Los representantes de los
países en desarrollo exigen unánimemente
que los - 06 noviembre 2009 - España
— Greenpeace valora muy negativamente el papel
de los países desarrollados, especialmente
de Estados Unidos, en la conferencia del clima
de Naciones Unidas que se ha desarrollado
durante toda esta semana en Barcelona. Los
países ricos han seguido impasibles
ante el clamor de los delegados que representan
a la aplastante mayoría de la población
mundial, que piden socorro frente a la catástrofe
climática que se les avecina.
En la sesión plenaria
de conclusiones, los países en desarrollo
han exigido unánimemente a los desarrollados
que se comprometan de una vez a reducir sus
emisiones en, al menos, un 40% y que les apoyen
económicamente en la lucha contra el
cambio climático.
“Mientras los países
ricos pierden el tiempo, incapaces de coordinarse
y ponerse de acuerdo, preocupados sólo
por proteger sus intereses económicos
a corto plazo, los más pobres sufren
ya graves daños por el cambio climático
sobre sus economías y sobre sus poblaciones”
-ha declarado Aida Vila, responsable de la
campaña Cambio climático y Energía
de Greenpeace.
Según la organización
ecologista, Estados Unidos, el mayor contaminador
de la historia, ha rechazado toda la semana
cualquier posibilidad de avance que asegurase
la integridad de un acuerdo legalmente vinculante,
lo que ha permitido que la Unión Europea
y otros países industrializados hayan
dado marcha atrás en sus compromisos.
“Intentan engañarnos
los que dicen que el fracaso es posible en
Copenhague porque hay suficiente tiempo y
los elementos necesarios para llegar a un
acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante
están sobre la mesa. En Copenhague
comprobaremos si los países industrializados
y los líderes políticos mundiales,
como Obama, Merkel, Sarkozy o Zapatero, actúan
con
voluntad política o no saben estar
a la altura” ha declarado Miguel Ángel
Soto, responsable de la campaña Cambio
climático y Energía de Greenpeace.
“La historia de las negociaciones
climáticas nos ha enseñado que
siempre puede suceder lo inesperado. Se han
conseguido cosas que, en un principio, parecían
imposibles: el Convenio sobre el Cambio Climático,
el Protocolo de Kioto, su ratificación
y entrada en vigor (pese a la ausencia de
Estados Unidos) y, finalmente, la vuelta de
Estados Unidos a las negociaciones climáticas
en Bali” ha declarado José Luís
García Ortega responsable de la campaña
Cambio climático y Energía de
Greenpeace.
ACCIÓN/ Comienza
la acción de Greenpeace en un barco
carbonero en aguas de Algeciras para pedir
a Zapatero que actúe contra el cambio
climático
Greenpeace pide a Zapatero
que deje de subvencionar con dinero público
la principal fuente del cambio climático
- 07 noviembre 2009 - España — Tres
activistas de Greenpeace han subido al buque
de carbón Federico II en aguas cercanas
a la Bahía de Algeciras (Cádiz)
para pedir a José Luis Rodríguez
Zapatero que deje de apoyar el carbón
y que acuda a la cumbre del clima en Copenhague
a defender un acuerdo para salvar el clima.
Galería de Imágenes
Desde las once de la mañana,
Estrella y Vicenç, protagonistas de
la campaña de Greenpeace Activistas
por el clima, participan en esta acción
pacífica. Tres activistas, Vicenç
entre ellos, se encuentran a bordo del buque
Federico II, de 240 metros de eslora y cargada
con 88.500 toneladas de carbón procedentes
de Colombia de la compañía Drummond
(1). El destino de este carbón es la
central térmica de Los Barrios (Cádiz),
propiedad de la compañía Enel.
Greenpeace expone con esta acción que
el principal causante del cambio climático
es la quema de carbón mientras el Gobierno
pretende dar luz verde esta semana a un Decreto
para financiarlo.
“José Luis Rodríguez
Zapatero no puede pagar a las eléctricas
para que quemen carbón, abandonar la
lucha contra el cambio climático y
pensar que la sociedad no se lo va a tener
en cuenta” ha declarado Juan López
de Uralde, director Ejecutivo de Greenpeace
España.
A falta de 28 días
para que comience en Copenhague la cumbre
mundial sobre cambio climático, Greenpeace
señala al mayor emisor de CO2: el carbón.
Un día después de finalizar
en Barcelona la última reunión
de Naciones Unidas sobre cambio climático,
donde los representantes de los países
en desarrollo exigieron unánimemente
que los países desarrollados reduzcan
sus emisiones al menos un 40%, para el año
2020, respecto de los niveles de 11000, y
donde destacó muy negativamente el
papel de Estados Unidos. Se ha mantenido impasible
ante el clamor de los delegados que representan
a la aplastante mayoría de la población
mundial, que piden socorro frente a la catástrofe
climática que se les avecina.
“Mientras los países
ricos seguimos quemando y financiando al carbón,
y somos incapaces de ponernos de acuerdo para
reducir nuestras emisiones, los más
pobres sufren ya graves daños por el
cambio climático sobre sus economías
y sobre sus poblaciones” -ha declarado Raquel
Montón, responsable de la campaña
Cambio climático de Greenpeace.
En España no es posible
producir carbón a costes competitivos
con el mercado mundial y se importa alrededor
del 60%, muy por encima de la media internacional.
Por ello, y con la falsa excusa de la seguridad
de suministro, se pretende aprobar esta semana
un Real Decreto (2) que primará la
quema de carbón nacional en las centrales
térmicas. Con ello no sólo no
se evitará la inevitable desaparición
de un sector no competitivo como el carbón,
también se perjudicará al medio
ambiente y a la lucha contra el cambio climático,
no favorecerá la creación de
empleo, aumentará los costes totales
del sistema eléctrico, romperá
con las reglas del mercado, perjudicará
a las energías renovables, será
contrario a la normativa europea, y obligará
a pagar por el carbón importado en
concepto de “lucro cesante”.
Según Greenpeace,
de esta manera, y en un contexto de crisis
económica, se está haciendo
falsamente rentable un negocio que pagamos
todos y que además incrementa el cambio
climático.
“Intentan engañarnos
los que dicen que hay que quemar carbón
para mantener el suministro y los empleos,
y también nos engañan los que
dicen que no es posible en Copenhague un acuerdo
porque no hay suficiente tiempo”, ha declarado
Raquel Montón, responsable de la campaña
Cambio climático de Greenpeace.
— Greenpeace
(1) En Colombia, las comunidades indígenas
se están viendo amenazadas y forzadas
a abandonar sus tierras para dejar sitio a
las minas de carbón. La lucha de los
trabajadores mineros para mejorar las condiciones
en la mina ha terminado con el asesinato de
cuatro sindicalistas en Colombia. Cuatro líderes
del sindicato de mineros Sintamienergética,
que trabajaban en la mina Drummond –una compañía
del carbón de capital estadounidense–
en el norte de Colombia, fueron asesinados
en 2001 por grupos paramilitares cerca del
centro de operaciones de La Loma. El caso
fue llevado ante los tribunales estadounidenses
para dejar clara la vinculación entre
Drummond y los paramilitares, así como
la violencia contra los trabajadores en Colombia.
Al final Drummond fue declarada “no responsable”
de las muertes de los sindicalistas. Fallo
del tribunal que, sin duda, ha empeorado las
condiciones de los trabajadores y ha exacerbado
el conflicto entre el sindicato y la compañía.
Éste es sólo un ejemplo de cómo
inciden los impactos del carbón en
los derechos humanos en Colombia y cualquier
otro lugar del mundo. El Carbón, un
futuro negro [http://www.greenpeace.org/espana/reports/09-06-12]
(2) Greenpeace ha presentado alegaciones a
la Propuesta de Real Decreto, se pueden consultar
en http://www.greenpeace.org/espana/reports/091030-15
+ Más
WWF Y Greenpeace denuncian
la captura masiva de juveniles de atún
rojo en españa
Ambas ONG exigen a ICCAT
que adopten un cierre temporal de la pesquería
y trabajen con el Convenio CITES para evitar
su colapso - 11 noviembre 2009 - Madrid, España
— Greenpeace y WWF muestran su preocupación
por el altísimo porcentaje de pesca
de juveniles de atún rojo (menores
del tamaño legal permitido en el momento
de captura) en el Mediterráneo, cuyo
destino son las granjas de engorde. Estos
datos muestran el evidente colapso de la pesquería
de la especie. Ambas ONG exigen a los miembros
de la Comisión Internacional para la
Conservación del Atún Atlántico
(ICCAT) la adopción de medidas extraordinarias
que eviten su colapso.
Greenpeace y WWF han hecho
públicos estos datos durante la reunión
anual de ICCAT, que se celebra hasta el 15
de noviembre en Recife, Brasil. El caso de
España es el más alarmante,
ya que entre julio de 2008 y mayo de 2009
el 46% del atún rojo vendido en fresco,
proveniente de granjas de engorde, en el mercado
japonés eran juveniles en el momento
de ser pescados. La investigación (1)
ha sido realizada este año por la consultora
independiente ATRT S.L.
Un porcentaje elevado de
las capturas de atún rojo en el Mediterráneo
son realizadas por modernos cerqueros altamente
tecnificados y transferidas a granjas, donde
son engordados entre 4 y 10 meses, hasta que
se sacrifican y se venden en Japón.
La talla mínima de captura del atún
rojo es de 30 kg en el Mediterráneo,
que corresponde a la talla de primera madurez.
Pescarlos con menor peso implica que nunca
se reproducirán.
La información analizada
por ATRTse corresponde con los datos aportados
recientemente al Comité Científico
de ICCAT (2) , que señala que cerca
del 67% de los atunes capturados en la temporada
de pesca de 2008 en el caladero de las Islas
Baleares y engordados en granjas españolas
pesaban menos de 40 kg cuando fueron capturados.
Esta evaluación independiente
confirma también los datos publicados
por WWF (3) relativos al descenso alarmante
de un 50% de la talla media de los atunes
capturados en aguas de Baleares y engordados
en granjas.
“Los científicos
estimaron en octubre que sólo queda
un 15% de la población original de
atún rojo y los nuevos datos de tallas
demuestran que la pesquería sigue fuera
de control”, ha asegurado Raúl García,
responsable de Pesca de WWF España.
“Si queremos evitar el colapso de la pesquería,
los países reunidos en Recife deben
establecer un cierre temporal de la pesquería
y trabajar en la prohibición de su
comercio internacional a través del
Convenio CITES”, añadió.
El estudio muestra que,
como media, entre un 8.4% y un 21.09% del
atún rojo engordado en el Mediterráneo
y vendido en fresco en el mercado japonés
eran menores del tamaño legal permitido
en el momento de captura. En Italia, entre
el 9.48% y el 28.20% de los atunes eran menores
de la talla permitida, en Túnez entre
el 5.02% y el 20.52% y el 32% en Malta.
Aunque tradicionalmente
la industria de engorde de atún se
ha dirigido a grandes ejemplares (más
de 8 años), la desaparición
de los grandes reproductores ha forzado a
la industria a capturar también juveniles,
incumpliendo las regulaciones de ICCAT.
“Todos los datos señalan
el riesgo inminente de colapso y el incumplimiento
de cualquier tipo de plan de recuperación
para la especie, ¿a qué esperan
la UE y resto de países responsables
para actuar?”, ha declarado Celia Ojeda, responsable
de Océanos de Greenpeace, “a estas
alturas el cierre de la pesquería y
la protección de sus zonas de reproducción
son la únicas soluciones, hasta que
la pesquería de señales evidentes
de recuperación”.
NOTAS:
(1) http://dl.getdropbox.com/u/492770/Roberto_Mielgo_Bluefin_2008_Report.pdf
(2) SCRS/2009/158
(3) http://assets.panda.org/downloads/mediterranean_tuna_collapse_trends.pdf
— Greenpeace
+ Más
Visto para sentencia el
juicio por la acción contra el carbonero
Federico II
La organización solicita
la absolución de los diez activistas
y el operador de cámara - 10 noviembre
2009 - Algeciras, España — Ha quedado
visto para sentencia el juicio celebrado esta
mañana a los diez activistas de Greenpeace
y al operador de cámara detenidos el
pasado domingo tras realizar una acción
pacífica al buque carbonero Federico
II. La Fiscalía ha acusado a cuatro
de ellos de una falta de coacción leve,
mientras que la naviera propietaria del buque
ha solicitado la misma falta para todos los
encausados. Greenpeace ha pedido la absolución
de todos.
El pasado domingo, activistas
de la organización subieron al buque
carbonero Federico II mientras entraba en
la bahía de Algeciras. Desplegaron
pancartas con el mensaje “Zapatero: salvemos
el clima” para pedir al presidente del Gobierno
que deje de agravar el problema del cambio
climático potenciando la quema de carbón
y que se centre en lograr un acuerdo justo,
ambicioso y vinculante en la próxima
cumbre del clima de Copenhague.
“Debería considerarse
criminal la quema de carbón, no a quienes
luchamos para que éste se sustituya
por energías limpias y sostenibles
y evitar así los efectos más
devastadores del cambio climático”
- ha declarado Juan López de Uralde,
director ejecutivo de Greenpeace en España.
Existe un amplísimo
consenso científico internacional acerca
de que el cambio climático avanza a
una velocidad mucho mayor de lo que se esperaba
hace pocos años. Las centrales térmicas
de carbón como la de Los Barrios (Algeciras),
a la que se dirigían las 88.500 toneladas
de carbón que transportaba el buque
Federico II, son una fábrica de cambio
climático.
Las alteraciones climáticas
ya tienen efectos visibles en el territorio
español con un aumento de la temperatura
media de 1,5ºC desde los niveles preindustriales.
La variación del nivel del mar en la
costa de Málaga, durante el periodo
1970 a 2005, evidencia un aumento promedio
de 2.5 milímetros al año. Los
glaciares de la vertiente española
de los Pirineos han reducido un 80% su extensión
en las últimas décadas y podrían
haber desaparecido en 2030.
“Subvencionar al carbón
es perder el tiempo en la lucha contra el
cambio climático. Zapatero debe de
priorizar las energías renovables que
son la verdadera solución eficaz para
combatir este problema” ha declarado Sara
Pizzinato, responsable de la campaña
de energía y cambio climático
de Greenpeace.
En este sentido Greenpeace
pide al Gobierno que retire el decreto promovido
por el Ministro de Industria, Miguel Sebastián,
con el que se pretende conceder 1.550 millones
de euros anuales a la industria del carbón
para potenciar la quema de carbón nacional
en lugar de facilitar su desaparición
progresiva y sustituirlo con energías
renovables, ahorro y eficiencia.