22 julio 2010 - España
— Ante las declaraciones que ha realizado
hoy el Ministro José Blanco en el Congreso,
las ONG ecologistas piden a Fomento que vaya
un paso más allá replanteando
la política de infraestructuras y transporte.
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción,
Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF consideran
que el Ministerio debe ser más ambicioso
y solicitan que se eliminen todos los proyectos
de infraestructuras innecesarias y perjudiciales
para el medio ambiente. Por ello, como primer
paso solicitan que se excluyan del PEIT 10
autovías concretas. Las ONG recuerdan
también su decálogo de razones
ambientales y económicas para no proyectar
más autovías en España.
Según Amigos de la
Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace,
SEO/BirdLife y WWF, en España se han
construido muchas autovías sin atender
a la previsión de utilización,
la rentabilidad y los costes de mantenimiento.
Tampoco se ha tenido en cuenta la necesidad
de reducción de las emisiones de gases
de efecto invernadero o la urgencia de limitar
el predominio del transporte de mercancías
y viajeros por carretera frente al ferrocarril.
Asimismo, subrayan que la
mayor parte de las obras proyectadas en el
Plan Estratégico de Infraestructuras
y Transportes (PEIT) no registra la densidad
de tráfico mínima necesaria
para un desdoblamiento (10.000 vehículos/día,
según el propio PEIT). Además,
está previsto ejecutar muchas de estas
autovías en algunas de las zonas de
mayor patrimonio natural de España.
Y esto a pesar de que el PEIT está
siendo investigado desde su aprobación
por la Comisión Europea por la falta
de evaluación de sus efectos sobre
180 espacios protegidos.
Asimismo, las ONG también
denuncian que el PEIT seguirá incrementando
las emisiones de gases de efecto invernadero
del sector del transporte y agravando el esfuerzo
económico del Estado a la hora de cumplir
con sus compromisos internacionales en materia
de cambio climático.
Ante estos problemas, las
ONG insisten en que la revisión del
PEIT es prioritaria. Por tanto, la actualización
de este debe realizarse atendiendo a criterios
ambientales, sociales y económicos.
En consecuencia, las organizaciones
apuntan: “Es necesario un debate profundo
sobre qué tipo de transporte queremos
en España. El PEIT incluye muchas autovías
y trenes de alta velocidad y obras en puertos
muy discutibles desde el punto de vista económico,
social y, sobre todo, ambiental”. Y concluyen:
“ Debe haber una actualización del
PEIT urgente que tenga en cuenta, de una vez,
los criterios ambientales y prescinda de determinadas
obras faraónicas”.
+ Más
Ante la renovación
del permiso de Vandellós 2 Greenpeace
pide a Zapatero que cumpla su compromiso de
abandonar la energía nuclear en España
El PSOE dispone de un informe
propio que demuestra que es posible cerrar
todas las centrales nucleares de aquí
al 2017 - 22 julio 2010 - España —
Ante la decisión de ampliar el permiso
de Vandellós 2 Greenpeace recuerda
la peligrosidad del funcionamiento de dicha
instalación y la necesidad de proceder
a su cierre lo antes posible. Este hecho viene
avalado por los numerosos problemas de seguridad
que la central nuclear lleva arrastrando desde
hace años, con la connivencia del Consejo
de Seguridad Nuclear (CSN) y del Ministerio
de Industria, y la pésima cultura de
seguridad de la compañía que
opera esta central, la Asociación Nuclear
Ascó-Vandellós (ANAV) (la cual
ocultó durante meses el escape de radiactivo
al medio ambiente de finales de 2007 de la
central de Ascó-1, y del que la opinión
pública se enteró gracias a
Greenpeace, pero ya en mayo de 2008).
Greenpeace demanda al Gobierno
Zapatero que, en cumplimiento de sus compromisos,
ponga en marcha un plan de cierre de las centrales
nucleares, fijando la vida útil de
cada una de estas instalaciones en 30 años.
El PSOE dispone de un informe propio que demuestra
que es posible cerrar todas las centrales
nucleares de aquí al 2017.
Vandellós-2 sigue
sin solucionar, desde 2005 (cuando se conoció
públicamente el fallo gracias a otra
denuncia de Greenpeace), el mal funcionamiento
del sistema de refrigeración de emergencias
de la central nuclear, que se rompió
en 2004, debido a la corrosión. Tras
una parada prolongada de cuatro meses, el
CSN permitió a la central arrancar
de nuevo en septiembre de 2005 sin haber solucionado
ese problema, con el compromiso de que la
compañía propietaria sustituyera
cuanto antes el sistema inicial por otro no
susceptible de sufrir corrosión. Éste
último no se inauguró hasta
finales de 2009, pero no funciona adecuadamente
por desajustes en el caudal del agua. El CSN
sigue haciendo la vista gorda al respecto,
permitiendo su funcionamiento, a pesar de
que ello supone mantener la central en condiciones
de seguridad degradada.
Además el sistema
contra incendios del edificio de control de
la central nuclear no funciona desde 2009,
como mínimo, lo que obliga a realizar
un protocolo de inspección que no se
ha cumplido en repetidas ocasiones. En verano
de 2008 la central sufrió un grave
incendio en el edificio de turbinas de la
central, componente que sufría vibraciones
que no se solucionaron en su momento, debido
a la falta de cultura de seguridad y el afán
de minimizar costes.
"Las energías
renovables proporcionaron el año 2009
un 26% de nuestra electricidad, frente a un
19% de la nuclear. Es cada vez más
obvio que las centrales nucleares funcionan
con crecientes problemas de seguridad y también
que, gracias a la creciente aportación
de las renovables, el sistema eléctrico
español puede asumir el cierre progresivo
pero urgente de las centrales nucleares",
ha afirmado Carlos Bravo, responsable de la
campaña de Energía de Greenpeace.
España puede disponer
de un sistema eléctrico 100% renovable
en las próximas décadas, si
existe voluntad política para ello.
El propio PSOE es consciente de estas posibilidades,
como queda reflejado en el informe “Un nuevo
modelo energético para España.
Recomendaciones para un futuro sostenible”
de la Fundación Ideas para el Progreso
del PSOE, publicado en mayo de 2009.1
Además, en dicho
informe, se demuestra con detalle que es viable
ir cerrando las nucleares en base a la introducción
de energías renovables. Su conclusión
es que, incluso bajo hipótesis conservadoras
(cabría pensar en posibilidades de
mayor crecimiento de las renovables con el
contexto adecuado), sería posible cerrar
TODAS las nucleares antes del 2017 sin incrementar
el consumo de combustible fósil, y
a partir de este año ir cerrando las
centrales de combustible fósil sustituyendo
su generación por la de las renovables
(además de hacerse cargo las renovables
del incremento de demanda), de tal forma que
en el año 2030 alcanzaríamos
un sistema eléctrico libre de nuclear
y de carbón.