Primeros estudios señalan
que el valor del agua adicional que aportan
las ANP en México es de cerca de 4
mil millones de pesos anuales - Mérida,
Yucatán, 11 de noviembre del 2009.-
La instrumentación y consolidación
de los esquemas de Pago por Servicios Ambientales
Hídricos (PSAH) se posiciona cada vez
más como un sistema efectivo para asegurar
la conservación de los bosques y las
zonas de recarga de los acuíferos,
al ser éstos elementos indispensables
para el abasto del agua en México,
aseguraron expertos y autoridades en la materia.
Durante el panel de análisis
Pago por Servicios Ambientales Hidrológicos,
celebrado durante el Congreso Mundial de Tierras
Silvestres WILD9, en donde el tema agua es
coordinado y apoyado por la Alianza WWF-Fundación
Gonzalo Río Arronte I.A.P., se abordaron
las bondades, tendencias y perspectivas de
la instrumentación de estos esquemas
como herramientas efectivas para la gestión
y manejo de los recursos del agua.
Alejandra Reta, Coordinadora
de Políticas Públicas de The
Nature Conservancy (TNC), destacó la
importancia de la valoración de las
Áreas Naturales Protegidas (ANP) para
México, ya que las retribuciones económicas
por los bienes y servicios que proveen los
ecosistemas naturales es de aproximadamente
52 pesos por cada peso que el gobierno federal
invierte en ellas, con lo que ahorran al país
costos económicos por alrededor de
51 mil millones de pesos al año. “Si
se valoraran todos los beneficios que estas
áreas proveen, la cifra total sería
mucho más alta”, enfatizó.
Basada en un estudio realizado
recientemente por esta organización,
destacó el valor económico de
las ANP, cuya aportación de agua adicional
fluctúa entre los 2 mil y 4 mil millones
de pesos anuales. “La fortaleza de estas cifras
demuestra la importancia de las ANP, las cuales
cumplen con los propósitos para las
cuales fueron decretadas, entre ellos el de
ayudar en la generación de agua”, dijo.
“Invertir en conservación produce tasas
de retorno excepcionalmente altas, y no hay
duda de que si se sigue explotando la naturaleza
de forma irracional, será extremadamente
costoso en términos económicos,
no sólo para los países ricos
en biodiversidad, sino para el mundo entero”.
Respecto a la importancia
de las ANP en el proceso de seguridad hídrica
y su papel en la provisión de servicios
ecosistémicos, Adrián Méndez,
Coordinador de Programas Regionales de la
Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas (CONANP), expuso que un ejemplo
exitoso de conservación de las ANP
es Sian Ka’an, Quintana Roo, donde el trabajo
conjunto de autoridades locales y sociedad
civil ha permitido mantener en buenas condiciones
ambientales esa región. Sin embargo,
dijo, el nivel de comprensión de la
sociedad respecto al valor de los servicios
ecosistémicos es aún muy bajo,
pues “no se les valora a plenitud y, a pesar
de que sabemos que los estamos perdiendo,
no conocemos realmente a qué velocidad
ni en dónde”. Agregó que en
México existen actualmente 66 ANP federales,
donde habitan alrededor de 165 mil 795 personas
distribuidas en 1278 comunidades.
Los PSAH son las transacciones
voluntarias que se celebran entre usuarios
y dueños de terrenos para la prestación
de un servicio ambiental definido (reducción
de sedimentos en el agua, infiltración,
etc.) el cual deberá garantizar -con
mecanismos de monitoreo y verificación-
el cumplimiento de los acuerdos pactados.
Si bien estos esquemas se rigen bajo premisas
generales, su instrumentación podrá
variar de acuerdo al contexto específico
de cada región, es decir, según
sus condiciones ambientales, sociales, económicas
o políticas.
También se abordaron
las metodologías de evaluación
ambiental y económica de los servicios
hidrológicos, los mecanismos de financiamiento
y pago de estos programas, la gobernanza ambiental,
los derechos de propiedad, contratos y monitoreo
de compromisos, el papel de las ANP y el combate
a la pobreza, todo en relación al PSAH.
Al hacer un análisis
sobre el diseño de los PSAH de la Comisión
Nacional Forestal (CONAFOR) y sus ventajas
económicas, Carlos Muñoz Piña,
Director de Economía Ambiental del
Instituto Nacional de Ecología (INE),
destacó la importancia que tienen como
mecanismos para reducir la pérdida
de bosques, sobre todo en zonas con alto riesgo
de deforestación.
Explicó los diferentes
criterios considerados para la selección
de candidatos a recibir los PSAH, así
como la forma en que se determinan los montos
a otorgar, de acuerdo con las características
particulares de los bosques y su nivel de
riesgo y/o degradación.
Por su parte, Leonel Iglesias,
Gerente de Servicios Ambientales del Bosque
de la CONAFOR, presentó una propuesta
para diferenciar en el programa nacional de
los próximos años el monto de
los pagos en función del tipo de vegetación
y el riesgo de deforestación. Dijo
que actualmente en México hay alrededor
de 2 millones 269 mil hectáreas que
han sido beneficiadas con este programa.
Asimismo, explicó
cómo en los últimos años
se ha trabajado para incrementar los montos
dedicados a los PSAH mediante la diversificación
de las fuentes de financiamiento. Así,
dijo, se pasó de dos fuentes de recursos
en 2007 –Presupuesto Federal de Egresos y
Ley Federal de Derechos- a cinco en el 2008,
entre los que se contempla la co-inversión.
“Esto demuestra la eficacia del modelo, pues
mientras se le quita presión al presupuesto
del gobierno, se garantiza la sustentabilidad
de la conservación de una mayor superficie
de tierras”.
Por su parte, Alejandro
Guevara, Director de la División de
Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana,
consideró que la implementación
de los PSAH es una oportunidad real para atacar
dos problemáticas que aquejan el bienestar
social y económico nacional: la pobreza
y el deterioro de las fuentes proveedoras
de recursos naturales indispensables como
el agua. “Los PSAH ofrecen una oportunidad
real para lograr una política publica
de doble dividendo: proveer un servicio ambiental
adecuado, y combatir la pobreza y el rezago”.
Cecilia Blasco, Coordinadora
del Programa de Agua Dulce del Fondo Mexicano
para la Conservación de la Naturaleza
(FMCN) presentó casos concretos de
integración de la sociedad civil y
usuarios del agua como mecanismo de co-inversión
en PSAH. Por ejemplo, en la Sierra de Zapalinamé,
en Coahuila, se apoyan actividades de conservación
con la contribución voluntaria de casi
30 mil familias de la ciudad de Saltillo que
aportan 900 mil pesos al año, cantidad
que se suma a 570 mil pesos del gobierno del
estado. Este proyecto es coordinado por Protección
de la Fauna (PROFAUNA) A.C.
Notas para el editor:
WWF es una de las organizaciones
independientes de conservación más
grandes y con mayor experiencia en el mundo.
WWF nació en 1961 y es conocida por
el símbolo del panda. Actualmente cuenta
con cerca de 5 millones de personas que cooperan
y una red mundial que trabaja en más
de 100 países. Para conocer más
de WWF visite: www.wwf.org.mx o www.panda.org
La Fundación Gonzalo
Río Arronte I.A.P. es una institución
de Asistencia Privada que tiene entre sus
objetivos sociales realizar donativos en efectivo
o en especie a instituciones y Centros de
Salud, así como patrocinar y realizar
obras de beneficio social enfocadas a obras
hidráulicas. La FGRA y WWF firmaron
en 2004 una alianza para impulsar el Programa
“Manejo Integrado de Cuencas Hidrográficas:
Desarrollo de Nuevos Modelos en México”.
El programa tiene una duración de siete
años y se enfoca en los ríos
Conchos, en el estado de Chihuahua; el complejo
hidrológico Copalita-Zimatán-Huatulco
en la Sierra Madre del Sur, Oaxaca; y la cuenca
del río San Pedro-Mezquital en los
estados de Durango, Nayarit y Zacatecas.
Para mayor información contactar a
Jatziri Pérez
Coordinadora de Comunicación
+ Más
Propone la alianza WWF-Fundación
Gonzalo Río Arronte alternativas para
garantizar la cantidad y calidad de agua.
Presenta la “Serie Seguridad Hídrica”,
que aborda los riesgos ante la escasez de
este recurso, el papel de empresas y gobierno
y la necesidad de redistribuir los derechos
de uso del agua considerando al medio ambiente
- Mérida, Yucatán, 11 de noviembre
del 2009.- Derivado del esfuerzo de la sociedad
civil para rescatar y conservar a la naturaleza
como la principal fuente de agua para el bienestar
de la humanidad y las demás especies,
la Alianza WWF-Fundación Gonzalo Río
Arronte (FGRA) presentó la “Serie Seguridad
Hídrica”, en la que propone, entre
otras medidas, instrumentar caudales ecológicos
en los ríos y acuíferos del
mundo como alternativa para garantizar la
cantidad y calidad del agua; instrumentar
sistemas eficaces de asignación de
derechos de uso de este recurso; y la participación
de los diferentes usuarios de agua, enfatizando
el papel de gobiernos y empresas.
En el marco de la celebración del Congreso
de Tierras Silvestres WILD9, la Alianza WWF-FGRA
dio a conocer las cuatro publicaciones: “La
asignación de agua cuando es escasa.
Guía sobre la asignación, los
derechos y los mercados del agua”; “Cómo
conservar los ríos vivos. Guía
sobre los caudales ecológicos”; “Qué
son los riesgos hídricos. Guía
sobre las consecuencias de la escasez de agua
para el gobierno y las empresas”; y “Cómo
adaptar la gestión hídrica.
Guía para hacer frente al cambio climático”,
con alternativas para desarrollar una gestión
sustentable del agua y disminuir los riesgos
hídrica del planeta.
“Estos informes son el resultado
de las experiencias de WWF alrededor del mundo.
Reflejan las lecciones aprendidas por expertos
en aspectos específicos de la gestión
del agua, a partir de problemáticas
actuales como la escasez, el cambio climático,
el deterioro de ríos y humedales y
la falta de infraestructura adecuada”, dijo
Eugenio Barrios, Director del Programa Agua
de WWF- México.
“Como sociedad, debemos
entender que los recursos naturales con los
que contamos son finitos y que de continuar
con esta tendencia de sobre-explotación
del agua estamos poniendo en riesgo a los
ecosistemas y a las especies que de ellos
dependen, incluyéndonos a nosotros
mismos”, indicó, al explicar que la
Alianza busca influir en gobiernos, empresas
y en la sociedad para contribuir a que sus
prácticas de uso del agua sean sostenibles,
eficientes y equitativas.
Qué son los riesgos
hídricos. Guía sobre las consecuencias
de la escasez de agua para el gobierno y las
empresas
Este informe aborda cómo
la sobre-explotación de agua tiene
repercusiones económicas para el sector
empresarial y puede afectar negativamente
la capacidad de los gobiernos para alcanzar
objetivos políticos y plantea acciones
para disminuir los riesgos frente a una decreciente
disponibilidad de este recurso. “Puesto que
las empresas buscan asegurar su prosperidad
a largo plazo para mantener una ventaja competitiva,
así como para garantizar la estabilidad
y preferencia en las cadenas de suministro,
el incremento de la escasez de agua conlleva
riesgos físicos, financieros, normativos
y para su prestigio”, establece.
Con base en el trabajo conjunto
para transformar sustentablemente prácticas
del sector privado, la publicación
explica que “cuando las operaciones de una
empresa dependan de recursos hídricos
mal administrados, ésta podría
tener que involucrarse y apoyar mejores políticas
para su gestión. En última instancia,
si no tiene capacidad de promover una mejor
gestión de este recurso, tendrían
quizá que clausurar sus instalaciones
o reubicarse por restricciones ambientales
más que exclusivamente financieras”.
El riesgo de padecer escasez
también se incrementa cuando las políticas
públicas son obsoletas o de aplicación
deficiente o cuando las instituciones que
administran el agua son débiles. “La
escasez representa una serie de riesgos para
el gobierno que pueden afectar las agendas
respecto a la pobreza y la desigualdad, el
crecimiento económico, la seguridad
alimentaria, el comercio, la salud y la reducción
de conflictos”.
Aunque en última
instancia el gobierno es el responsable de
establecer una mejor gestión del agua,
las empresas juegan un papel clave. El agua
es esencial para el crecimiento económico
sostenido. Aquéllos países cuyos
ingresos eran bajos inferiores a USD$1000
anuales por persona hace 25 años pero
con acceso al agua potable y saneamiento adecuados,
tuvieron un crecimiento promedio anual del
PIB de 3.7% mientras que el crecimiento de
otros países con el mismo ingreso por
persona pero con un acceso limitado al agua,
fue de sólo 0.1% anual (OMS, 2006).
Las tendencias actuales
indican que el consumo de agua va en aumento,
lo cual se acentúa con el incremento
de la población mundial, el cambio
en los patrones de consumo de alimentos –
producir una caloría de alimento requiere
un litro de agua mientras un kilo de carne
emplea 10,000 litros- y escenarios de incertidumbre
por al cambio climático. Para 2025
es probable que haya un aumento total del
consumo de agua de 13% (Rosegrant et al, 2003),
mientras para mediados de este siglo, 7,000
millones de personas en 60 países podrían
tener que hacer frente a la escasez de agua
(ONU, 2003).
“Para reducir los riesgos
asociados a la escasez de agua es indispensable
entender mejor el funcionamiento de los ecosistemas
dulceacuícolas y optimizar los bienes
y servicios que proveen: de aprovisionamiento
(de agua dulce, peces y rutas de transporte,
servicios reguladores o del ecosistema); purificación
del agua, y adaptación a climas más
cálidos; y servicios culturales como
la belleza estética. Sistemas hidrológicos
saludables mitigan por sí solos el
riesgo, es decir, ríos caudalosos y
limpios y acuíferos sanos son una fuente
confiable de agua de buena calidad”, dijo
Omar Vidal, Director General de WWF-México.
La asignación de
agua cuando es escasa. Guía sobre la
asignación, los derechos y los mercados
de agua.
Esta guía plantea
contrarrestar la presión ejercida en
los ecosistemas mediante procesos de distribución
del agua y sus derechos de uso –la garantía
formal o informal que confiere a su titular
el derecho de retirar agua-.
A medida que la disponibilidad
de este recurso disminuye, es necesario desarrollar
mecanismos de asignación efectivos,
los cuales deberán integrar: i) la
formulación de políticas y legislaciones;
ii) el desarrollo de estrategias de gestión,
y iii) la creación de la capacidad
institucional.
En el proceso de asignación
del agua se deben priorizar las necesidades
a atender, de tal manera que se antepongan
los requerimientos humanos y sociales básicos,
seguidos de la integridad de los ecosistemas
y del desarrollo económico. Otro factor
a considerar es el contexto y las condiciones
locales de cada caso, puesto que no hay un
enfoque estándar que sea aplicable
en todo el mundo.
El documento expone cómo
la implementación de caudales ecológicos
dentro de reservas ambientales, ha contribuido
a solucionar el problema de escasez. Tal es
el caso de Sudáfrica, donde la Ley
Nacional de Agua reconoce la necesidad de
un uso sostenible de los recursos hídricos
mediante la definición de una Reserva
ambiental, es decir, la cantidad de agua necesaria
para proteger los ecosistemas acuáticos,
de carácter obligatorio. La ley también
reconoce una Reserva para las necesidades
sociales básicas, misma que ha contribuido
al uso sostenible de los recursos hídricos
del país y constituyen un instrumento
muy importante para la protección del
recurso.
Cómo adaptar la gestión
hídrica. Guía para hacer frente
al cambio climático
La instrumentación
de caudales ecológicos en los ríos
y acuíferos puede ayudar a contrarrestar
muchos de los efectos que el cambio climático
tiene sobre los ecosistemas de agua dulce.
“Ante la acelerada manifestación de
los efectos del cambio climático, la
sociedad necesita volver a ver a los ríos
y acuíferos como la principal fuente
proveedora de recursos indispensables para
su pleno desarrollo social, económico
y ambiental, y no solamente como simples abastecedores
de agua para consumo o destino de los desechos”,
dijo Barrios.
Investigaciones recientes
arrojan un panorama poco alentador para los
ecosistemas dulceacuícolas, donde se
estima que en los últimos 40 años
la población mundial de peces de agua
dulce ha disminuido un 55 por ciento. “Es
por esto que en la Alianza insistimos en la
necesidad de que gobiernos, iniciativa privada
y usuarios del agua trabajen conjuntamente
para asegurar la conservación de los
patrones naturales de flujo a lo largo de
los ríos, de modo que las personas,
los animales y las plantas puedan subsistir
y continuar utilizando sus recursos”, aseveró.
Asimismo, propone aspectos
a considerar en la construcción de
estrategias alternativas de adaptación
hídrica, entre las que figuran: contar
con instituciones que garanticen la gobernanza
y den certidumbre a la aplicación de
políticas adecuadas ; reducir las presiones
externas ajenas al clima, como la sobre-extracción,
la infraestructura mal planeada y la invasión
de especies exóticas; analizar la pertinencia
de desarrollar infraestructura hídrica,
como presas y sistemas de irrigación;
y mejorar las capacidades de monitoreo y respuesta
ante las repercusiones climáticas.
Notas para el editor:
WWF es una de las organizaciones
independientes de conservación más
grandes y con mayor experiencia en el mundo.
WWF nació en 1961 y es conocida por
el símbolo del panda. Actualmente cuenta
con cerca de 5 millones de personas que cooperan
y una red mundial que trabaja en más
de 100 países. Para conocer más
de WWF visite: www.wwf.org.mx o www.panda.org
La Fundación Gonzalo
Río Arronte I.A.P. es una institución
de Asistencia Privada que tiene entre sus
objetivos sociales realizar donativos en efectivo
o en especie a instituciones y Centros de
Salud, así como patrocinar y realizar
obras de beneficio social enfocadas a obras
hidráulicas. La FGRA y WWF firmaron
en 2004 una alianza para impulsar el Programa
“Manejo Integrado de Cuencas Hidrográficas:
Desarrollo de Nuevos Modelos en México”.
El programa tiene una duración de siete
años y se enfoca en los ríos
Conchos, en el estado de Chihuahua; el complejo
hidrológico Copalita-Zimatán-Huatulco
en la Sierra Madre del Sur, Oaxaca; y la cuenca
del río San Pedro-Mezquital en los
estados de Durango, Nayarit y Zacatecas.
Para mayor información contactar a
Jatziri Pérez
Coordinadora de Comunicación