27 abril 2010 - DF, México
— Con una manifestación pacífica
frente al corporativo de Monsanto, la principal
trasnacional promotora de semillas transgénicas,
los actores Bruno Bichir, Pablo Cruz Guerrero
y la actriz Sonia Couoh, se unieron a la demanda
ciudadana y de organizaciones
contra la siembra experimental de maíz
transgénico en nuestro país
y exigieron a dicha industria no contaminar
el alimento de los mexicanos.
Acompañados de 30
activistas de las organizaciones Semillas
de Vida, Greenpeace, de la Asociación
de Empresas Comercializadoras de Productores
del Campo y de la productora y distribuidora
Canana, los artistas expresaron su preocupación
por el expediente de daños al medio
ambiente y a la salud humana de los productos
de la empresa estadounidense Monsanto y colocaron
en la entrada del edificio donde se encuentran
sus oficinas, en la zona de Santa Fe, una
manta con la leyenda Monsanto Non Santo ¡manos
fuera de nuestro maíz!.
Con grandes fotos de variedades
de maíz nativo mostraron el maíz
que los mexicanos queremos en nuestras mesas
y rechazaron la siembra experimental de transgénicos.
“Los mexicanos tenemos derecho
a saber si los alimentos que adquirimos para
nuestras familias contienen ingredientes provenientes
de transgénicos, para que cada quién
decida si los come o no. Este derecho no está
garantizado por la Ley de Bioseguridad de
Organismos Genéticamente Modificados
vigente en México (mejor conocida como
Ley Monsanto) por lo que exigimos el etiquetado
de los alimentos que se comercializan en nuestro
país”, expresó Bruno Bichir.
“Esta es la hora en que
todos los mexicanos, en cualquier parte del
mundo, levantemos nuestras voces para defender
al maíz de la contaminación
transgénica de empresas como Monsanto.
La lucha por proteger nuestro maíz
es indispensable para defender nuestra alimentación,
nuestra soberanía y nuestras libertades”,
señaló Pablo Cruz Guerrero.
Los manifestantes llamaron
a los consumidores mexicanos a sumarse a la
exigencia de una alimentación sana.
Estudios de científicos independientes
acumulan la gran lista de riesgos de este
maíz. Además de la inminente
contaminación de nuestra diversidad
de maíces nativos, el incremento en
el uso de agrotóxicos por la generación
de resistencia en plagas y hierbas y la pérdida
de biodiversidad.
"Recientemente la Universidad
de Caen y Rouen, Francia, dio a conocer un
estudio de tres diferentes maíces transgénicos
(MON810, MON863 y NK603) de la compañía
Monsanto, el cual demostró efectos
de toxicidad en riñón e hígado
de los ratones con los cuales se experimentó”,
acusó Aleira Lara, coordinadora de
la campaña de agricultura sustentable
y transgénicos de Greenpeace.
“Monsanto intenta controlar
la alimentación en el mundo a través
del control de las semillas y eso sería
desastrosos para los campesinos mexicanos.
Las empresas biotecnológicas tienen
como objetivo maximizar sus beneficios patentando
alimentos mientras que mil millones de personas
están sufriendo hambre en el mundo”
dijo Adelita San Vicente, de Semillas de Vida,
A.C.
Debido a que se ha fomentado
por 25 años un modelo económico
basado en la creación de monopolios
en manos de corporaciones mexicanas y transnacionales
(Maseca, Minsa, Bimbo, Cargill, Monsanto,
ADM, Syngenta, entre otros más), destruyendo
la capacidad productiva de la agricultura
campesina y el entramado de culturas, biodiversidad
y la soberanía alimentaria y política
de la Nación, los manifestantes rechazaron
la intención de la transnacional de
privatizar nuestro sagrado maíz mediante
la legalización y la contaminación
con semillas transgénicas de Monsanto.
Los artistas hicieron un
llamado a la ciudadanía mexicana a
rechazar la tecnología de transgénicos
e invitaron a ver el documental “Comida S.A.”
que se estrenará a mediados de mayo
en cines comerciales y el cual muestra la
realidad de los procesos productivos de alimentos
en los que prevalece el afán por tener
ganancias económicas a costa, incluso,
de la salud de los consumidores.