases de efecto invernadero, que provocan
más cambio climático y generan
un círculo vicioso. Ante esta situación,
Greenpeace concluye que es urgente combatir
el cambio climático reduciendo drásticamente
las emisiones de gases invernadero. Para alcanzar
este objetivo, la oportunidad más clara
es la cumbre climática mundial que
se celebrará el próximo mes
de diciembre en Copenhague.
En esta cita, los líderes
mundiales de los países desarrollados
deben comprometerse a reducir un 40% sus emisiones
en 2020 respecto de los niveles de 11000,
ya que las emisiones globales deben alcanzar
su pico en 2015 y llegar tan cerca de cero
como sea posible en el año 2050. Deben
aportar 110.000 M€ anuales necesarios para
que los países en desarrollo sean capaces
de combatir el cambio climático, financiar
la protección de los bosques y adaptarse
a aquellos efectos que ya son inevitables.
Por último, deben establecer un mecanismo
financiero para detener la deforestación
y las emisiones asociadas en todos los países
en desarrollo para 2020 y alcanzar la meta
de cero deforestación en el Amazonas,
el Congo e Indonesia para 2015.
“Kioto supuso un pequeño
paso, Copenhague tiene que ser un salto de
gigante”, ha declarado Soto, “y el papel del
Estado español en este compromiso con
la humanidad le corresponde a José
Luis Rodriguez Zapatero”.
+ Más
Greenpeace continúa
en Groenlandia su expedición para mostrar
los impactos del cambio climático
Los científicos embarcados
en el Arctic Sunrise advierten del posible
colapso del glaciar Pertermann - 17 agosto
2009 - España — Miembros españoles
de Greenpeace se unen esta semana a la expedición
que la organización está realizando
en el Ártico desde principios de verano.
Durante la segunda quincena de agosto varios
equipos de científicos (1) trabajarán
a bordo del barco rompehielos de la organización
ecologista, Arctic Sunrise, sobre los impactos
del cambio climático durante su navegación
por el fiordo de Sermilik, en Groenlandia.
Desde que la expedición
comenzó el pasado mes de junio, los
científicos que acompañan a
Greenpeace en el Ártico han llegado
a la conclusión del posible colapso
del glaciar Petermann, uno de los más
grandes del mundo. Debido a las elevadas temperaturas,
podría fragmentarse, lo que dejaría
a la deriva una superficie helada equivalente
a la isla de Manhattan. Greenpeace recuerda
que una subida de la temperatura media global
por encima de 20C supone el riesgo de que
se deshiele gran parte de las zonas permanentemente
heladas como Groenlandia, cuyo deshielo haría
subir el nivel medio mundial del mar 7 metros.
“Los impactos del cambio
climático van a una velocidad de vértigo”,
dice Raquel Montón, responsable de
la campaña de Cambio climático
y Energía de Greenpeace. “Los gobiernos
del mundo deben acordar reducir las emisiones
de CO2 que lo provocan a la misma velocidad”.
Además de los miembros
de la comunidad científica, acompaña
a la delegación española de
Greenpeace en esta expedición el diputado
y Secretario de Medio Ambiente y Desarrollo
Rural del PSOE, Hugo Morán, que podrá
comprobar “in situ” las consecuencias de las
políticas que se están llevando
a cabo en materia energética y de medio
ambiente.
En este sentido, Greenpeace
apela a la responsabilidad del presidente
del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, para que personalmente acuda a la
cumbre climática de Copenhague y apoye
un acuerdo que contemple para 2020 reducciones
de las emisiones de gases de efecto invernadero
de los países desarrollados del 40%,
respecto a 11000, así como la financiación
a los países en desarrollo con 110.000
M€ anuales para que sean capaces de combatir
el cambio climático y detener la deforestación
en el Amazonas, el Congo e Indonesia para
2015.
Nota:
(1)Miembros de la comunidad científica:
durante la primera quincena de agosto, los
doctores Arne Sorensen y Jason Box, y el explorador
experto en glaciares, Eric Philips. Durante
la segunda quincena de agosto, los equipos
científicos de la Dra. Fiamma Staneo
-que está elaborando un estudio oceanográfico
del fiordo de Sermilik e investigando la llegada
de aguas subtropicales cálidas a Groenlandia-
y del Dr. Gordon Hamilton -que está
estudiando el glaciar Helheim, al noroeste
del fiordo de Sermilik-.