Panamá 9 de abril
de 2010.- En otro operativo conjunto, entre
la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM)
y la Autoridad Nacional de Aduanas, se retuvo
otro contenedor, el tercero en lo que va del
año, con más de 100 tucas de
madera, de la especie cocobolo (Dalbergia-retusa),
en el Muelle 18, Puerto Balboa, con destino
a Shangai, China.
El hallazgo, que tuvo lugar
el viernes 9 de abril, supone un delito contra
el ambiente y una defraudación aduanera,
dijo Franklin Araúz, Administrador
de la Región Metropolitana de la ANAM.
Se trata en esta ocasión
de tucas de madera más procesadas y
en mayor cantidad, en comparación a
los dos primeros casos, subrayó Araúz,
quien anuncio la apertura de un proceso administrativo
o una investigación más profunda
para tratar de encontrar a los infractores.
También advirtió
Araúz que ya existe la Fiscalía
Quinta contra los Delitos Ambientales, por
lo que aquellos que cometan este tipo de infracciones
o fallas no quedarán impunes.
Precisó Araúz
que la madera fue retenida debido a que se
violó el Decreto Ejecutivo 83 del 10
julio del 2008, que prohíbe la exportación
de maderas en tucas provenientes del bosque
natural, ya que estas deben ser procesadas
hasta un producto terminado para ser exportadas.
Según el documento
de embarque, la empresa Fusay Traiding, embarcadores
de la mercancía, aparece como responsable,
y la firma danesa Maersk Sealand fue la encargada
de su manejo.
El cocobolo es una madera
muy apreciada, que se encuentra en vía
de extinción en este país y
cuenta con gran valor a nivel internacional,
pues es utilizada para la construcción
de muebles y sofisticadas artesanías.
Esta especie de madera tiene
un gran valor en el mercado internacional,
puesto que la resolución AG - 0051-2008
establece que esta especie se encuentra en
peligro de extinción, por lo tanto
esta prohibido su exportación. En esta
misma situación se encuentran maderas
como quira y bálsamo, entre otras.
En Panamá esta especie
se encuentra geográficamente en abundancia
en la provincia de Daríen.
Reiteró el administrador
de la Región Metropolitana de ANAM
que la madera que sale con destino a China
en forma de tucas revierte nuevamente a Panamá
con gran valor en forma de mueble.
Recordó Araúz
que por instrucciones del administrador general
de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM),
Javier Arias, se adelanta este tipo de operativos
a nivel nacional, con mayor énfasis
en el sector Este de la provincia de Panamá
y Darién para detectar contrabando
de madera.
El pasado lunes, como seguimiento
de estos operativos contra el contrabando
de madera, se retuvieron dos contendedores
con tucas de cocobolo también en el
Muelle 18 del Puerto de Balboa.
En Darién se han
realizado inspecciones en diversas partes
de esa provincia para verificar si las concesiones
de madera se encuentran vigentes, puesto que
en esa región se dan concesiones de
subsistencia a indígenas, como colonos
o campesinos.
Araúz encabezó
la representación de ANAM, que estuvo
conformada por los ingenieros forestales Raúl
Brenes, Franklin Rodríguez, Eligio
García y Roberto Quintana.
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Estudiarán varamiento
de mamíferos marinos en Panamá
Panamá, 09 de abril de 2010-. Científicos
y estudiosos centroamericanos y de países
caribeños de habla española
participarán en un taller regional
de entrenamiento para responder al varamiento
de mamíferos marinos que tendrá
lugar en la ciudad de Panamá los días
22 y 23 de abril.
Este taller regional es
organizado por la Autoridad Nacional del Ambiente
(ANAM), la Autoridad de los Recursos Acuáticos
de Panamá (ARAP), el Instituto Smithsonian
de Investigaciones Tropicales y cuenta con
el apoyo de la Oficina Nacional de Administración
Oceánica y Atmosférica de los
Estados Unidos de América (NOAA por
sus siglas en inglés).
El objetivo del taller es
intercambiar información y promover
una mayor destreza institucional en la adopción
de procedimientos y respuestas a casos de
varamientos de mamíferos marinos en
el Caribe.
Es la primera vez que se
celebra una actividad de este tipo en el país,
que incluye exposiciones, taller y hasta una
experiencia de una necropsia al cuerpo de
un delfín; con la finalidad de conocer
las principales estrategias para atender el
varamiento de cetáceos, afirmó
Ibelice Añino, jefa del Departamento
de Biodiversidad y Vida Silvestre de la Autoridad
Nacional del Ambiente (ANAM).
La funcionaria agregó
que la atención oportuna de los varamientos
no sólo puede contribuir a salvar a
un animal en esas circunstancias, sino que
también ayuda a proteger sus poblaciones.
De igual manera, se obtiene información
de interés científico que a
la larga permite conocer las amenazas a las
cuales se enfrentan los mamíferos marinos
y los riesgos que pudieran representar para
las comunidades.
Los mamíferos marinos
son considerados buenos indicadores ambientales,
y a través de los varamientos se pueden
detectar cambios en las condiciones del ambiente
que a largo plazo pueden afectar a poblaciones
humanas.
Se consideran mamíferos
marinos a los delfines, ballenas, cachalotes,
orcas, narvales, entre otros. Algunas de estas
especies traen sus crías a las aguas
cálidas de las costas panameñas,
sobre todo en los archipiélagos de
Coiba y Las Perlas y donde por lo general,
esperan a que crezcan para luego dirigirse
hacia aguas más templadas y profundas.
El programa de trabajo incluye
varias exposiciones de expertos de NOAA, simulaciones
de varamiento de cetáceos, estrategias
de recolección de muestras y datos
y un ejercicio de necropsia de un delfín
que será traído al país
especialmente para esta actividad.
El taller también
desarrollará una discusión de
grupos sobre necesidades regionales, coordinación,
estrategias de comunicación, educación
y entrenamiento, instalación de laboratorios,
nuevas amenazas de varamientos y programas
de intercambio de información.
Dentro del programa también
se analizarán casos de incidentes choques
de animales con barcos, la conservación
de manatíes e interacciones humanas
adversas con mamíferos marinos y la
discusión de un plan de trabajo que
incluya las prioridades en las políticas
institucionales sobre varamiento para el periodo
2010-2012.
Básicamente, se considera
un varamiento a toda aquella situación
en la que un animal marino no puede regresar
al mar o valerse por sí mismo, e incluye,
entre otros, la llegada a la playa de animales
vivos o muertos, animales atrapados en redes
o golpeados por embarcaciones, crías
huérfanas o animales heridos, enfermos
o perdidos.