Posted on 04 agosto 2010
ASCEL, Ecologistas en Acción, Fapas,
SECEM y WWF muestran su preocupación
porque el número de lobos aparecidos
muertos por venenos o furtivismo
se ha triplicado respecto al año anterior,
de acuerdo a los datos oficiales dados a conocer
por la Junta de Castilla y León, en
el marco del Comité de Seguimiento
del Plan de Conservación y Gestión
del lobo en esta Comunidad. Por ello, estos
grupos reclaman a la Junta la aprobación
inmediata del Plan Regional de lucha contra
el veneno y la intensificación de medidas
de protección a la ganadería,
así como la puesta en marcha de un
plan de acción para prevenir y erradicar
el furtivismo.
El pasado jueves 29 de julio
se reunió en Valladolid el Comité
Técnico de Seguimiento del Plan de
Conservación y Gestión del lobo
en Castilla y León. En esta reunión
los grupos conservacionistas han constatado
que, de acuerdo con los datos ofrecidos por
la propia Junta de Castilla y León,
el número de manadas ha sufrido un
descenso del 13% respecto al año pasado.
Este descenso coincide con el incremento de
la mortalidad no natural (venenos, lazos,
furtivismo), que se ha triplicado en un solo
año, destacando entre las diferentes
causas de mortalidad el uso del veneno. Dada
la proporción de ejemplares envenenados,
las ONG consideran que la dimensión
del problema es mucho mayor, ya que esta práctica
ilegal también está afectando
a otras especies protegidas, como el oso o
más recientemente el águila
imperial ibérica.
Por ello, para los grupos
conservacionistas es fundamental que la Junta
apruebe de inmediato el Plan Regional de Lucha
contra el veneno, en fase de información
pública desde el pasado mes de mayo.
También solicitan que ponga en marcha
medidas urgentes, como la creación
de patrullas especializadas o la aplicación
de un riguroso régimen sancionador
que contribuyan a erradicar el problema.
De igual forma, sostienen
que la administración regional debe
activar un plan específico para combatir
el furtivismo en las áreas más
conflictivas, creando patrullas especializadas,
tal y cómo se hace en otras zonas para
controlar los daños causados por los
lobos. En consecuencia, las ONG exigen que
el cupo de lobos a cazar mediante caza deportiva
(y que se ha mantenido igual que en años
anteriores), responda realmente a la dinámica
de la población, lo cual supone tener
en cuenta este repunte de la mortalidad no
natural y el número de lobos abatidos
en años anteriores.
Ante esta situación,
los grupos conservacionistas solicitan a la
Junta que se replanteen seriamente algunas
de las medidas que están aplicando
y que intensifique los esfuerzos para erradicar
el uso del veneno y el furtivismo que está
amenazando a la especie.