La organización ecologista
denuncia que ha habido falta de transparencia
en la concesión de la Autorización
Ambiental Integrada a la incineradora de
Zubieta - 30 abril 2010 - España —
Greenpeace quiere expresar su malestar tras
el anuncio realizado por la Consejería
de Medio Ambiente, por el se concedía
la Autorización Ambiental Integrada
(AAI) a la incineradora de residuos de Zubieta.
La organización ecologista lamenta
profundamente, además, que el principal
valedor del proyecto, Karlos Ormazabal, haya
apostado tan decididamente por un modelo de
gestión de residuos insostenible, más
propio del siglo pasado que de nuestros días.
La concesión de la
AAI no ha tenido en cuenta las alegaciones
presentadas al proyecto por parte de Greenpeace
y el resto de organizaciones de la sociedad
civil. “Resulta cuando menos sorprendente
que no se escuche a la ciudadanía a
la hora de aprobar un proyecto tan caro, perjudicial
para la salud de los ciudadanos y el medio
ambiente, y que además hipotecará
el futuro de la gestión de residuos
de los guipuzcoanos durante décadas”,
ha declarado Julio Barea, responsable de la
campaña de Contaminación de
Greenpeace.
Desde que se anunciara el
proyecto, tanto Greenpeace como numerosos
agentes sociales, mostraron su oposición
a un proyecto. El pasado mes de marzo se firmó
el “Pacto de Usurbil”, con el que la sociedad
civil se unió para expresar su oposición
a la quema de residuos y exigir alternativas
más sostenibles.
La férrea apuesta
de Ormazabal por este proyecto no beneficiará
a los ciudadanos sino a las empresas concesionarias
y supondrá un tapón al desarrollo
de modelos sostenibles de residuos, como el
puerta a puerta o la tasa justa, por los que
ya han apostado numerosos municipios de Euskadi,
y que fomentan la reducción, la reutilización
y el reciclaje. El propio municipio de Usurbil,
donde se ubicará parte de la instalación,
ha mostrado su rechazado a la quema de las
basuras y ha implantado el sistema puerta
a puerta.
La concesión de la
Autorización Ambiental no significa
que no puedan producirse casos de contaminación,
como quedó patente el año pasado
con los problemas detectados en la vecina
incineradora de Zabalgarbi, que pudieron afectar
al agua potable de Bilbao. Además,
la quema de residuos no soluciona el problema
de los vertederos, ya que cerca del 30% de
las basuras se transforma en residuos de alta
toxicidad que deben ser tratados en vertederos
de seguridad.
La quema de residuos y el
vertido son, según la Directiva Marco
de Residuos, las peores opciones dentro de
la jerarquía de gestión de las
basuras. “La incineración es el modelo
de gestión más ineficiente y
caro, y el que menos empleo genera, ¿a
quién se quiere beneficiar con el proyecto?”,
se ha preguntado Barea.
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conselleiro de Medio Ambiente, Territorio
e Infraestructuras, Agustín Hernández,
que reconsidere su postura a favor de la construcción
de una nueva incineradora en el sur de Galicia.
La organización ecologista no entiende
cómo la Xunta no ha aprendido la lección
tras la desastrosa experiencia que está
experimentando con la planta de Sogama (Cerceda).
Estas instalaciones, además
de no resolver la gestión de los residuos
sólidos urbanos, suponen hipotecar
durante décadas la implantación
de políticas sostenibles de residuos
basadas en la reducción, reutilización
y el reciclaje, además de ser una importante
fuente de contaminación [1].
La incineración es
la técnica más cara de gestión
de residuos, por lo que las tasas que pagan
los ciudadanos deberán incrementarse
significativamente, y es la opción
que menos empleos produce, como recoge el
último informe de Greenpeace Incineración
de residuos, malos humos para el clima. Además,
no soluciona el problema de los residuos,
ya que al menos un 23% de lo quemado se transforma
en escorias y cenizas tóxicas que hay
que almacenar en vertederos de seguridad.
“Pedimos a la Xunta de Galicia
que no vuelva a caer en el mismo error que
cometió con la incineradora de Sogama.
Galicia debe empezar a implantar otros sistemas
de recogida de residuos que apuesten más
por la recuperación y reciclaje, dejando
de lado opciones nocivas para la salud de
los ciudadanos y el medio ambiente como es
la quema de basuras”, ha declarado Julio Barea,
responsable de la campaña de Contaminación
de Greenpeace.
En España, unos 100
municipios han implantado ya medidas que fomentan
la reducción, la reutilización
y el reciclaje, como es el sistema puerta
a puerta y la tasa justa, con los que han
alcanzado en algunos casos a ratios de recuperación
del 85%. La apuesta por estas políticas
permite descartar definitivamente las incineradoras
y los vertederos tal y como están planteados
actualmente.
Nota:
[1] Las incineradoras son
causantes de contaminación ambiental,
ya que producen dioxinas y furanos, además
de metales pesados como el cadmio, el mercurio
o el plomo, y también emiten compuestos
orgánicos volátiles como el
tolueno, el diclorobenceno y el hexaclorobenceno,
y otras 186 sustancias peligrosas más.
A éstas sustancias se suman partículas
finas y ultrafinas, y millones de toneladas
de gases de efecto invernadero (dióxido
de carbono y óxido nitroxo) emitidos
al año. Informes.