La organización ecologista
compara la campaña del grupo atunero
Balfegó sobre una supuesta recuperación
milagrosa del atún rojo con las campañas
de los negacionistas del cambio climático
- 16 octubre 2009
España — Greenpeace denunció
esta mañana los intentos del Grupo
Balfegó de contaminar la información
científica relacionada con la gravísima
situación del atún rojo mediterráneo.
Este grupo empresarial con base en l'Ametlla
de Mar (Tarragona), que posee dos potentes
barcos pesqueros de cerco y granjas de engorde
de atún, presentó ayer en Madrid
datos científicos que supuestamente
mostrarían “síntomas de recuperación
del atún rojo en el Mediterráneo
Occidental”.
Dicha presentación
se producía, precisamente, un día
después de que el Principado de Mónaco,
en respuesta al agotamiento de la especie,
realizase una propuesta para que el atún
rojo sea protegido por la Convención
Internacional sobre el Comercio de Especies
Amenazadas (CITES).
El comunicado de prensa
del Grupo Balfegó hace referencia a
“los últimos informes científicos
de la doctora Gordoa del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas” que
supuestamente aconsejarían fijar un
nuevo período de pesca en el caladero
balear, casualmente, muy favorable para la
actividad de Balfegó. La doctora Gordoa
gestiona un proyecto con un presupuesto de
un millón de euros pagados por este
grupo empresarial (1). La cifra es inferior
a los casi un millón doscientos mil
euros de dinero público con los que
se subvencionó la construcción
de los dos barcos de la empresa, el Leonardo
Brull Secon y el Tio Gel Secon (2).
“Es lamentable que ahora sea la misma industria
atunera responsable de la depredación
del atún rojo la que analice para la
opinión pública la situación
de la especie desde un punto de vista científico.
Aún entendemos menos como el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas
y el Instituto Español de Oceanografía
se pueden prestar a estos sucios juegos pseudo-científicos.
La ciencia, para ser creíble, ha de
ser independiente”, ha declarado Celia Ojeda,
responsable de la campaña de Océanos
de Greenpeace.
En un gesto repetido ya en varias ocasiones,
el Director General del Grupo Balfegó,
Juan Serrano, acusó a las organizaciones
ecologistas de estar movidas por “intereses
económicos”. En una declaración
de marcado carácter científico,
Serrano añadió que “hay atún
por los siglos de los siglos” (3).
Lo que no dice el Grupo
Balfegó:
se estima que en los últimos
50 años, la población reproductora
de atún rojo ha descendido un 74,2%.
La mayoría de este descenso, el 60,9%,
ha tenido lugar en los últimos 10 años;
un estudio de Taylor et al. (2009) muestra
que el descenso de la población puede
ser incluso mayor del estimado por la Comisión
Internacional para la Conservación
del Atún Atlántico;
un estudio de Mackenzie et al. (2009) concluye
que incluso con una prohibición total
de la pesca de atún rojo en el Atlántico
Oriental y el Mediterráneo entre 2008
y 2022, la población todavía
descendería a mínimos históricos
en los próximos años;
según los datos contenidos en un informe
de la propia doctora Gordoa, el 65% de los
atunes engordados por el grupo Balfegó
en 2008 tenían 45 kg o menos de peso
en el momento de su captura y de estos, el
19%, casi la quinta parte, 35 kg o menos.
El dato muestra hasta que punto la actividad
de pesca de cerco en las Baleares ha acabado
con los grandes atunes reproductores (4);
en julio de 2008 el comité científico
de la Comisión Internacional para la
Conservación del Atún Atlántico
recomendó que la captura máxima
se estableciera en entre 8.500 y 15.000 toneladas.
La cuota aprobada fue de 22.000 toneladas
en 2009, 19.950 en 2010 y 18.500 en 2011.
En la mejor tradición
de las compañías empeñadas
en negar desastres ambientales, el Grupo Balfegó
ha contratado a una empresa de comunicación
y relaciones públicas, Clotet Comunicación,
para llevar su campaña contra la protección
del atún rojo.
“Ya hemos visto la misma
estrategia que ha emprendido ahora el Grupo
Balfegó con la industria del PVC, con
las petroleras, con las empresas que desarrollan
cultivos transgénicos, con los negacionistas
del cambio climático,... Cuando las
evidencias científicas les dan la espalda,
deciden invertir en ciencia y contratan a
equipos de comunicación que les ayudan
a contar la historia de la forma más
favorable para sus intereses y, además,
arremeten contra los ecologistas después
de haber ganado millones de euros llevando
a una especie clave en los ecosistemas mediterráneos
al borde del colapso”, declaró Juan
López de Uralde, Director Ejecutivo
de Greenpeace.
(3)SCRS/2009/158. Ana Gordoa.
Estimating the Fattening Factor of Atlantic
Bluefin Tuna (Thunnus thynnus) Tuna Farms:
The Ametlla de Mar Facility as a case study
.
+ Más
Greenpeace denuncia que
el Gobierno paga primas para quemar carbón
y obstaculiza la expasión de las energías
renovables - 16 octubre 2009
España — La organización
ecologista Greenpeace considera inaceptable
que mientras el presidente del Gobierno incluye
en su discurso la necesidad de priorizar la
lucha contra el cambio climático, por
otro lado el Ministerio de Industria se pliegue,
una vez más, a los intereses de las
compañías eléctricas
y decida pagarles una prima de 45 euros por
megavatio producido quemando carbón
nacional. Esto supondrá que las eléctricas
quemarán unos 20 millones de toneladas
hasta 2012.
Este dinero, procedente
de las primas, viene a sumarse a la ya escalofriante
cifra de 719 millones de euros que, tan sólo
en 2010, desembolsará el Estado para
subvencionar la explotación minera
del carbón en España con cargo
a los presupuestos generales del estado.
Esta situación se
ve agravada por el hecho de que el Ministerio
de Industria sigue con su estrategia de minar
desde las bases el desarrollo de la solución
al cambio climático que son las energías
renovables, el ahorro y la eficiencia energética.
Afortunadamente, ayer el Congreso rechazó
las trabas que el Ministerio pretendía
poner a la implantación de la energía
solar termoeléctrica en España.
“Es radicalmente contrario
a la lucha contra el cambio climático
promover la quema de carbón. Subvencionar
el combustible más contaminante y generador
de gases de efecto invernadero es una subvención
directa al cambio climático. Una vez
más el ministro Sebastián se
doblega a los intereses de las eléctricas”,
declara Juan López de Uralde, Director
Ejecutivo de Greenpeace España.
A un mes de que España
albergue en Barcelona la última reunión
preparatoria de alto nivel antes de la Cumbre
del clima de Copenague. El Gobierno español
no puede permitir que las eléctricas
marquen su agenda en la lucha contra el cambio
climático.