Posted on 10 December 2009
- Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción,
Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF propondrán,
mediante una resolución,
la postura que debería defender el
Gobierno español en la importante cita
danesa, esencial para la supervivencia de
millones de habitantes en todo el planeta,
en la reunión del Consejo Asesor de
Medio Ambiente (CAMA) que se celebrará
hoy.
La UE debe dar muestras
de su liderazgo climático y asumir
objetivos de reducción de emisiones
ambiciosos, alineados con la ciencia climática,
al mismo tiempo que ofrecer el apoyo financiero
necesario para la lucha internacional contra
el cambio climático. En este sentido
desde la Consejo Asesor de Medio Ambiente
se demanda a los jefes de Estado y de Gobierno,
y en especial al presidente español
Rodríguez Zapatero, que impulsen un
acuerdo que incluya los siguientes planteamientos:
1) Acordar un objetivo europeo
de reducción de emisiones alineado
con los datos científicos
En este sentido, es necesario que la UE apoye
un objetivo de reducción de emisiones
del 40% en 2020, tomando como base los niveles
de 11000.
La UE debe alcanzar un compromiso
de reducción de, al menos, un 30% incondicional
porque, como se ha puesto de manifiesto, el
objetivo de la UE del 20% no es suficiente
para evitar que el aumento de la temperatura
global alcance los 2ºC.
2) Ofrecer el apoyo financiero
necesario para luchar contra el cambio climático
en los países que no son responsables
históricos del cambio climático
Los responsables históricos
deben aportar fondos públicos por valor
de 110.000 millones de euros al año
para 2020, a los que la UE debería
contribuir con unos 35.000 millones, para
que el resto de países sean capaces
de reducir la deforestación, adaptarse
a los efectos del cambio climático
y abordar la transición hacia tecnologías
limpias que les permita desviarse entre un
15 y un 30% de su ritmo de crecimiento de
emisiones. Estos fondos deben ser adicionales
a los compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo,
estar coordinados por un mecanismo internacional
bajo la supervisión del Convenio Marco
de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
y empezar a crearse progresivamente.
3) Apoyar un mecanismo efectivo
de reducción de las emisiones derivadas
de la deforestación y la degradación
de los bosques
Es necesario crear un fondo
global para los bosques con fondos públicos
por valor de, como mínimo, 30.000 millones
de euros anuales para 2020, que priorice la
protección de los bosques naturales
intactos, excluya de las actividades susceptibles
de recibir fondos aquellas relacionadas con
la industria forestal y no contemple la inclusión
de las actividades subvencionadas en los mercados
de carbono. Este fondo se debe contemplar
como la devolución de la deuda ecológica
que los responsables históricos tenemos
contraída con el resto del planeta,
y no como un mecanismo de “pagar para no contaminar”.
4) Evitar la tentación
de incluir LULUCF dentro de los compromisos
de reducción de emisiones
España debe abandonar
la postura que busca magnificar el papel de
los bosques españoles como sumideros
de carbono. Las reglas del LULUCF no pueden
servir para generar créditos que supongan
una reducción del esfuerzo para reducir
las emisiones por la quema de combustibles
fósiles. Todos los créditos
generados por LULUCF deben contabilizarse
como adicionales, y como resultado de nuevas
políticas y medidas específicas.
5) Apoyar el mantenimiento
del protocolo bajo el Convenio Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático y el
establecimiento de períodos de cumplimiento
quinquenales.
Mediante el mantenimiento
del protocolo bajo el Convenio (CMNUCC) se
conseguiría garantizar la existencia
de compromisos de obligado cumplimiento para
todos los países del actual Protocolo
de Kioto, incluyendo, en esta ocasión,
a Estados Unidos. A través del establecimiento
de períodos de cumplimiento quinquenales,
sería posible adaptar los compromisos
de reducción de emisiones a medida
que vaya actualizándose el consenso
científico en materia de cambio climático.
+ Más
Según WWF, la UE
debe eliminar las trampas legales que existen
en sus compromisos para salvar el clima
Posted on 10 December 2009
- Con motivo del Consejo Europeo que tiene
lugar los días 10 y 11 de diciembre
en Bruselas, WWF pide a los Jefes de Estado
que aprovechen la última oportunidad
de que disponen para reforzar los objetivos
de reducción de emisiones de la UE.
Todo ello hasta alcanzar el nivel de compromiso
necesario para mantener el calentamiento global
por debajo de los 2º C, y antes de que
finalicen las negociaciones de alto nivel
en la Cumbre de Copenhague.
"La UE está
utilizando como moneda de cambio un posible
compromiso de reducción de emisiones
hasta un 30%, pero esto no es más que
un gesto vacío”, afirma Jason Anderson,
Responsable de Política Energética
y Climática de WWF. "Por otra
parte, mantener su oferta del 20% supone disminuir
el ritmo actual de reducción de emisiones
en Europa. La UE no sólo dejaría
de recibir los beneficios económicos
que podría ganar al adoptar reducciones
más ambiciosas, sino que también
significaría que Europa estaría
realizando un esfuerzo aún menor al
de EE.UU., según sus propios análisis
internos.”
Para que Europa conserve
su liderazgo y cumpla su compromiso de mantener
el calentamiento global por debajo de los
2º C, el Consejo tiene que ampliar su
objetivo de reducción, al menos, al
30% respecto a los niveles de 11000, con una
posibilidad de llegar al 40%, si otros países
también aumentan sus esfuerzos.
Además, según
WWF, existen tres grandes trampas legales
en los objetivos de la UE.
1. Aire caliente:
El aire caliente hace alusión
al exceso de créditos de carbono que
se ha otorgado a algunos países bajo
el Protocolo de Kioto. La UE cuenta con “aire
caliente” dentro de sus propias fronteras,
es decir, derechos que podría vender
o pasar al periodo posterior a 2012. No desprenderse
de este aire caliente a escala global podría
minar los esfuerzos reales de reducción.
2. Cambio en el uso de la
tierra:
En segundo lugar, las normas
sobre el cambio en el uso de la tierra y el
sector forestal (LULUCF), que Europa está
intentando promocionar, incorporan una contabilidad
trucada que podría suponer que se descuenten
mil millones de toneladas de C02, si se aplicaran
globalmente.
3. Créditos de carbono:
El número de créditos
de carbono que está comprando Europa
disminuye drásticamente la reducción
de emisiones realizadas a nivel interno. Como
la UE ya ha comprado un gran número
de ellos, estos se trasladarán al siguiente
periodo, disminuyendo así el nivel
de reducciones reales a partir de 2012. Muchos
de esos créditos de compensación
provienen de proyectos que no son adicionales
y se hubiesen desarrollado en cualquier caso,
por lo que no aportan ningún beneficio
real añadido a la lucha contra el cambio
climático.
"Como estas trampas
pueden afectar de forma grave al esfuerzo
de reducción de emisiones, tanto dentro
de la UE, como a escala global, la UE tiene
que eliminarlas de sus propios planes y posiciones”,
afirma Jason Anderson. "La UE también
ha de fomentar el concepto de “carbon clarity”
(claridad en los inventarios de emisiones)
como un elemento clave en Copenhague que asegure
una total transparencia sobre cómo
se llevan a cabo las reducciones, con vistas
a comprobar que son reales.”
El Consejo también
está discutiendo acordar una oferta
financiera a corto plazo. Lo pactado no supera
lo ya declarado por Europa como su contribución
a la financiación climática
internacional y, por lo tanto, no llevará
a una acción nueva –a no ser que se
declare que estos fondos son adicionales.
Asimismo, Europa no ha explicado
cómo pretende contribuir a uno de los
principales bloques del acuerdo de Copenhague:
la financiación a medio y largo plazo.
Ha presentado ofertas vagas, pero sin especificar
lo que claramente está dispuesta a
pagar. Europa también inició
propuestas sobre nuevas formas de recaudar
fondos, aunque posteriormente se ha desviado
de este debate. Estas nuevas vías incluyen
subastas de los créditos de los sectores
de la aviación y marítimo, así
como subastas de los derechos de emisión
nacionales.
WWF pide a la UE que clarifique
su compromiso respecto al nivel de financiación,
que evite los vacíos anteriormente
mencionados en sus propuestas actuales y que
aumente su objetivo de reducción de
las emisiones al 40%.