05 abril 2010 - DF, México
— En México, más del 60 por
ciento de las emisiones de gases de efecto
invernadero, causantes del calentamiento global,
provienen del sector energía, sin embargo,
en la Estrategia Nacional de Energía,
que se encuentra en discusión
en la Cámara de Diputados, se mantiene
el modelo de generación de energía
con base en la quema de combustibles fósiles
(petróleo, carbón y gas)
La Estrategia Nacional de
Energía (ENE), uno de los instrumentos
jurídicos que regirán la política
energética nacional en los próximos
15 años, contradice la política
de cambio climático que se impulsa
desde el ejecutivo federal a través
del Programa Especial de Cambio Climático
(PECC), señaló Greenpeace.
En México, más
del 60 por ciento de las emisiones de gases
de efecto invernadero, causantes del calentamiento
global, provienen del sector energía.
Sin embargo, en la ENE, que se encuentra en
discusión en la Cámara de Diputados,
se mantiene el modelo de generación
de energía con base en la quema de
combustibles fósiles (petróleo,
carbón y gas), cuando es precisamente
esta fuente la que genera la mayor cantidad
de emisiones de gases de efecto invernadero,
que se buscan reducir con la implementación
del PECC.
“Un país que hacia
el exterior se dice comprometido en lucha
contra el cambio climático y que en
los próximos meses hospedará
una reunión cumbre de Naciones Unidas
sobre este tema no puede usar esta estrategia
para aspirar reducir emisiones de bióxido
de carbono (CO2) y por otro lado seguir generándolas.
En un contexto global de cambio climático
acelerado y siendo México un país
altamente vulnerable a los impactos de éste,
la ENE debería revolucionar el modelo
de generación de energía de
México poniendo el acento en el aprovechamiento
del enorme potencial de las fuentes de energía
renovable con que contamos”, señaló
Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña
de clima de Greenpeace México.
La ENE establece también
que ante la crisis energética actual
y la amenaza del calentamiento global es necesario
incrementar la participación de energías
limpias al 35 por ciento, pero incluye tecnologías
no sustentables ni renovables como la nuclear
o las grandes hidroeléctricas que distan
mucho de ser consideradas como tales. Tanto
la Ley para el Aprovechamiento de Energías
Renovables y del Financiamiento para la Transición
Energética, como el Programa Especial
para el Aprovechamiento de las Energías
Renovables no definen ni contemplan ambos
tipos de tecnologías como fuentes “limpias”
de energía.
“Las grandes hidroeléctricas
alteran seriamente ecosistemas, su construcción
obliga al desplazamiento de comunidades, pérdida
de tierras de cultivo y a la modificación
de cauces naturales de agua. En cuanto a la
nuclear, si bien la generación de electricidad
a través de esta tecnología
no emite gases de efecto invernadero de manera
directa, no significa que sea limpia y deba
emplearse como una alternativa al calentamiento
global del planeta, puesto que conlleva al
grave y peligroso problema de la disposición
final de los residuos radioactivos, que no
es segura en ningún lugar del mundo.
México tiene altísimos potenciales
de fuentes renovables de energía: la
solar, eólica, geotérmica, bioenergía,
mucho más seguras y baratas, no vemos
en la ENE este enfoque integral de eficiencia
energética”, abundó Beatriz
Olivera, integrante de la campaña y
especialista en temas de eficiencia energética.
En la ENE no se definen
los aspectos normativos y fiscales que el
país tendrá que ejecutar hasta
2024 para en primer término ahorrar
energía y en segundo, enfocarse a hacer
un uso eficiente de ella en todos los sectores:
residencial, público e industrial.
“Las medidas de eficiencia energética
a implementar en el país son variadas
y deben ir mucho más allá de
iluminación o electrodomésticos
eficientes; es necesario definir metas para
alcanzar en el sector industrial, agrícola,
transporte -para el que se proponen pocas
medidas a pesar de estar identificado como
el sector con mayor consumo de energía-
sin olvidar las acciones que debe cumplir
el sector público, donde sólo
3.4 por ciento (1) de los inmuebles de la
administración pública cumplen
con el programa federal de ahorro de energía“,
continuó Olivera.
Seguridad energética,
clave para la seguridad nacional
La seguridad energética
es un concepto clave para la seguridad nacional
y debe basarse en la implementación
de políticas y estrategias que aseguren
la continuidad en el suministro de recursos
energéticos al país, más
allá de la extracción de petróleo
y otros combustibles fósiles.
La ENE establece como metas
sustanciales la producción de petróleo
crudo en 3.3 millones de barriles diarios
y la restitución de reservas probadas
en un 100 por ciento. Define además
como una de las líneas de acción
sustanciales el “descubrimiento de nuevos
yacimientos y desarrollo comercial exitoso
de reservas” (2), sin considerar que la producción
de crudo decreció a una tasa de 5.1
por ciento anual entre 2004-2009, en este
último año fue 23 por ciento
menor que la producción máxima
observada en 2004.
“La política energética
nacional no puede seguir basando su crecimiento
y desarrollo en el sector petrolero es necesaria
una alternativa efectiva que permita incrementar
la seguridad energética a través
de balancear y diversificar las fuentes primarias
de energía. Continuar la misma línea
de una matriz petrolera se convierte no sólo
en un asunto de índole ambiental sino
también de seguridad energética“,
aseguró Olivera.
Es urgente que la Cámara
de Diputados haga las modificaciones necesarias
para que la ENE sea coherente con la política
climática y se convierta en el parteaguas
de la política energética nacional.
“Si es aprovechada adecuadamente, la Estrategia
Nacional de Energía puede convertirse
en uno de los principales instrumentos jurídicos
para detonar el mercado de energías
renovables, promover el crecimiento económico,
generar empleos verdes, garantizar la seguridad
energética y trazar efectivamente la
ruta hacia la mitigación del calentamiento
global”, concluyó Ampugnani.
Notas:
1.- Ranking de edificios
de la APF disponible en: www.greenpeace.org/mexico/prensa/reports/apenas-3-42-de-los-edificios
2.- Estrategia Nacional de Energía,
Sener, febrero 2010, pag. 63 http://www.sener.gob.mx/webSener/res/0/EstrategiaNacionaldeEnergia.pdf