31 Aug 2009 - WWF aplaude
la prohibición
de las bombillas incandescentes, que entrará
en vigor en la UE el 1 de septiembre. Sin
embargo, la organización subraya que
otras bombillas, como las halógenas
estándar, deberían también
ser retiradas del mercado, ya que también
derrochan energía.
La decisión, votada
por los Estados miembros el pasado mes de
diciembre de 2008, supondrá la retirada
gradual y progresiva entre 2009 y 2012 de
todas las bombillas incandescentes convencionales
de los comercios de la UE. Esta medida evitará
la emisión de 15 millones de toneladas
anuales de CO2 a la atmósfera a partir
de 2020, cantidad equivalente al consumo eléctrico
de un país como Rumanía en un
año.
“Retirar las bombillas incandescentes
convencionales es una medida obvia y necesaria,
pero las halógenas también derrochan
energía: necesitamos que la UE impulse
la incorporación de soluciones innovadoras
dentro del mercado”, afirma Mariangiolla Fabbri,
técnico senior de la oficina de Políticas
Europeas de WWF.
La bombilla incandescente
convencional es una de las formas menos eficientes
de producir luz, junto con la bombilla halógena
estándar. Esto se debe a que el 95%
de la energía que consume se pierde
en forma de calor. Las alternativas a estas
tecnologías ineficientes se encuentran
en las bombillas halógenas avanzadas,
las fluorescentes compactas y las lámparas
tipo LED.
Junto a otras organizaciones,
WWF ha puesto en marcha una página
web para informar a los consumidores sobre
los electrodomésticos y equipos de
iluminación energéticamente
más eficientes del mercado en Europa
(www.topten.info), y también en España
(www.eurotopten.es).
“Los consumidores necesitan
recibir información correcta acerca
de las diferentes alternativas que ya se encuentran
disponibles en el mercado", afirma Fabbri.
"Proporcionar instrucciones sencillas
sobre los sistemas de recogida y de reciclaje
en los puntos de venta es crucial para lograr
un ahorro real de energía y un cambio
permanente en los hábitos de los consumidores",
dice Fabbri.
MÁS INFORMACIÓN:
- La Directiva sobre el
Ecodiseño de productos consumidores
de energía (Directiva 2005/32/CE) constituye
el marco para el establecimiento de unos requisitos
mínimos de rendimiento energético
para un amplio rango de productos. Las regulaciones
técnicas y los papeles de posición
de las ONG ambientales europeas se pueden
consultar en: http://env-ngo.eup-network.de/
- A partir de septiembre
de 2009, se irán eliminando gradualmente
las bombillas transparentes de 100 W y todas
las lámparas incandescentes no transparentes.
Las bombillas más habitualmente utilizadas,
las de 60 W, permanecerán disponibles
hasta septiembre de 2011 y las de 40 W y 25
W hasta septiembre de 2012.
- Las bombillas incandescentes
son las bombillas convencionales. En ellas,
la luz se produce por el paso de corriente
eléctrica a través de un filamento
metálico. Son las más baratas,
pero también las más ineficientes,
ya que tan sólo el 5% de la electricidad
consumida se convierte en luz, perdiéndose
el resto en forma de calor. Las alternativas
a este tipo de bombillas son las siguientes:
a. Lámparas halógenas:
como regla general, los halógenos estándar
presentan un rendimiento energético
bajo. Las tecnologías halógenas
más avanzadas ofrecen una mejora de
la eficiencia energética del 50% en
comparación con las bombillas incandescentes
convencionales.
b. Lámparas fluorescentes
compactas: son hasta un 80% más eficientes
que las incandescentes y también más
duraderas. Son más caras en el momento
de la compra, pero con el tiempo los consumidores
recuperan el sobrecoste inicial a través
de los ahorros de energía logrados
y su mayor vida útil. Su principal
desventaja es que, al encenderse, tardan unos
minutos en alcanzar la máxima intensidad
de luz (las de encendido electrónico
eliminan este inconveniente). Asimismo, contienen
mercurio, por lo que se requiere que el reciclaje
y eliminación de los residuos, tras
su uso, se haga de forma correcta y controlada.
c. Diodos emisores de luz
(LED): se trata de una tecnología altamente
eficiente que ya se está aplicando
para múltiples usos, como -por ejemplo-
en semáforos. Producen la misma cantidad
de luz que una bombilla convencional, pero
utilizando un 90% menos de energía,
y no contienen sustancias tóxicas.
Aunque las bombillas tipo LED no pueden todavía
competir con otras bombillas más potentes
para proporcionar una elevada iluminación,
se esperan rápidas mejoras tecnológicas
que harán que se conviertan en verdaderas
alternativas en un futuro próximo.